29 enero 2006

Ciencia y no-ciencia (II)

En la entrada anterior mencioné dos características de la ciencia que permiten asignar valores de verosimilitud a supuestos hechos o datos: la posibilidad del contraste experimental y la coherencia con un corpus de conocimiento ya consolidado. También comenté que ninguna es definitiva ya que siempre es posible descubrir cosas radicalmente nuevas que derrumben parcialmente el edificio ya construido. Por ejemplo, las teorías de la relatividad que planteó Einstein fueron una revolución y no encajaban en ninguna de las características mencionadas: no eran en ese momento objeto de experimento y le daban un revolcón a la gravedad newtoniana que era como se entendía entonces. Eran una gigantesca construcción teórica que fue aceptada poco a poco porque el proceso deductivo era impecable. Luego, algunas de sus predicciones fueron sujeto de experimento y verificadas como, por ejemplo, que los campos gravitatorios modifican la trayectoria de la luz.
Y aquí quería llegar: otras características que permiten diferenciar la ciencia de la pseudociencia están relacionadas con su estructura interna y su dinámica. Simplificando, el corpus de conocimiento de la ciencia está formado por hechos, hipótesis y teorías. Los hechos deben ser verificables, las hipótesis deben ser contrastables y las teorías deben, enlazando en un conjunto coherente el conocimiento previo, proponer nuevas hipótesis: si esta teoría es cierta, en tales circunstancias debería pasar tal cosa. Estas predicciones se someterán a verificación experimental que las refutarán o corroborarán. Ojo, que mientras que una refutación suele ser definitiva, una verificación nunca es completa porque sólo garantiza que la cosa funciona en las condiciones del experimento pero no puede ofrecer seguridades sobre lo que pasaría en escenarios alternativos.
Pues bien, las pseudociencias no funcionan así. Normalmente los hechos que defienden no son nunca verificables y sólo funcionan en condiciones fuera de control: ante la ausencia de escépticos, sólo si no hay medidores de campo cerca, etc. Si se hace un experimento y el resultado es negativo suele acudirse a disculpas que tampoco son verificables, como que el supuesto telépata perdió la concentración, o que hay energías negativas y cosas así. Lógicamente, tampoco se dan detalles sobre qué es "energía negativa" ni cómo puede medirse, de dónde sale, a dónde va con esos pelos...
Las pseudociencias tampoco plantean hipótesis ni elaboran teorías, lo cual es lógico dada la imposibilidad de probar o refutar los presuntos hechos paranormales que las fundamentan.
Esta ausencia de una estructura sólida es una buena pista para distinguir la ciencia del cuento chino. Para que se les tome en serio por la comunidad científica los defensores de la telepatía (sigo con ese ejemplo) deberían desarrollar una "teoría telepática", que explicara los principios del fenómeno y, a través del conocimiento adquirido, propusiera, por ejemplo, que la intensidad de la comunicación es constante y no desciende con la distancia entre emisor y receptor lo cual sería, por cierto, un descubrimiento extraordinario.
¿Está libre la ciencia de pseudociencia? Pues no, claro que no. Lo que pasa es que su propia dinámica permite separar el grano de la paja. A veces tarde, es cierto, pero las chifladuras acaban cayendo en el olvido o en el ridículo; por ejemplo, la dianética de Hubbard, la energía orgónica de Reich, la cámara Kirlian, los rayos N de Blondlot... Otras pseudociencias son extremadamente populares en algunos países, como el psicoanálisis, derivado de los delirios de Sigmund Freud y que no tiene base objetiva alguna.
¿Les pongo una lista de pseudociencias y hechos a los que asigno una verosimilitud indistinguible de cero? Aquí van:
  • los poderes de las pirámides: la forma piramidal serviría lo mismo para dormir bien que para afilar cuchillas que para conservar los alimentos.
  • la levitación de gente (normalmente siempre muy lejos de nosotros) mediante la meditación, que permitiría violar la ley física de la gravitación
  • la telequinesia, que permitiría mover objetos sólo con el pensamiento
  • la telepatía, que permitiría la comunicación mental entre personas
  • la cirugía psíquica, según la cual algunos chamanes o curanderos harían cirugía mayor mediante sus manos, sin penetrar físicamente en los tejidos
  • la quiromancia, donde las arrugas de las manos describen el carácter del individuo y permiten conocer aspectos de su futuro
  • el tarot, como instrumento de adivinación del pasado, presente y porvenir
  • los biorritmos, una teoría que defendía que la suerte, los estados de ánimo y habilidades como la creatividad, potencia sexual y cosas así se debían a superposiciones de ritmos físicos, emocionales e intelectuales con periodos diferentes
  • la astrología, que afirma que la posición de algunos cuerpos celestes influye en el destino de las personas
  • el viaje astral, que permitiría personarse de forma no física en lugares lejanos mediante una disociación del cuerpo físico y del "cuerpo astral"
  • el espiritismo, práctica que permitiría comunicarse con espíritus normalmente a través de personas intermediarias llamadas mediums
  • la numerología, por la que se predeciría el futuro de una persona interpretando el orden de
    los números en la fecha de nacimiento o un valor numérico de las
    letras de su nombre
  • la radiestesia o rabdomancia, que facilitaría entre otras cosas localizar a personas mediante un péndulo o una varita sobre un mapa
  • la homeopatía, que pretende los poderes curativos de una sustancia pueden aumentarse reduciendo su concentración en agua, incluso hasta la desaparición física de la misma
En fín, una chocante cantidad de propuestas que siguen siendo creídas por bastante gente, incluso en países desarrollados, donde la cultura está al alcance de todos. Una versión más ligera pero también mucho más lucrativa de la pseudociencia son productos como las plantillas magnéticas, los parches antigrasa, los revitalizantes a base de ginseng o jalea real, las dietas milagro, las pulseras magnéticas, el agua imantada...
Y ahora les dejo, que el espíritu de Rhine me está echando aire helado en las orejas.

28 enero 2006

Ciencia y no-ciencia

Soy asiduo a los blogs que recomiendo en un lateral. Hace nada surgió, de nuevo, una polémica en Por la boca muere el pez de Javier Armentia. El tema original fue una foto de fantasmas que Iker Jiménez mostró en su programa de la cadena Cuatro. El señor Jiménez es un tema recurrente en los blogs llamados "escépticos" donde se le da caña como representante de una comunidad de personajes que explotan y viven de la credulidad ajena. Yo mismo le he mencionado en alguna ocasión, aunque más bien como decorado para otros objetivos. En los comentarios de la entrada de Armentia aparece un poco de todo pero me llamaron la atención los de un contertulio en concreto, que firma como magic16v. Extraigo del contexto dos frases:
En mi llana y modesta opinión, creo que muchos cientificos, en ocasiones, se deberían apartar un poco de la senda del empirismo y mirar un poco más lejos; y con esto no quiero decir que se crea todo, pero tampoco rechazar cualquier versión de cualquier cosa, sólo por no ser totalmente consistente desde un punto de vista científico.
No estoy cuadriculando a los científicos, lo que quiero decir es que muchos dicen que si no se puede probar científicamente, no existe o no es verdad.
Y quiero hacer también un par de comentarios al respecto. La visión que magic16v refleja es compartida por mucha gente que ve la ciencia desde fuera y que no conoce bien lo que llamamos "método científico" que, más que un método, es una forma de trabajar y de compartir el trabajo y sus resultados.
Empezaré comentando que la ciencia tiene un objetivo básico: aumentar el conocimiento colectivo. Luego vendrán más cosas, el prestigio, el dinero, o lo que sea, pero eso es objetivo de los científicos, no de la ciencia.
El conocimiento es el conjunto de datos, hechos y relaciones entre ellos que se demuestran ciertos. Y aquí viene el quid de la cuestión ¿cómo distingo la certeza de la falsedad? O ilustrado en ejemplos ¿por qué acepto que la malaria la transmite la picadura de un mosquito, que trasfiere un protozoo de un animal a otro? Y en cambio ¿por qué no acepto que exista la telepatía?
Necesito herramientas que me permitan distinguir lo que debe incorporarse al conocimiento científico y lo que debe descartarse por no merecer credibilidad. Estas herramientas existen y permiten asignar un valor de verosimilitud a hechos y teorías. Por ejemplo, si a mí me preguntan que verosimilitud (probabilidad de ser cierto) le asigno a la observación de un dinosaurio de 20 toneladas en el Lago Ness responderé que muy baja, próxima a cero. No la descartaré de forma absoluta porque ha habido casos de descubrimiento de especies que se suponían extintas, como el celacanto, pero casi porque el ejemplo tiene problemas serios: a) 20 t son un bicho muy grande para haber pasado desapercibido hasta ahora, b) lógicamente un sólo ejemplar no es viable en el tiempo y sería necesaria la presencia de una población de centenares de ejemplares para haber aguantado desde el cretácico hasta ahora, c) la comida que necesitaría una comunidad de bichos así no puede aportársela durante millones de años un lago oligotrófico como el mencionado, etc...
Es importante notar que el hecho es extraordinario no sólo porque implique a un dino de gran tonelaje sino porque, además, la presencia del bicho genera un cúmulo de problemas colaterales que entran en conflicto con conocimientos ya consolidados que abarcan desde la genética (la endogamia conduce a la extinción a medio plazo) a la ecología (la producción primaria de un lago oligotrófico no es algo arbitrario) pasando por la pura física (las aguas son muy frías y un bicho como ese entraría en hipotermia en pocas horas).
Por tanto, yo puedo creer que Nessie existe pero necesitaría un conjunto de pruebas muy sólidas que me expliquen cómo se han superado los problemas genéticos, ecológicos y fisiológicos mencionados. Si me las dan, no tengo problema en revisar todo el conocimiento que se haya refutado, es más, estaré encantado porque se abren horizontes apasionantes. Pero eso sí, mientras tanto seguiré asignando una verosimilitud infinitesimal al posible hecho.
Fíjense que en el párrafo anterior he evaluado la supuesta existencia de Nessie sólo en base a si encaja o no con el conocimiento existente. No encaja, luego la verosimilitud es baja. Esa es una de las herramientas de la ciencia. Eso sí, si un día muestran al dino en un pecera (grande) la revolución será extraordinaria. Por tanto, la prueba en este tipo de casos es simple: si me dicen que existe algo extraordinario, deberán ofrecer pruebas sólidas para modificar mi primera opinión de alta improbabilidad.
La segunda herramienta de la ciencia es la posibilidad de someter una hipótesis a verificación experimental. En todo aquello que no se pueda verificar experimentalmente la ciencia no entrará; no dirá que no existe, simplemente porque está fuera de su ámbito, que se limita a los hechos potencialmente verificables. Por ejemplo, la existencia de vida en Marte entra dentro del ámbito de la ciencia porque es susceptible de ser verificada experimentalmente. La telepatía también. Pero luego hay que atenerse a las consecuencias: si alguien defiende que la telepatía es un fenómeno real deberá diseñarse un experimento que lo demuestre. Es más, si funciona el experimento la cosa no acabará ahí porque a continuación se iniciaría una línea de investigación donde deberían aclararse cosas como: qué tipo de energía se emite, cómo se codifica el mensaje, cuales son los mecanismos emisores y receptores y muchas cosas más relativas a la física y fisiología del hecho.
Pero si me piden que incorpore al conocimiento científico una energía que no se puede medir con aparatos y que no está sometida a ley física alguna, me dejarán que no lo haga, lo siento.
La telepatía fue investigada, cómo no, especialmente en el periodo posterior a la II Guerra Mundial. Era lógico dada la enorme transcendencia que tendría que un estado pudiera enviar mensajes de persona a persona sin acudir a encuentros físicos ni a medios escritos. Pero no funcionó a pesar de que hubo proyectos con financiación millonaria.
Y en ciencia, cuando alguien afirma que ha hecho un descubrimiento, a) debe probarlo y b) debe dar información suficiente para que otros grupos puedan replicar sus logros. Si no lo prueba, su afirmación no será ni siquiera publicada en ninguna revista seria. Si la réplica fracasa será considerado, en el mejor de los casos, como un error de laboratorio y, en otros, como un fraude.
Hay más herramientas en la ciencia para estimar la veracidad de las cosas pero esto ya es muy largo, las dejamos para otro día.
Para rematar, vuelvo a las frases de magic16v y le contesto: los científicos usamos más herramientas que la experimentación, de hecho, casi todas las ideas nuevas se generan por deducción y sólo después con comprobadas mediante experimentos. En algunos casos la experimentación no existe, como en la matemática o va muy por detrás de la teoría, como en la física. Las cosas no se rechazan por ser parcialmente inconsistentes con el conocimiento existente, si fuera así no habría avances. Lo que pasa es que si se propone algo totalmente inconsistente quien debe probarlo es el que lo defiende. Finalmente, si algo no se puede probar, la ciencia no dice que no exista, sino que no forma parte de su ámbito. Por ejemplo, no habrá una línea de investigación sobre la existencia del Espíritu Santo porque eso es religión, no ciencia.

27 enero 2006

La paja en tu ojo y la viga en el mío

Supongo que les suena la historia. Muy resumida es la siguiente: el Consejo Audiovisual de Cataluña, órgano dependiente de la Generalidad de Cataluña, dictamina que la COPE se ha pasado de la raya en algunas de sus emisiones, superando la línea de la libertad de expresión y entrando en terreno prohibido al faltar a la veracidad informando sin fundamento y desacreditando a personas con acusaciones sin comprobar. Algunos partidos han aplaudido ante la amenaza de suspensión de emisiones. Otros han hecho como la mayoría de los medios de comunicación: pasar de puntillas sobre el problema que se plantea entre la libertad de opinión y el derecho de los aludidos a no ser insultados.
Yo no voy a entrar en la polémica de forma convencional sino que les propongo que vale, que aceptamos que un organismo con miembros nombrados por los partidos políticos dominantes, puedan decidir qué es veraz y qué no, qué es insulto y qué es opinión. Pero, aceptado pulpo como animal de compañía, exijo un periodo de prueba, como con las versiones beta: durante dos años, el CAC se dedicará a ejercer la misma vigilancia sobre las declaraciones de los políticos, incluyendo a los que van de guardianes de la verdad, de la ortodoxia y de no se qué más chorradas.
A los que se descubra faltando a la verdad se les obligará a buscar bibliografía sobre los informes que Iker Jiménez desgrana en sus programas. A los que acusen sin pruebas, se les condenará a ver episodios de CSI interrumpidos cada 5 minutos por anuncios del osito de Mimosín. Finalmente, los que insulten se verán obligados a aprender de memoria el Inventario general de insultos, de Pancracio Celdrán. Convengo con ustedes en que esto último no es un castigo pero tiene una función útil: elevará el nivel del improperio en el parlamento haciéndolo, no sé si educativo, pero sin duda más entretenido.
A los que queden libres de toda culpa se les premiará con la medalla Celacanto, por fósiles vivientes y por raros.

26 enero 2006

La universidad desasosegada (II) ¿Convergir? ¿Hacia dónde?

convergencia: Acción y efecto de convergir
convergir: Dicho de dos o más líneas: dirigirse a unirse en un punto.
Las universidades españolas se han metido en un proceso denominado "de convergencia europea". La idea básica es que los títulos de cada país sean válidos en la UE y sirvan para los curritos puedan moverse por ella con cierta garantía de homologación. Hasta ahí vale, nada que objetar.
Pero surge un pequeño problema: este proceso necesita ideas claras y buena planificación, lo que aparentemente se constituye en obstáculo insalvable. Hoy les comentaré un ejemplo mínimo: los listados de titulaciones. La historia es que, para que los titulados puedan moverse por el espacio europeo, las titulaciones tienen que ser algo similar, parececerse en un mínimo en cuanto a formación, tomática, horas...
Para llegar a ello, en mi opinión, equivocada sin duda, el proceso debería haber sido algo así: para que las titulaciones universitarias de los países miembros sean reconocidas en toda la UE, vamos a planificar en la UE un conjunto común de "titulaciones UE" y unas directrices comunes respecto sus contenidos básicos.
Una vez elaborada este listado y estas directrices, todas ellas de ámbito europeo, llegaría el turno de que cada país se adaptara. Así, cada universidad haría una oferta de "títulos europeos" que se considera capaz de dar y, en su caso, de títulos propios no homologados en la UE.
Pues no, no podía ser tan fácil. El catálogo europeo no existe ni tiene visos de existir. Mucho menos las directrices comunes europeas. ¿Cómo puñetas se pueden adaptar las titulaciones actuales si no existe ninguna referencia? ¿Cómo recorrer el camino de la convergencia si no sabemos donde hay que llegar?
Este marco tan pintorescamente incierto no fue impedimento para que se formaran 4 comisiones para proponer los listados de futuras titulaciones en las áreas de enseñanzas técnicas, humanidades, ciencias sociales y jurídicas y ciencias experimentales y de la salud.
Mal comienzo de travesía si no hay un puerto donde llegar. Estas comisiones comienzan a hablar sin que, además, el Ministerio les diga nada sobre directrices que guíen su trabajo por lo que su camino, hay que reconocerlo, es algo crudo. El área de titulaciones técnicas tiene, además, que lidiar con colegios profesionales potentes, lo que dificulta aún más su labor, tanto que hasta la fecha no ha hecho público ningún resultado. Por cierto, que el horizonte para que todo esto funcione en la UE finaliza en el año 2010, que se acerca lento pero seguro.
Y para que esto sea como el camarote de los Marx, a algún lumbreras se le ocurre poner en un Real Decreto que los títulos de Postgrado (que aún no se sabe cuales son, faltaría más) deben implantarse de forma que los doctorados actuales a los que sustituyen deben "comenzar su proceso de extinción" antes de octubre del 2007. Con este curioso sistema, los títulos de postgrado se implantarán antes que los de Grado con lo que entramos en los dominios del auténtico folklore hispánico
A todo esto, los planes de financiación son inexistentes, las evaluaciones de las posibles necesidades en profesorado, material e infraestructuras no se han hecho. Las universidades, transferidas a las autonomías, deben torear a las dos administraciones simultáneamente, frecuentemente en idéntico estado de entropía. A mí, la verdad, sólo se me ocurre una reacción: ¡socorro!

25 enero 2006

Investigación bajo cero

Escuché la semana pasada una entrevista a Santiago Grisolía, creo que en La 2 de RTVE. El entrevistado estuvo bien, entretenido, contando anécdotas de su vida y tal. Todo más o menos normal dentro de la elegancia que este médico bioquímico destila por todos los poros. Pero el presentador tuvo un error: finalizó la entrevista con una pregunta imprudente, algo así como ¿y como ve la investigación en España en estos últimos años? No sé si esperaba el tópico de siempre: hombre, vamos con retraso pero estamos haciendo un esfuerzo que nos acerca a nuestro lugar en Europa, etc. Una respuesta políticamente correcta para finalizar bien el programa.
Y aquí, don Santigo no se cortó un pelo, cosa que le agradezco desde esta página. Su respuesta fue más o menos que "desde hace 10 o 12 años la investigación en España tiene un electroencefalograma plano". Y añadió luego que Rodríguez Zapatero había prometido un incremento del 25% del presupuesto de I+D y no lo había cumplido. Y para más INRI, soltó unos porcentajes sobre la parte del presupuesto se destina a investigación militar que al pobre presentador no se le ocurrió más que cerrar la entrevista con un "!que barbaridad¡".
La Opinión Alternativa ha publicado algún dato más que apoya lo dicho por Grisolía. Podeis verlo en las entradas Investigación científica ¿para qué? I y II.
Estas entradas son resúmenes de un informe de 11 páginas elaborado por una ONG, la Fundació per la Pau. Como siempre, no se fíen a ciegas de ningún informe porque casi todos ocultan verdades inconvenientes o seleccionan los datos que más les interesan. En este caso se exponen cifras concretas sobre partidas concretas del presupuesto nacional. Si tiene algo de verdad, alguien nos están tomando el pelo cuando nos cuentan las cifras destinadas a I+D.

24 enero 2006

Carroñeros Unidos, S.A.

No trago a los de la SGAE, están en la cúspide de la pirámide trófica, ocupando el lugar de los carroñeros, pero sin realizar la tarea de limpieza intríseca a la noble labor animal. Abajo fotosintetizan los curritos, que son pasto de los representantes, sobre los que depredan las compañías, y uno creería que ya, que se acabó. Pues no, resulta que los de la SGAE aún se dedican a sacar pelas del trabajo de los demás. ¿Recibe Bruce Springsteen la cuota que debe por hacerme yo una copia privada de su CD? No sé, no sé...
De su página web rescato el siguiente texto sobre la copia privada (el coloreado es mío):

Según la Ley de Propiedad Intelectual, una obra ya divulgada puede ser reproducida sin autorización del autor cuando dicha reproducción se hace "para uso privado del copista" y siempre que la copia no sea objeto de utilización colectiva ni lucrativa.
Por tanto, un usuario particular no tiene que solicitar autorización del autor/es de una obra musical o audiovisual cada vez que graba la misma para su propio uso, y sin que vaya a ser objeto de negocio.
Pero esta reproducción autorizada por Ley, genera una remuneración compensatoria por copia privada que está destinada a compensar la pérdida de ingresos que, para los titulares de una obra musical o audiovisual genera esta posibilidad de hacer copias de las mismas para uso privado. Es obvio que cada vez que se hace una copia de un disco para uso privado, se deja de vender un ejemplar del mismo, por lo que hay que compensar de alguna manera a los titulares de las obras contenidas en el mismo, por los ingresos que dejan de percibir.
De lo anterior, lo importante es que yo puedo hacer una copia de un disco original para uso particular pero me cobran por ello. La cosa se empieza a poner tonta cuando ese cobro se realiza sobre todos los materiales (CD, DVD...) susceptibles de ser soporte de copia privada, sin prestar atención al pequeño detalle de que una buena parte de esos CD no van a usarse para eso. Pero eso a la SGAE le da igual, el caso es encontrar una forma de ingresar dinero en caja y el que use CD para otros usos que se aguante.
Otra cosa de cierto interés antropológico es esa frase que empieza "es obvio que...". Tiene cierto interés porque la obviedad es más falsa que un euro de chocolate: no es obvio que cada vez que se hace una copia privada se pierda de vender otro ejemplar del disco. ¿Realmente piensan que los que compraron aquellos CD de Sony con protección anticopia compraron dos ejemplares porque no podían hacer copia privada? Por supuesto que no, no lo piensan. La explicación es más cutre que la mera estupidez y es que les da igual. No les importa que se hagan una o diez copias de cada CD original, lo que sí les interesa es justificar la tasa para tener unos ingresos fijos, pagados por las empresas que luego los hacen recaer en los de a pie, en nosotros.
La solución para este embrollo sería muy fácil: bastaría que en cada caja con un CD original viniera una copia del mismo con la carátula bien visible: copia privada. Esa copia supondría un incremento de precio razonable, un poco más que el equivalente al coste del soporte físico y del proceso de copia. Así ya no habría motivo para cargar los CD vírgenes con tasas puesto que el derecho a copia privada estaría salvaguardado. Pero no, no se hará porque el negociete de la SGAE es mayor cobrando a destajo sobre CD, DVD, escáneres, fotocopiadoras...
Una pregunta para finalizar ¿cómo puedo hacer copia privada de un DVD que acabo de comprar si está protegido para evitar que ejerza mi derecho?
Curiosamente esta cuestión no figura en las FAQ de la SGAE.

21 enero 2006

La universidad desasosegada (I)

Acabo de leer en la edición digital de El País y confirmado en la homóloga de El Mundo que en Ministerio de Educación perpetra otra modificación de los títulos de grado y postgrado universitarios. Tras superar la tentación de tirarme por la ventana (inútil por otra parte porque estoy en la planta baja de mi casa), he recuperado un artículo que tuvieron la amabilidad de publicarme en El Periódico de Extremadura hace unos meses. Con él comenzaré una pequeña serie de entradas sobre la situación universitaria en España tal como yo la veo desde mi punto de vista, sin duda distorsionado. Vaya por delante una confesión: no entiendo nada de lo que está pasando. O hay un “diseño inteligente” detrás, muy por encima de mis capacidades o esto es una sucesión de chapuzas y sinsentidos donde parecen haberse puesto de acuerdo los “neocon” y los “neopro” para ver quién la hace más tonta. El artículo fue el siguiente:
Las funciones de las universidades son esencialmente la docencia y la investigación. La primera transmite conocimiento mientras que la segunda lo genera por lo que su evolución debería desarrollarse paralela y armónicamente. Sin embargo, en mi opinión, y debido a algunos cambios que se están produciendo, este no es el camino hacia el que vamos. Estamos en un tiempo de cambios en la Universidad. Uno de los más notables es que las actuales titulaciones deben adaptarse al Espacio Europeo de Enseñanza Superior cuyo objetivo fundamental es establecer títulos homologables entre los diferentes países, facilitando así la competencia y movilidad laboral de los egresados universitarios.
Dejando aparte los aspectos puramente docentes, esta adaptación hace prevalecer en las titulaciones de Grado (equivalentes a las actuales Licenciaturas e Ingenierías) el aprendizaje de utilidades frente al conocimiento básico. El aprendizaje de la investigación se pospone y podría plantearse en un ciclo posterior (y opcional) de Postgrado, aunque ni siquiera de forma obligatoria. Cabe esperar, en consecuencia, promociones de egresados universitarios que no han tenido contacto alguno con la actividad investigadora en toda su carrera. No sé si las consecuencias de este nuevo perfil serán positivas a nivel individual, pero parece razonable prever un descenso general en los indicadores que valoran la cantidad y calidad de la investigación nacional.
El segundo dato que quiero comentar proviene del reciente nombramiento de la nueva Comisión Europea. El nuevo responsable europeo de ciencia e investigación es Janez Potoĉnik, un economista que ha sido claro estableciendo sus prioridades en declaraciones a la revista Science (número del 26 de noviembre de 2004): el enlace de la ciencia con el crecimiento social e industrial. Parece previsible que este planteamiento penalizará severamente la investigación básica pues condicionará la financiación a criterios economicistas ajenos al objetivo esencial de la ciencia: incrementar el conocimiento.
Esta impresión se refuerza por algunas otras circunstancias inquietantes. La primera es el reconocimiento expreso de que Potoĉnik tiene un escaso bagaje en ciencias naturales. La segunda es que se muestra entusiasmado por el papel de la pequeña y mediana empresa como conductores de la actividad investigadora.
Respecto a lo primero, recordemos que la expresión “ciencias naturales” incluye la biología, geología, física, química... y dentro de ellas la astrofísica, la bioquímica o la genética. El propio comisionado reconoce que tiene una cierta tarea de aprendizaje por delante que, me permito acotar, abarca la práctica totalidad de las ciencias experimentales.
Respecto a la segundo, tal vez por desconocimiento me parece desconcertante pensar en algún mecanismo por el cual la dirección de la investigación pueda traspasarse a las PYME. Esta cuestión aún no ha sido aclarada por Potoĉnik aunque sí el objetivo: usar la ciencia “to boost Europe’s economy”.
Hay más luces, sombras e incertidumbres pero valgan estas dos notas para que nos preguntemos cómo se conjugarán todas estas circunstancias en un futuro inmediato. Las Universidades, las Comunidades Autónomas y los Estados tienen un relativo margen de maniobra propio. Esperemos que entre todos se cubran los huecos y no se olvide la investigación básica.
Pues podemos esperar sentados, la universidad va camino de una FP con título en papel couché. Mientras tanto, estamos diseñando los postgrados que, por imperativo legal, entrarán en funcionamiento antes que los título de Grado. Ya lo comentaré en otro momento...

15 enero 2006

De bitácoras y displays

El aprendizaje de idiomas no es uno de mis puntos fuertes. Aún así, es un asunto que me atrae irresistiblemente y, dentro de mis muy limitadas posibilidades, intento defender el nuestro, el español ante la colonización innecesaria por otras lenguas. Y digo innecesaria porque hay ocasiones donde los neologismos son imprescindibles.
Probablemente es en los campos técnicos donde es más obvia la necesidad de introducir términos nuevos. Algunos son elegantes, como pixel, una contracción de picture element, que también es uno de los necesarios. En otros, su propia historia, su génesis, es toda una aventura, como el caso de quark.
Pero sin pasarse, que muchos tienen un claro equivalente en español, a veces mucho más propio que el inglés. Y otros son, simplemente, copias descaradas de términos ingleses que aparecen por desidia (siempre es más fácil pasar al spanglish que aprender una palabra nueva) o por ignorancia.
La informática es uno de esos campos donde es difícil traducir la jerga, siempre de origen foráneo. Algunos términos se han traducido directamente, como mouse, y todos manejamos el ratón sin complejo lingüístico alguno. Otras traducciones o adaptaciones han fracasado, como byte, que inicialmente se intentó traducir por octeto, término ya olvidado. Y otras son auténticas barbaridades, como decir displayar a las presentaciones en pantalla (oído en directo en la Córdoba de Argentina).
Como curiosidad, comentaré que llamar bitácora a los blogs es un error. Blog es una contracción de biographical log, siendo log un término originado en los albores de la informática y que representa un archivo donde se registra una secuencia de operaciones. Bitácora no es el cuaderno donde los marinos escribían sus notas, sino un arca o armario donde se guardaban, entre otras cosas, los diarios o cuadernos de bitácora. Para la adaptación de blog al español, si queremos hacerla, será mejor usar los términos anteriores.
Finalizo con dos ejemplos opuestos sobre traducciones inglés-español de términos informáticos. Del primer documento es responsable Rafael Fernández Calvo y a mí me parece una propuesta razonable en sus adaptaciones y traducciones. Y por poner algo en el otro platillo de la balanza, les propongo otra opción, en mi opinión descabellada, sobre el mismo problema, perpetrada en este caso por Yolanda M. Rivas.

Y esa tesis ¿cómo va?

Dado que el perfil de mis más bien silenciosos lectores es preferentemente universitario (así lo muestran los identificadores de los que acceden a las páginas), me parece procedente resucitar unas páginas que tenía escritas hace un par de años y ponerlas aquí.
Van de tesis, de esas tesis doctorales que son secuencia de ciclos maníaco-depresivos, de vivo sin vivir en mí, y cosas así. Que acaban o no, que duran y duran como las pilas esas, que parecen emular la odisea de Frodo camino del Monte del Destino. Todo siguiendo reglas aparentemente misteriosas. Pero no, mi hipótesis es que no hay misterio. Lo que hay es una buena o mala gestión, tanto del doctorando como, principalmente, del director o tutor.
Por eso redacté en su momento un documento mínimo que se titula 10 reglas para conseguir que nuestra tesis de doctorado se acabe. Admito añadidos, claro. Y experiencias buenas o malas, ya contarán...
Mientras tanto, sigo recomendando el clásico “Cómo se hace una tesis” de Umberto Eco y publicado por Gedisa. Es un libro muy interesante, lógicamente más orientado a las letras que a las ciencias, pero muy aprovechable por todos.


Hay una breve recensión en la Central del Libro.
Termino con un consejo cínico, ahora que no nos lee nadie: si necesita una tesis imperiosamente y no le llega la cabeza o el tiempo para hacer algo decente, por favor, no haga una basura. Busque una buena tesis de un indio, o chino, o uzbeco, busque un traductor y fírmela como si fuera suya. Nos hará un favor a todos divulgando una tesis que de otra manera se perdería y, lo que es aún más importante, no contribuyendo al lado oscuro de la ciencia con un asco de trabajo. Ah, y acuérdese de silenciar al traductor.

13 enero 2006

Argumentos falaces

Falacia:
  1. f. Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar alguien.
  2. f. Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.
Esta es una entrada didáctica, si me lo permiten. La pobreza argumental de los debates más recientes me recordó la existencia de una especie de catálogo de falacias, pseudoargumentos que se utilizan con excesiva frecuencia por personajes indocumentados en la lógica, bien sea de la subespecie política o paranormal. Busqué por ahí y encontré las expresiones que dispongo a continuación, algunas bien conocidas, otras no tanto. Allá van:
  • argumento ad hominem: método que se basa en rebatir lo que dice el adversario descalificando a la persona, más que a sus razones. El ejemplo más reciente que recuerdo son los famosos "patriotas de hojalata" y "bobo solemne" con que se regalaron Rodríguez Zapatero y Rajoy. El auténtico debate, los presupuestos de la UE, quedaron en un segundo (o tercer, o inexistente) plano.
  • argumento ad populum, identificado popularmente como demagogia: son discursos que pretenden captar la aprobación de la ciudadanía sobre una conclusión que no tiene apoyos lógicos apelando a sentimientos básicos. La patria que se rompe, la cultura oprimida, el "hecho diferencial", son ejemplos manidos.
  • argumento ad ignorantiam: un método muy usado por los parapsicólogos y demás fauna donde un hecho se da por cierto a partir de que su contrario no ha sido probado; por ejemplo: no se ha demostrado que los extraterrestres no nos hayan visitado, luego nadie puede negar que los OVNIS sean naves extraterrestres. Una versión ligera de la falacia es volcar la necesidad de probar la necedad de lo que se dice en el contrario: si yo digo que tengo unos parches milagrosos que disuelven las grasas y tú dices que eso es una estafa, yo respondo que las pruebas de que no funciona debes aportarlas tú (en vez de aportar yo las pruebas de que sí funciona).
  • argumento ad verecundiam: donde se pretende dar por buena la tesis debido al prestigio real o supuesto de una persona ajena que lo defiende. Un ejemplo gracioso de esta falacia es el anuncio de Revital, un producto que según te lo tomas, hecho polvo, te devuelve la energía y bla, bla, bla... El anuncio finaliza con un argumento ad verecundiam: "palabra de Jimmy Giménez-Arnau". Sin comentarios...
He añadido de mi propia cosecha, forzando un poco las cosas, otros dos elementos al conjunto:
  • argumento ad nauseam: donde una falacia se repite buscando que la gente acabe creyéndola por puro aburrimiento o porque, tarde o temprano, la pillas con la guardia baja. Un triste ejemplo son los argumentos de un aparente historiador, llamado Pío Moa, que ha disfrutado de múltiples entrevistas y apariciones en algunas cadenas de radio y televisión rehaciendo la historia reciente con una desfachatez monumental. Como es una persona preparada, don Pío utiliza también con soltura los argumentos ad ignorantiam y ad verecumdiam.
  • argumento ad googlem: una especie nueva, muy de moda entre mi alumnado, donde una cosa es cierta porque la ha encontrado a través de Google, magnífica herramienta pero que lo mismo nos sirve filetes de primera que despojos de autopsia.
A veces echo de menos aquello de Barbara, Celarent, Darii, Ferio ¿alguien se acuerda de cuando se estudiaban los silogismos en el instituto?

11 enero 2006

El tramposo cutre

Al hilo del tramposo Woo Suk Hwang y sus clones de las Guerra de las Galaxias me apetece comentar un par de obviedades sobre la publicación de trabajos científicos y la posibilidad de fraude en ellos. Intentaré ser ordenado por una vez:
  • los trabajos científicos se publican en revistas una vez que dichos trabajos han sido revisados y dados por buenos por dos o tres revisores, normalmente anónimos.
  • los revisores no se plantean si los datos son reales o no: se supone que lo son. Sólo se proponen revisar las novedades del artículo, lo adecuado de la metodología, lo correcto de las conclusiones...
  • algunos revisores pasan bastante de su tarea y no examinan a fondo los trabajos que les llegan, lo que facilita que no se publiquen solamente los buenos trabajos.
  • los tramposos existen y existirán porque de las publicaciones se deriva la promoción profesional, la financiación y el prestigio.
  • los trabajos científicos han llegado a un grado de sofisticación elevado de forma que ningún revisor puede detectar el fraude a primera vista si el artículo está bien cocinado técnicamente.

Por ejemplo, si aparecen unas fotografías de electroforesis en gel como las de la figura (las he tomado prestadas y no sé ni de qué son), el revisor no puede saber si reflejan realmente los resultados de la prueba; ni siquiera puede saber si el aparato estaba correctamente calibrado, si los "gusanitos" de gel no estaban contaminados o caducados, si las condiciones ambientales de la prueba eran las correctas... Por defecto, supondrá que todo ha sido correcto.
Los fraudes en las publicaciones son normalmente menos graves que el de Hwang; algunos ejemplos, de menor a mayor que pueden encontrarse con cierta frecuencia:
  • el "leve" retoque del dato inconveniente que molesta porque no confirma la hipótesis, no se inventa nada pero se quita aquello que estorba.
  • la ocultación de información estadística relevante que debería darse para saber si los resultados son realmente consistentes; por ejemplo, el tamaño de la muestra, los intervalos de confianza para los estadísticos...
  • la invención de datos para engrosar la muestra y hacerla más representativa: sólo se tomaron 30 medidas pero si las cuadruplico, llego a las 120, por ejemplo, y la cosa tiene un pasar.
A los tramposos persistentes podemos dividirlos a grandes rasgos en dos grandes grupos: los cutres y los finos.
A los cutres se les nota porque el cocido está poco hecho o se les ha pasado. Normalmente saben poca estadística y un revisor atento puede notar que su trabajo huele porque los datos y los análisis son, en menor o mayor medida, inverosímiles.
Los finos son harina de otro costal. Sus recetas son tan buenas que sólo cuando otros equipos se ponen a repetirlas aparece el problema: nadie es capaz de llegar a sus resultados. Cuando el trabajo es irrelevante el fraude cuela y queda escrito para siempre. Pero cuando el tema es importante, como el caso de los clones del Hwang, el pestazo se va a notar más bien temprano que tarde.
Por cierto, que estos tramposos de fino estilo suelen acompañarse por más firmantes que han confiado en él y que, sin participar en el trabajo, aceptan la autoría regalada (otro tipo de fraude) para engrosar su curriculum. Luego vienen las rebajas, las retractaciones, los balones fuera (no, si en realidad yo no intervine en el trabajo...).
Por eso el caso del coreano es extraño, porque no podía colar.

10 enero 2006

La parajoda constitucional

No quiero entrar demasiado a fondo en el asunto pero quede claro que en este país hemos avanzado mucho. Resulta que antes los militares daban golpes de estado para su propio beneficio, simultaneando esta noble tarea con la más prosaica de cepillarse a cualquiera que tuviera dos dedos más de frente que la mona Chita.
Ahora ya no, ahora un tal José Mena Aguado, teniente general, riza el rizo y pretende que el ejército "intervenga" si el parlamento español decide aprobar el estatuto de autonomía de Cataluña en unos términos inconvenientes. Pero, eso sí, nada de alzamientos ilícitos, lo haría en nombre de la Constitución.
Un golpe de estado plenamente constitucional, vamos...
No merece mucho la pena comentar la creativa ocurrencia del ciudadano Mena porque a estas alturas del generalato dudo que sea permeable a cualquier réplica. Sin embargo, sí resultaría interesante que ampliara su idea, tal vez patentable. Ha dejado cabos sueltos y me corroen las dudas.
Por ejemplo, ¿quién sería el encargado de decidir si el parlamento se había pasado de la raya? ¿El cabo furriel o el oficial de guardia en las Chafarinas? ¿O harían un referendum?
¿Qué haría exactamente el ejército en caso necesario? Lo de siempre, supongo. Para variar propongo una idea creativa y mucho más barata (los misiles están por las nubes): abandonar Cataluña a su suerte vaciando los cuarteles y dejándola a merced de los gabachos, que siempre le tuvieron ganas. Así se iban a enterar, los listillos, de lo que es el centralismo de verdad.
En fin, ciudadano Mena, ha logrado usía el más difícil todavia: que aplaudan su filípica aquellos que en su momento no apoyaron la Constitución. O peor todavía: que, en silencio, algunos miserables sonrían al ver el desaguisado. Felicidades.

Para enterarse, que luego dicen que manipulo, dos documentos que, al menos hoy, funcionan: el discurso completo del ciudadano y el párrafo más interesante en formato mp3.

08 enero 2006

De idiomas oprimidos y opresores

España es una suma de intolerancias y su historia una secuencia de navajazos. Nuestras relaciones han sido exactamente como pinta Goya en su cuadro. Y nuestra estupidez colectiva ha hecho de las lenguas una "víctima colateral".


Primero pegó el garrotazo el de la izquierda del cuadro, que hago símbolo de una dictadura que hizo del catalán, vasco, gallego y de algunos más un síntoma de traición. Esos infames consiguieron que el español fuera considerado un patrimonio del franquismo. Y otros infames consintieron en creerlo, dándoles el patrimonio de una lengua con siglos de historia y que hablan 400 millones de personas en el mundo.
Y ahora, le toca al de la derecha devolver el garrotazo, marginar allá donde se pueda, vengar una afrenta que el idioma no hizo sino sus ejecutores.
Las lenguas son inocentes, no así sus hablantes. ¿Y saben cuando la "cuestión lingüistica" estará normalizada? Pues cuando veamos cumplidos dos hechos, por ejemplo en nuestro parlamento: que todos los idiomas, lenguas y lo que sea menester sean oficiales y, simultáneamente, que teniendo el derecho a expresarse en cualquiera de ellas, todas sus señorías se avengan voluntariamente a debatir en una única lengua de trabajo.
Pero en este país de navaja y posta lobera este ejercicio de generosidad no llegará mañana.
Mientras tanto les animo a leer un texto de Fulgencio Argüelles, escrito en 1997 y publicado entonces en "La Nueva España", diario de Oviedo. Dice todo lo que hay que decir con una rara mezcla de corazón, lógica y bondad y no merece caer en el olvido. Sea este mi pequeño grano de arena a la causa de los idiomas inocentes.

04 enero 2006

3 reformas constitucionales que no se harán mañana

En España se discute sobre reformas de la Constitución. Aparte de las que se manejan en los mentideros de la villa y corte quiero aportar mi granito de arena. Es más, tengo la seguridad de que el buen rollito imperante estos meses hará que sus señorías discutan sesudamente estas propuestas en el bar de las Cortes y lleguen, incluso, a proponer alternativas más elaboradas.
  1. La representación parlamentaria será directamente proporcional al número de votos.
  2. El senado será disuelto por inútil.
  3. La toma de posesión de los ministros estará condicionada a una prueba práctica donde deberán demostrar ser capaces de:
  • expresar ideas simples sin errores gramaticales
  • aplicar las cuatro reglas aritméticas básicas con decimales
  • tener conocimiento de la historia de su país más allá de la última legislatura
En cuanto a la medida 1, véase la entrada de Malaprensa donde muestra que las reglas de reparto actuales sólo benefician al PSOE y al PP y perjudican seriamente la salud de IU. Los partidos nacionalistas están, más o menos, donde les toca.
La medida 2 es pura higiene: todo el mundo está de acuerdo en que el senado no es eficaz pero, simultáneamente, todos los intentos de cambiarlo en dos décadas han fracasado. En conclusión, para poner pesebres, mejor en otra parte y para gente que lo necesite más, que de buitres de corbata y PDA estamos servidos.
La medida 3 es la más difícil, lo comprendo. Pero soy duro, nada de talante, inamovible. Estaría incluso dispuesto a agregar que el ministro de exteriores y el presidente del gobierno deberían saber inglés. A menos que queramos seguir haciendo el ridículo, claro.
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