17 abril 2006

Sagan, demonios y parásitos

Estoy releyendo el libro “El mundo y sus demonios” de Carl Sagan. Y esta vez me está dejando una sensación desagradable. Es un libro escrito desde el sentido común, donde
se defienden estrategias tan obvias como no buscar explicaciones inverosímiles si las hay simples o que si te han desaparecido las llaves de casa no eches la culpa a un extraterrestre, probablemente las has dejado en el bar.
¿Porqué entonces ese regusto amargo? Pues porque ahora, unos años más tarde, veo más claro que la superchería, los gurús, los vendedores fraudulentos de salud y bienestar son de un atractivo tan enorme que estarán siempre con nosotros. Aprovechan esa estrategia de parásitos para la que hay siempre espacio, especialmente en sociedades de cultura débil y donde el conocimiento científico es muy limitado. La situación se agrava en tiempos donde no se promueve el pensamiento crítico en la educación y donde, a juzgar por su comportamiento público, cualquier patán puede llegar a diputado sin excesivos problemas.
Esta sensación de desasosiego se agrava al escuchar continuamente declaraciones pomposas o falaces por parte de los responsables de los nuevos (¿) paradigmas educativos. Les pongo sólo un ejemplo mínimo, casi irrelevante, pero que posee esa extraña cualidad que me enerva como pocas otras cosas: hace unos días, el secretario de Estado de Universidades e Investigación, Salvador Ordóñez dice que “se están dando grandes pasos en política científica, con compromisos como el incremento presupuestario del 25 por ciento anual”. Muy bonito, magnífico, don Salvador, pero estoy harto de que se confundan las promesas con los hechos. Este tipo de declaraciones son una estafa porque sólo venden humo y generan esa suerte de majadería que en las primeras semanas de vida de este blog, no hace tanto tiempo, llamé nonoticias.

Y ahí está el libro de Sagan, que debería ser obligatorio en los institutos y promocionado en las bibliotecas, comparando a la ciencia con una pequeña luz perdida en la oscuridad del mito y la superstición.
No será posible ganar, sin duda, porque la superchería es una estrategia evolutivamente estable y eliminarla es volver a la utopía. Lo que al menos debemos intentar es evitar que toda esta basura llegue a la vida pública en forma de ley. Para eso deberían estar sus señorías/os, los diputados/as, Pero no, su reino no es del mundo mortal, está en otro país, nación o lo que diablos sea esto, en un plano astral que tiene tanto que ver con la realidad como la echadora de cartas del tarot.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Chapeau!
Estoy contigo, pero no solo la educación, sino todos los medios a su alcance, es una pandemia, sin duda.
Todos los medios están a su alcanza, cualquier programa de televisión, revistas de mil clases, radios... incluso se cuela algún que otro gazapo en revistas de rigor como Nature...
Pero no hablo de los "pseudoperiodistas magufos", sino los "periodistas de verdad", que también tienen cierta predilección por lo misterioso, por lo morboso, trastocando bochornosamente cualquier noticia científica y también publicitando lo "paranormaloide" si tienen oportunidad,esto es lo que ve la gente y ello es lo que mueve a las masas. Cierto que los políticos son de lo peor, pero mayor culpa tienen los medios, que le dan cobertura y proganda haciendo caso omiso de las voces críticas. Es un círculo vicioso, una áspid que se muerde la cola, la relación medios-gente...
Pero si algo nos ha enseñado la evolución ;), que aunque 200 millones de años pesen, nada es eterno, jajaja!!!
Mis disculpas por la última frikada y un cordial saludo!!!

Anónimo dijo...

Y no olvidemos las pseudociencias aplicadas a la gestión empresarial, con la obra cumbre de "Quién se ha comido mi queso?". Algún día, los escépticos de la red deberíamos dedicarnos a atacar toda la basura pseudocientífica que revolotea en torno a temas empresariales y qué ha conseguido que ciertas ideas se hayan convertido en dogmas (la "necesidad" de la flexibilización, de la externalización, de la deslocalización...),

Anónimo dijo...

¿vieron el último de "Cuarto Milenio". Aparte de la incapacidad manifiesta de Carmen, la pareja de Iker, para manejar "antes de Cristo" y "después de Cristo", lo que le hace cometer errores en los datos de 1000 ó 1200 años (esta chica debe ir a "Barrio sésamo", es patética la psicofonía de "Ave Satán". Los "momentos tenientes" de Pablo Motos se reconocen mejor
Otra cosa, yo he trabajado en dos antiguos sanatorios antituberculosos (San Pedro en Logroño, "El Cascajo" en Zaragoza) y para nada eran lo que se nos quiere hacer creer, de almas en pena, muertos sin atenciones, etc. ¡Por favor!
Y lo del "revisor fantasma" ¡Ja! ¡Cómo ocultan que la denuncia del probo ciudadano en cuestión se produce el 9 de Enero, 4 días tras los accidentes. Tampoco dicen nada de los testimonios de los otros viajeros del compartimento, que sin duda apoyarían al probo ciudadano, vamos ¡digo yo!
Y el teléfono ese de las visiones yanquees. EEUU tiene seis veces más habitantes que España. La semana antes del 11-S se reciben 90 llamadas de premoniciones. ¿Cuántas se recibirían una semana normal en un teléfono gratuito en España? ¿Quince? ¡Quinientas, por lo menos! La pitonisa Lola sóla ya llamaría por lo menos cien!
Al peo.

Anónimo dijo...

Os acompaño en el "sentimiento". Un saludo a todos,y al autor que ha estado especialmente brllante. Me alegro de no estar solo.

Anónimo dijo...

hola, saves? no comprendo porq deve de ser obligatorio ese libro si en el principio mensionas q te dejo asombrado porq no es tan fantastico como al princiio, en fin God bye......a si en cuanto a q la ciencia es una forma de dar luz.................es sierto..pero tabn da muerte..asi q dejen als sombras en paz!¡°!¡

Ángel M. Felicísimo dijo...

Esto no es para tí, querida Juanita, al menos por el momento, las sombras de las que hablamos no son de comic, son algo más serio y real.

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