11 junio 2006

La tribu flamenca y sus competencias

Donde la Junta de Andalucía aplica la ley de la tribu

Este fin de semana he tenido un rato para organizarme en cuanto a temas pendientes. Aplico al blog la misma norma que aprendí a usar con algún correo electrónico molesto: nunca contestar en caliente. Por tanto, dejé dormir unos días el post sobre Ratzinger en Polonia. Lo mismo con este que les pongo aquí y cuyo asunto central ya fue comentado en otros sitios. Aún así, la tontería es de tal calibre que merece la pena insistir en ella y sobre todo que nuestros colegas del otro lado del Atlántico pongan sus barbas a remojar, porque la necedad es altamente contagiosa.
Bueno, al tajo: aquí tienen la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía. Vayan a la página 17 y encontrarán esto:
Artículo 67. Cultura y patrimonio.
1. [cortado] Corresponde asimismo a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de conocimiento, conservación, investigación, formación, promoción y difusión del flamenco como elemento singular del patrimonio cultural andaluz.
Las palabras clave son, por supuesto, las de "competencia exclusiva". Los tarados que han escrito esto han partido de la suposición de que el flamenco es sólo andaluz. Aunque fuera así, también han supuesto que la cultura puede ser competencia exclusiva de alguien, fíjense en las palabras conocimiento e investigación...
Sobre la primera suposición, Arcadi Espada nos da una lista para empezar a hacer boca donde hay de todo, madrileños, catalanes, extremeños... Sobre la segunda, Javier Caraballo nos ofrece un post de los que me gustan, coña marinera para disimular el asombro.
La reforma del estatuto está ahora en debate en el Congreso de los Diputados, sí, con esas mismas señorías que hablan de medicamentos homeopáticos. Si el borrador se aprueba tal cual, el Festival Internacional del Cante de las Minas, con sus 45 ediciones, será ilegal. A quién se le ocurre celebrarlo en Murcia, qué atrevimiento.
La tribu vuelve y con ella el sentido común se desvanece. O como leí una vez, ya no me acuerdo dónde: el coste de la educación es alto pero no es nada comparado con el coste de la ignorancia.

4 comentarios:

Psicopanadero dijo...

Nos la están dando demasiado con los estatutos, con las competencias exclusivas, con el "y yo más", y todo eso.
Estoy deseoso por ver qué sarta de gilipolleces ponen en el de Castilla y León. Supongo que no serán tan etnicistas, porque por lo que parece por aquí los "castellanistas" y los "leonesistas" son muy minoritarios y sólo se hacen caso entre ellos.

Anónimo dijo...

Y ole la nueva gilipollez.

Deberiamos hacer cuando ya esten todos los estatutos, una recopilacion de idioteces, imbecilidades, niñatadas, comportamientos anormales y demas subnormalidades que los politicos han colocado en los distintos estatutos y luego sacarlo como "1001 gilipolleces, politica de parbulario, ¡¡y yo mas!!)

Alu dijo...

Para ser justos, no estaría mal tampoco incluir en el grupo de las estupideces, aquellas lanzadas por quienes se dedican a sembrar el miedo con el riesgo que corre la unidad de España etc... Porque podría resultar que esta cuestión no fuese más que un mito infundado, de la talla del Ochate del Friker o el astronauta ruso.

Así sería un trabajo verdaderamente imparcial.

;)

Ángel M. Felicísimo dijo...

Estas cosas raras con las que nos regalan los políticos creo que no se deben a la ideología sino a un peculiar sentido de la cultura que no es de izquierdas, derechas, arriba o abajo sino del "nuevo político". Tampoco es sólo de los estatutos, aunque ahora abunden en rarezas. Yo prefiero llamar la atención sobre hechos que me puedo tomar con cierto humor y el artículo 67 está ahí escrito aunque parezca difícil de entender. Sobre los hechos que comenta Alulim no soy capaz de distanciarme demasiado y me traicionaría la adrenalina. Cusndo llegue el momento de comentarlos deberíamos tener en mente al estilo de Luis Carandell y sus "Celtiberia Show".

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