26 septiembre 2006

Una página que cambió la biología

Acabo de leer el libro de James Dewey Watson "La doble hélice". Es uno de esos clásicos que todo biólogo aborda con un poco de reverencia. A fin de cuentas es un libro escrito por una figura importante, galardonada con un tercio de premio Nobel 1962 junto con Francis Harry Compton Crick y Maurice Hugh Frederick Wilkins. Todos ellos y alguna más contribuyeron a un avance decisivo de la biología. A pesar del tema, apasionante, el libro no me ha gustado demasiado. Por un lado, la contraportada del libro dice algo así como que es una exposición de la investigación vista desde dentro y tal… Bueno, pues no. La peripecia que nos cuenta don Jaime D. Watson tiene mucho más de crónica social que de investigadora, de hecho apenas se puede entrever el flujo de pensamientos o el razonamiento que llevó a la propuesta final. Eso no quita mérito al trabajo, obviamente, pero no lo hace representativo de la investigación en general ni contribuye demasiado a su comprensión.
Un par de detalles más a comentar, aunque son sólo opiniones personales: el primero es que el subtítulo está algo desenfocado: "el descubrimiento de la estructura del ADN". El trabajo fue más de comprensión que de descubrimiento porque disponían prácticamente de todas las piezas. La estructura helicoidal básica ya había sido propuesta (entre otros por Linus Pauling, una figura monumental en la época), se sabía también que el ADN estaba formado por un grupo fosfato, por un azúcar, por los nucleótidos adenina, timina, citosina y guanina, existían imágenes de difracción de rayos X de buena calidad... (por esto último, un tercio del premio se lo llevó Wilkins). Lo que pasaba es que nadie había sido capaz de unirlo todo en una estructura molecular coherente donde los átomos encajaran en su sitio y se dispusieran a las distancias compatibles con sus propiedades. Fue, literalmente, un mecano para el cual se llegaron a construir modelos de las moléculas para luego “jugar” a unirlos en múltiples configuraciones, a ver si había fortuna.
Por decir cosas positivas, lo más curioso de la historia fue cómo se publicó la conjetura: una sola página en la revista Nature en 1953, una página que revolucionó la biología (también aquí). No fue una revolución que cambiara paradigmas o pusiera todo patas arriba sino una aportación fundamental que supuso un enorme paso adelante en la bioquímica y la genética. Por cierto, aquí tienen una traducción (al gallego).


Aparte de los protas, la estructura del ADN es un ejemplo de elegancia absoluta, de auténtico diseño inteligente: sería difícil pensar en una alternativa que, con la máxima simplicidad, estuviera tan adaptada a cumplir con eficacia sus funciones. Una cremallera helicoidal de dos largas cadenas de nucleótidos que, al estar unidas por enlaces débiles (puentes de hidrógeno) pueden separarse a la hora de hacer nuevas copias en la duplicación celular. Los ácidos nucleicos probablemente son la única característica común de todos los seres vivos en este planeta. Incluso de algunos no tan vivos, como los virus.
Como curiosidad, la triple hélice propuesta en la infame serie Operación Threshold fue una de las hipótesis manejadas en los años de trabajo de Watson y Crick.

9 comentarios:

Richal dijo...

Angel, es curioso que no menciones esto:

http://www.mayanmajix.com/art1699.html

Ángel M. Felicísimo dijo...

Parece que a Crick le preguntaron varias veces si estaba "de viaje" cuando resolvieron el problema. Su respuesta fue que demandaría al que se atreviera a ponerlo por escrito. Aunque a lo mejor estaba bajo los efectos de potentes estimulantes como pote gallego o fabada asturiana, quién sabe...

Hurón dijo...

También es muy interesante el papel que jugó la cristalógrafa Rosalind Franklin.

Como cuentas en tu post, la propuesta inicial de Watson y Crick consistía en un modelo helicoidal con tres cadenas. Iones de Magnesio sostenían unidos los fosfatos y hacia la periferia las pentosas y las bases nitrogenadas.

Rosalind Franklin pulverizó sus argumentos. La cantidad de agua en el modelo no correspondía al de los estudios de difracción. Los fosfatos y, por lo tanto, el “esqueleto” de la molécula tenían que estar en el exterior de la misma. No existía en realidad ningún indicio consistente de que la estructura fuera helicoidal.

Ángel M. Felicísimo dijo...

En efecto, la pena es que la pobre Rosalinda se murió antes de poder competir por el Nobel aunque si el ambiente es tal como lo cuenta Watson, no se lo hubieran dado por motivos de pura discriminación.

Anónimo dijo...

Como bien decis, el libro no es lo que uno imagina cuando lo empieza a leer.

Sin embargo, a mi me dio un buen punto de vista de como se manejaban los cientificos en la epoca, de cuanta y cuan despiadada era la carrera hacia el nobel y el papel de Rosalind, que esta ausente en muchos libros de quimica organica a la hora de dar el credito por el "descubrimiento" del modelo molecular del ADN.

Emilio Cervantes dijo...

Esto es más bien Historia de la Biología y no Biología. Os estais quedando anticuados.

http://nuevabiologia.blogspot.com/

Anónimo dijo...

hola que tal hermanos quisiera saber si algunos de ustdes sabe como puedo conseguir el libro la doble helice de j.watson . si alguien sabe la respuesta este es mi correo si no es mucha molestia alanjmejia@gmail.com

Pedro L. Méndez dijo...

Por lo que tengo entendido, para Watson resultó fundamental el libro ¿ Qué es la vida ? de Erwin Schrödinger, 1944

Ángel M. Felicísimo dijo...

No lo sé pero podría ser. El libro de Schrödinger me pareció muy interesante cuando lo leí pero tengo que reconocer que hoy no me acuerdo de nada :-(

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