28 febrero 2007

El "efecto dibu"

O cuando se unen poder y miseria

¿Se acuerdan de la película "¿Quién engañó a Roger Rabbit"? Argumento aparte, en ella se muestra que los "dibus" tienen un punto flaco. Esa debilidad está a punto de costarle la vida al conejo protagonista en el bar donde el detective Eddie Valiant intenta ocultarlo para que el juez Doom y sus comadrejas no lo capturen. Los dibus salen a bailar cuando suena la música, no pueden evitarlo, es superior a sus fuerzas.
Lamentablemente, el "efecto dibu" no se limita al mundo imaginario de Roger y Jessica Rabbit sino que hay versiones más humanas y bastante más siniestras. El "efecto dibu" afecta a una serie de personajes a los que, de repente, se les regala una dosis de poder. A veces un poder efímero, que sólo dura unas horas, pero que les permite decidir sobre el presente y el futuro de las personas que tienen a su alcance. Los más sensibles son personajes acomplejados y miserables, lo que permite que se desate el maleficio del "efecto dibu": la sensación de poder es demasiado fuerte, hay que salir a bailar.


Así se da que auténticos indocumentados científicos que han llegado a los tribunales por motivos incomprensibles, con currículos ridículos, abusan de su efímero poder subidos a su pedestal de barro.
Así se da que profesores a los que todos ignoran se resarcen convirtiendo sus asignaturas en una hermética carrera de obstáculos cuyo efecto es romper voluntades y crear desesperación en aquellos que no esperaban encontrarse eso en una universidad.

A veces el tiempo pone a cada cual en su sitio pero no siempre. Ni siquiera frecuentemente.
Pero bueno, aquí tienen una excepción relativa a una universidad y aquí otra en el ámbito del CSIC. En este último caso está disponible toda la documentación, desde el texto del recurso hasta la resolución escaneada página a página (p1, p2, p3, p4, p5, p6, p7).
El poder es como el Golem, que acaba destruyendo al que abusa de su fuerza. Sólo que muchas veces deja otras víctimas en las cunetas del camino.
Vamos, sal a bailar, que todos te miran. Ya volverás luego a la miseria que es tu vida.

26 febrero 2007

Nunca te acostarás sin saber una cosa más

O tres por el precio de una. Las cursivas son mías.
  • Donde me entero por fin de por qué la teoría de la evolución no es científicamente válida.
La teoría de la evolución defiende que la vida apareció en la Tierra como resultado de la casualidad, y que surgió por sí misma a partir de condiciones naturales. Esta teoría no es una ley científica ni un hecho demostrado. Debajo de su fachada científica, es una visión materialista del mundo que los darvinistas intentan imponer a la sociedad. Las bases de esta teoría, que han sido refutadas por la ciencia en todos sus campos, son sugestiones y métodos de propaganda que consisten en engaños, falsedad, contradicciones, trampas y trucos.
La teoría de la evolución se presentó como una hipótesis imaginaria en el contexto del entendimiento científico primitivo del siglo XIX, y hasta el día de hoy no ha habido ningún descubrimiento o experimento científico que la respalde. Al contrario: todos los métodos empleados para confirmar la teoría no han hecho más que demostrar su invalidez.
De "El colapso de la teoría de la evolución en 20 preguntas"

  • Donde me entero por fin de qué tienen en común los dictadores sanguinarios.
El siglo XX, que recién dejamos atrás, fue un siglo de guerras y conflictos que condujeron a sufrimientos, desastres, violaciones, pobreza y enormes destrucciones. Millones de personas fueron asesinadas, masacradas, abandonadas al hambre y a la muerte, desprovistas de viviendas, refugios, protección o apoyo. Y todo ello para nada, pues fue hecho en el nombre de ideologías descarriadas. Millones de personas quedaron expuestas a un trato inhumano que ni siquiera es admisible en los animales. Prácticamente, en todas las ocasiones esos sufrimientos y desastres llevaron las firmas de los déspotas y asesinos involucrados: Stalin, Lenin, Trotsky, Mao, Pol Pot, Hitler, Mussolini, Franco… [...]
[...] A primera vista esa fuente [de donde se han nutrido los anteriores] ha pasado siempre desapercibida, entre bastidores, y siempre ha exhibido el rostro de "inocente". Esa fuente es la filosofía materialista y el DARWINISMO, expresión de dicha filosofía en el campo de la naturaleza.
De "Los desastres producidos por el darwinismo a la humanidad".

  • Donde me entero por fin de que la ciencia desaprueba el materialismo y apoya el creacionismo.
Como una cuestión de hecho, las ideas materialistas de todo tipo, siendo las de Marx las principales, han colapsado totalmente debido a que la teoría de la evolución --que en realidad es un dogma del siglo XIX sobre el que se apoya el materialismo--, ha quedado absolutamente invalidada por medio de los descubrimientos de la ciencia moderna, la cual ha desaprobado y continúa desaprobando las hipótesis materialistas que no reconocen más que la materia, en tanto que demuestra que todo lo existente es el producto de lo creado por un ser superior.
De "El engaño del evolucionismo"

Y es que Harun Yahya, sea quien sea, nos trasmite su sabiduría y su prodigiosa capacidad de argumentación y raciocinio libro tras libro [ironía off]. Los anteriores son descargables en su página web aunque me sigue pareciendo mucho mejor "Una noche en la ópera".
Este personaje es el que firma el "Atlas de la Creación" glosado en Evolutionibus, Proyecto Darwin, Magonia, Paleofreak, Evolucionarios... como una joya de la manipulación, aunque leídos los fragmentos que les he puesto arriba convendrán conmigo que el público de don Harun no va a estar entre los que tienen algo de formación científica o histórica.
¿Por qué comentar a este personaje después de todo lo escrito en los blogs? Pues sólo para hacer público que hace un tiempo que tomé una decisión: no se someten a debate ciertos temas.
Un ejemplo ¿se pondrían ustedes a discutir sobre si la Tierra está o no sujeta por una columna de tortugas encima de un elefante? Yo no.
Por idéntico motivo me niego a hablar de media docena de cosas porque ya no está uno para hacer tonterías y el tiempo escasea. A saber:
  • la teoría de la evolución
  • la planeidad de la Tierra
  • la eficacia de la homeopatía
  • la existencia del Monstruo Spaghetti Volador
  • el sex-appeal de Lauren Bacall
  • el móvil perpetuo de segunda especie
¿Fundamentalismo científico? Vale. Viviré con ese baldón.

25 febrero 2007

De especies en extinción y artesanos de la biología

Se conocen aproximadamente 1.4 millones de especies de organismos vivos (obviaremos aquí el debate sobre qué significa “especie”). Se estima que esta cifra representa el 15% del número real y algunas otras estimaciones lo sitúan en apenas un 2%. Peter H. Raven y Edward O. Wilson comentaron hace ya 15 años algunos datos al respecto [DOI: 10.1126/science.258.5085.1099]; los comentarios entre paréntesis son míos:
  • En la década de los 80 fueron descubiertas tres nuevas familias de plantas con flores en Centroamérica.
  • El filum animal más reciente (Loricifera) fue descrito en 1983 (recordemos que filum representa un nivel taxonómico muy alto, como los Cordados, Artrópodos o Moluscos y que se basa en diseños anatómicos exclusivos).
  • La gran mayoría de los insectos del dosel arbóreo tropical, probablemente más del 90% en algunos grupos, aún es desconocido.
  • Se han descrito unas 69000 especies de hongos pero se estima que hay un mínimo de 1.5 millones.
  • Los microbiólogos reconocen unas 4000 especies de bacterias pero se supone que son sólo una ínfima parte de la realidad. Un gramo de suelo en un bosque puede contener 4000-5000 especies pero cuyas condiciones de cultivo se desconocen; lo mismo ocurre en un gramo de sedimento marino, sólo que las especies son diferentes.

Pliciloricus enigmatus, una de las especies del nuevo filum Loricifera

Estos datos están desfasados por la fecha de publicación. Por ejemplo, desde entonces se han descubierto dos nuevos filum: Cycliophora y Micrognathozoa. La situación general, sin embargo, no ha cambiado: el progreso hacia el conocimiento de la prodigiosa biodiversidad de la Tierra ha sido y es muy lento. En ese artículo Raven y Wilson urgían a reforzar el inventario de especies, el 80% de las cuales está en los trópicos, las zonas más afectadas hoy por la destrucción de habitats.

Podríamos suponer que no es mal momento para ello. “Biodiversidad” es la palabra de moda (en dura competición con eso del “desarrollo sostenible”) y cabría esperar recursos e iniciativas para su estudio. Pero no es exactamente así. La biodiversidad se ha convertido en un concepto propagandístico que sólo se financia cuando es titular de la prensa. Pero bueno, ya me voy por las ramas, volvamos al tema.

Las especies se descubren cuando un especialista las encuentra, analiza, compara con lo ya conocido… y las describe siguiendo un protocolo bien establecido. Deben guardarse varios ejemplares incluyendo aquel en el que se ha basado la descripción y que se denomina holotipo. Esos ejemplares residen físicamente en colecciones de esas que parecen decimonónicas: cajones y archivadores llenos de carcasas de insectos, pliegos de herbario con plantas secas entre sus hojas… Estas colecciones atesoran millones de especímenes (por ejemplo, un millón en el RJB, 6 millones en el MOBOT) que pueden ser pedidos, prestados y estudiados por especialistas de todo el mundo. En algún lugar hay pliegos con especies ya extintas, o variedades de plantas antes cultivadas y ahora ya olvidadas. Un tesoro de diversidad genética y de información de primera mano.

Holotipo de Carduus modestii Tamamsch recolectado en Ulan-Bator, Mongolia, en 1927, actualmente depositado en el Missouri Botanical Garden (pinche aquí para verlo en alta resolución, 1.8 Mb).

Etiquetas del ejemplar anterior, obsérvese la llamada de atención: Typus!

Pero esa es la parte menos popular de la taxonomia y, curiosamente, los fondos no van a ampliar las colecciones. Scott Miller comenta:

“It is ironic that, just as the U.S. National Science Foundation increases funding for biodiversity research, many states are threatening to discontinue support for their collections”

En Challenges and opportunities in understanding and utilisation of African insect diversity (Miller, S.E, and and Rogo, L.M., 2001, Cimbebasia, 17:197-218) da alguna razón práctica para ello:

“Yet, there is urgent need for basic information on insect diversity for pest management related to plant, livestock and human health, as well as conservation and environmental management.”

¿Qué pasa? ¿Dónde está realmente el estudio de la biodiversidad?
Peter Raven y Edward Wilson vuelven a la carga años después y, con Quentin D. Wheeler, dicen que los fondos que nominalmente están destinados a la taxonomía se dedican de forma mayoritaria a análisis de ADN y a la construcción de filogenias moleculares. Mientras tanto, insisten, cientos de especies están amenazadas de extinción. Y su conocimiento se detiene, añado yo.

En mi opinión de no-especialista en nada, es un problema de sexy-science: hoy molan las filogenias moleculares pero no el trabajo de campo. Las primeras forman parte de la “gran ciencia”, se trabaja a cubierto, los aparatos generan miles de resultados baratos que son fácilmente publicables. La taxonomía de campo es, en cambio, enormemente trabajosa, cara, necesita un largo aprendizaje y no se publica en revistas de alto impacto sino en tediosas monografías, revisiones, floras y faunas. ¿Quién eligiría la segunda vía?

Las puertas del ADN se abrieron y surgió una ola que dejó a los taxónomos sin fondos y sin espectativas. Como en tantas otras cosas, lo nuevo barrió lo clásico cuando, en realidad, el auténtico conocimiento, la comprensión de la realidad está aún en el campo. Rematan Wheeler y compañía:

“The need for this research has been masked, because molecular researchers could draw on centuries of banked morphology knowledge. That knowledge, however, is limited to a fraction of Earth’s species and will very soon be exhausted. Fashionable DNA bar-coding methods are a breakthrough for identification, but they will not supplant the need to formulate and rigorously test species hypotheses.”

Una noticia relacionada se reseña en el blog de Evolutionibus: una iniciativa que diseña “códigos de barras” genéticos para diferenciar las especies entre sí. Aparte de la idea, interesante, los tests para comprobar la bondad de la identificación de especies están basados, cómo no, en las especies descritas previa y convencionalmente. La presentación del proyecto, llamado The Barcode of Life Data System puede encontrarse en este PDF. Se trata, por tanto, de un proyecto de diagnóstico pero no de descubrimiento o de comprensión, entre otras cosas porque se basa sólo en la secuencia de unos cientos de nucleótidos de un único gen de ADN ribosómico. Por cierto que usan la taxonomía como comodín de una forma curiosa: si su test es conforme a las especies definidas con los métodos estándar es que funciona. Y si no funciona echan la culpa a la taxonomía convencional que no ha conseguido separar esas “especies ocultas”. Así cualquiera.

Para finalizar: ¿saldrá el especialista en ADN a las selvas de Bolivia a buscar nuevas especies o a entender mejor las relaciones a nivel de comunidad? No porque no es su papel pero tampoco deberíamos perder de vista que el taxónomo se convierte en una variedad en peligro de extinción y la pérdida de especies avanza a pasos de gigante.



P.S. Pueden ver un buen post sobre los nuevos filum en Diario de un copépodo

22 febrero 2007

Cómo se hizo "A los musgos se los lleva el viento" (y, por fin, 5)

La técnica definitiva para obtener resultados completamente independientes de los anteriores fue una combinación de escalamiento multidimensional (MDS, multidimensional scaling en guiri) y análisis de Procrustes (la Wikipedia nunca dejará de sorprenderme).
En una explicación casera pero comprensible, el MDS toma una matriz de distancias (o similitudes) y construye un mapa en un espacio n-dimensional de forma que a cada objeto en la matriz se le asigna una localización que respete al máximo el conjunto de distancias originales.
Un ejemplo simple: abajo tienen las distancias entre cinco ciudades españolas. El MDS les asigna las coordenadas de la derecha que, en este caso, permiten representarlas en un plano.

Que el espacio de representación sea de dos dimensiones o más depende de las relaciones entre los objetos y de su número. Lógicamente, deben usarse las dimensiones necesarias para que la fidelidad con la que el “mapa” representa la matriz sea suficiente lo cual se decide a través de los estadísticos pertinentes. El aspecto de este mapa es el siguiente:
La representación en este espacio común no tiene porqué coincidir con la del espacio geográfico aunque en este caso no se diferencia demasiado.

Lo que hicimos en nuestro trabajo fue someter a esta técnica la totalidad de matrices de similitud florística, conectividad por vientos, etc. Como resultado obtuvimos los correspondientes mapas que, en este caso, algo más complejo, son tridimensionales. El MDS se aplicó mediante el algoritmo PROXSCAL desarrollado en la Universidad de Leiden. Si alguien quiere ver los entresijos del método puede descargar este PDF. PROXSCAL estaba incluido en la versión 11.5 de SPSS de la que disponíamos de licencia campus.
Vale, ya hemos conseguido una tonelada más de ficheros con coordenadas ¿y ahora qué?

El uso del MDS se debió a que habíamos encontrado una técnica idónea para comparar el ajuste entre los distintos mapas obtenidos. Esta técnica, llamada transformación de Procrustes, superpone dos mapas e intenta, mediante giros, traslaciones y cambios de escala, ajustarlos lo mejor posible. Siguiendo con el ejemplo de las ciudades, supongamos que hemos hecho otra matriz pero de tiempos de acceso en vez de distancias. La sometemos al MDS y luego las superponemos en un espacio común rotando, escalando y desplazando la segunda sobre la primera hasta reducir al mínimo los desajustes. El resultado gráfico sería algo así como lo siguiente:

Donde los vectores de color naranja son los errores del ajuste (normalmente el ajuste no es perfecto). Estos vectores o residuos nos permiten calcular un estadístico que nos expresa el éxito de la operación y que puede usarse como estimadores del grado de asociación entre las matrices que dieron origen a los mapas.

Podrán suponer lo que sigue: la transformación de Procrustes se aplicó a todos los pares de mapas de similitud florística con la conectividad máxima, distancia geográfica y tiempos de separación geológica. Y los resultados del proceso fueron los valores de ajuste entre las matrices así como su significación estadística. Como en el caso de PopTools, tuvimos la suerte de que hay gente generosa por ahí afuera y los análisis fueron realizados con un programita llamado PROTEST gracias a que Donald A. Jackson tuvo a bien ponerlo en internet a libre disposición. PROTEST no sólo realiza la transformación y calcula el ajuste sino que nos da la significación del mismo mediante técnicas de aleatorización. El resultado es un estadístico de ajuste llamado m2 y su valor de significación P.
La significación estadística se expresa mediante valores de P, un símbolo que representa la probabilidad de que los ajustes observados se deban al azar, es decir, no reflejen relaciones reales entre las matrices originales. Por tanto, si P es pequeño nos ponemos muy contentos. Echemos por fin un vistazo a los resultados finales. Recuerden que estamos comparando entre hipótesis: el que tenga el menor valor de P gana.


Los resultados pueden resumirse de la forma siguiente: la hipótesis de la dispersión a larga distancia por el viento muestra unos valores de ajuste extremadamente significativos y siempre mucho más elevados que las hipótesis alternativas. Sólo en el caso de los helechos la distancia geográfica tiene una significación estadística equivalente.
La vicarianza aparece como una hipótesis claramente insuficiente para explicar la similitud actual de los tres primeros grupos taxonómicos estudiados. No hemos podido incluir a los helechos en este análisis. El motivo es que el número de localidades que pertenecieron a Gondwana y donde este grupo está presente en la actualidad es muy reducido, ya que por motivos climáticos no crecen en la Antártida ni en las islas subantárticas. Al no poder incluir estas localidades en los análisis, el tamaño de la muestra se reduce excesivamente. Insistiremos aquí en que una parte de las islas actuales es de origen volcánico y relativamente reciente, por lo que la vicarianza en versión "dura" nunca podría explicar la presencia de las especies en la actualidad: estas islas nunca formaron parte de Gondwana.
La hipótesis geodésica, basada en la distancia actual, se ajusta bien sólo en el caso de los helechos. En el resto, la significación estadística es siempre mucho peor que la correspondiente a la dispersión eólica.
Como conclusión, los análisis aportan una evidencia sólida a favor de la dispersión eólica a larga distancia como factor determinante de la similitud florística en los grupos que hemos analizado. Paralelamente, se muestra que la vicarianza no es un mecanismo que explique la presencia o ausencia de las especies actuales, aunque tal vez pueda serlo a niveles taxonómicos más generales. Y además, todo se hace con datos objetivos, públicos e independientes.

Una cosa en la que quiero insistir es en el coste económico de este trabajo: cero. Esto quiere decir que no hemos tenido financiación y una buena parte del trabajo se ha hecho con datos y software gratuitos. Incluso el análisis de coste anisotrópico podría hacerse hoy con una excelente aplicación libre llamada SEXTANTE.
Finalmente, también es bueno comentar que a lo largo de este trabajo hubo que estudiar. Y mucho. Nunca habíamos usado las técnicas que finalmente se utilizaron por lo que la bibliografía revisada buscando soluciones a los problemas que iban surgiendo fue grande. Y no se trata sólo de encontrar las técnicas sino de aprender a usarlas con la mínima solvencia como para estar seguros de no cometer errores básicos, siempre posibles cuando uno se aventura en terrenos desconocidos.
Y como se dice en las charlas: quedo a su disposición para lo que quieran preguntar, el culebrón ha terminado.

20 febrero 2007

Cómo se hizo "A los musgos se los lleva el viento" (4)

Disponemos ya de las 4 matrices de similaridad, una de distancia geodésica, otra de vicarianza y un par de centenares de conectividad por viento. El siguiente problema es comparar las primeras con el resto.
La comparación de matrices se hace habitualmente mediante el test de Mantel y ese fue nuestro primer análisis.
El test de Mantel estima la correlación existente entre dos matrices, pongamos A y B. La hipótesis nula es que los valores de ambas matrices no están correlacionados linealmente y la alternativa que existe una correlación superior a lo que cabría esperar por azar. El estadístico resultante es un coeficiente de correlación con rango entre -1 y +1.
Su significación estadística se estima mediante aleatorización: las filas y columnas de la matriz B se permutan al azar y para cada caso se calcula el estadístico correspondiente. Se supone que estas permutaciones, de ser cierta la correlación, tenderán a empeorar el coeficiente de correlación y, en caso contrario, harán que fluctue al azar. Tras realizar un número elevado de permutaciones, la posición relativa del estadístico inicial en la lista ordenada de coeficientes permite asignarle un valor de significación. En esta publicación se da la formulación, más detalles y algunos ejemplos del test.
Aquí aparece uno de los problemas típicos de muchos trabajos y que nunca sale a la luz: hay que localizar un programa que haga el test y, dado que nuestra vida es finita, que no nos la complique demasiado con su funcionamiento y los formatos de entrada y salida de datos.
Una búsqueda cuidadosa y bastante buena suerte hizo que diéramos con PopTools, que nos solucionó el problema. Aprovecho para hacerle publicidad: PopTools es un módulo para MS Excel desarrollado por Greg Hood del CSIRO (Australia). Además de añadir docenas de funciones matriciales, de simulación y procesos estocásticos, es gratuito y puede descargarse vía internet.
Poptools trata al usuario con amabilidad y nos permitió calcular con aceptable rapidez todos los coeficientes de correlación y su significación estadística. La representación gráfica de los resultados para los musgos es la siguiente (para el periodo inicial, actualmente tenemos una serie más amplia):

[pinche encima para ampliar]

En abscisas tenemos la serie temporal con los intervalos de 10 días. En ordenadas se representa el coeficiente de correlación. La línea rojiza sobre el valor 0.2 corresponde a un nivel de significación de 0.001.
Al ver estos nos convencimos de que íbamos por el buen camino. Los resultados mostraban correlaciones muy significativas entre la conectividad por vientos y la similaridad florística durante dos tercios del año. La correlación muestra ciclos anuales ya que al aproximarse el fin de año sus valores caen incluso por debajo de la línea de significación del 0.001. Los gráficos para hepáticas y líquenes son muy similares y sólo difiere el de los helechos donde no se observan los descensos de correlación de fin de año. Discutiremos el significado de estas diferencias en el último post.
Esta fase del trabajo muestra una relación muy significativa entre los vientos y la similaridad florística. Lógicamente había que compararlos con los de la hipótesis neutral. Para ello elegimos los periodos de máxima conectividad anuales, donde la colonización es más probable y los comparamos con la proximidad geográfica. Los resultados fueron los siguientes:

Podemos observar que los valores para la hipótesis neutral (columna de proximidad geográfica) o r(GP) son menores que los de viento r(WC) pero no mucho. De hecho, si comparamos por ejemplo 0.579 que es el r(GP) para musgos y 0.617, el r(WC) de 2003, la diferencia no es estadísticamente significativa para el tamaño muestral que tenemos.
Sin embargo, hay un argumento que el editor y los referees aceptaron y que es el siguiente:
  • tomados individualmente no podemos rechazar la hipótesis nula H0: r(WC) = r(GP)
  • pero estamos analizando un conjunto de 20 pares de coeficientes de correlación que pueden considerarse por su naturaleza de forma conjunta
  • en este conjunto, 17 de los 20 coeficientes r(WC) son mayores que los correspondientes r(GP) y sólo 3 son menores (los subrayados) lo que expresamos como 17-3.
  • si la hipótesis nula es cierta, esperaríamos encontrar valores de r(WC) mayores y menores que r(GP) aproximadamente a partes iguales: 10-10.
  • La suma de probabilidades de encontrar los resultados actuales (17-3) o peores (18-2, 19-1 y 20-0) por azar es 0.0007.
La idea, por tanto, es que existe una señal ahí que sobresale del ruido y que nos dice que el viento funciona mejor como variable explicativa que la mera distancia ya que la probabilidad de que los valores encontrados se deban al azar es muy baja. Aún así, con esta prueba no podíamos quedar contentos ni suponer que habíamos obtenido resultados definitivos. Además, siempre estaba ahí la sospecha de que los coeficientes podían ser inadecuados porque para estimarlos es necesario calcular desviaciones estándar y el significado de ese parámetro pierde sentido con distribuciones no gaussianas. La normalidad, podrán suponer, no es una condición que a los coeficientes de similaridad les apetezca cumplir ni de lejos.
Era necesario, por tanto, buscar una alternativa diferente a los tests de Mantel. Ya les adelanto que será una mezcla de dos técnicas llamadas respectivamente escalamiento multidimensonal y análisis de Procrustes. Y no se preocupen, que bajo esos nombres un tanto intimidantes subyacen métodos muy simples de entender.

13 febrero 2007

[Breves] Curso abierto

Grupo 9, o más abreviadamente, G9 es una asociación de las universidades públicas de Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Islas Baleares, La Rioja, Navarra, Oviedo, País Vasco y Zaragoza que se han unido para colaborar en docencia e investigación.
Dentro del G9 se ha creado el Campus Virtual Compartido (CVC) donde se ofertan asignaturas de libre elección que se pueden cursar desde cualquiera de los campus a través de internet.
Una es la mía, llamada "Métodos de búsqueda documental para la elaboración de trabajos científicos" y he decidido que sea de acceso abierto. En esta página pueden encontrar las ofertadas por la Universidad de Extremadura y acceder a la mía. No es necesario registrarse ni hace falta contraseña.

Nota: los temas se irán abriendo de acuerdo con el calendario de la asignatura. Actualmente está disponible el tema 1 con sus ejercicios correspondientes. El día 5 de febrero se abrirá el tema 2 y así sucesivamente.

Cómo se hizo "A los musgos se los lleva el viento" (3 de media docena o así)

Todos sabemos que llegar de un sitio a otro en bicicleta depende, forma física aparte, de dos factores: la pendiente y el viento. En nuestro trabajo la pendiente no es una variable relevante ya que estamos sobre la superficie del mar. Pero el viento sí lo es. Si echamos un puñado de esporas al aire desde A y no hay viento, caerán a nuestros pies. Si el viento sopla hacia B llegarán más fácilmente si la velocidad es alta y menos si es baja. Si el viento sopla en dirección contraria, no llegarán. Todo tipo de situaciones y ángulos intermedios son posibles. Este conjunto de obviedades nos conduce a un tipo de cálculo llamado "de coste anisotrópico” y que, en nuestro caso, mide el coste o esfuerzo para llegar de A a B sobre un campo de vientos. Por ejemplo, en la figura de abajo, viajar desde la esquina inferior derecha hasta la superior izquierda tiene un coste mucho menor que al contrario (los colores representan la velocidad del viento).

Fragmento de mapa de vientos con la velocidad representada por el color

Nuestro objetivo es fácil de suponer: vamos a calcular el coste de ir desde cada uno de los 27 lugares estudiados a todos los demás. De ahí saldrá una matriz de conectividad que podrá ser comparada con las de similaridad florística.
En esta fase del trabajo nos encontramos con un par de problemas. El primero es de software: sólo encontramos dos aplicaciones que hicieran cálculo de coste anisotrópico y sólo teníamos opción de probar una gracias a una licencia de unos colegas.
Costó lo suyo porque, aunque las opciones de cálculo son muy completas, el programa no es demasiado amable y tampoco era muy evidente cómo poner la aplicación a funcionar sin que todo saliera con valores nulos o absurdos por defectos de diverso tipo, a veces bastante esotéricos. Al cabo de unos días de reunión y cachondeo en Cáceres (lo cortés no quita lo valiente) conseguimos que todo funcionara correctamente y se generaran mapas de accesibilidad (o su inversa, coste). Para construir un mapa sólo es necesario introducir el punto de origen (por ejemplo, las coordenadas de Bouvet) y situarlo dentro de una matriz de unos pocos miles de filas y columnas donde cada celdilla contiene los valores de acimut y de velocidad del viento. El resultado es un mapa como el de abajo, que representa el coste desde Bouvet (a la izquierda, al borde de la zona blanca) hasta el resto del territorio para el periodo 1-10 de febrero de 2002. Colores claros representan conectividad alta (coste bajo) y viceversa.

Mapa de accesibilidad desde Bouvet. Proyección polar estereográfica con centro en el Polo Sur

Lo primero que salta a la vista es la estructura circular del coste asociado al viento en el sentido de giro de las agujas del reloj: es más fácil que Bouvet conecte con el otro lado de la Antártida que con Sudáfrica, aunque esté geográficamente mucho más cerca. Eso significa que el viento muestra patrones muy diferentes a la hipótesis neutral (isotrópica) y, veremos más adelante, a la de vicarianza.
Pero ya hemos dicho que los vientos cambian. Por ese motivo, estos modelos de coste (uno para cada lugar) se calcularon sobre los vientos existentes en periodos de diez días: actualmente tenemos un total de 36 modelos por año x 5.5 años x 27 lugares = algo más de 5300 modelos (pronto analizaremos el año 2006).
El conjunto de modelos representa la evolución espacial y temporal de la conectividad en esta amplia zona del Hemisferio Sur con lo que podemos construir las matrices de conectividad (unas 200) sin más problemas que no hacerse un lío con los números y los directorios.
Al final de esta etapa el proyecto ocupaba algo más de 230 Gb en el disco del ordenador y llegaba la hora de empezar a comparar matrices y sacar resultados.

09 febrero 2007

Cómo se hizo "A los musgos se los lleva el viento" (2)

Nos quedábamos el otro día con el cálculo de las 4 matrices que representan la similaridad florística para los 4 grupos estudiados entre los 27 lugares del trabajo. Lo que ven a continuación es un trocito de la matriz correspondiente a los musgos para las primeras cinco localidades. Los coeficientes están en el rango 0-1.

Obviamente, los problemas para construir las matrices de “distancias” de acuerdo con cada una de las hipótesis que queremos comprobar son distintos en cada caso.

La más simple es la distancia geográfica, que calculamos a partir de las coordenadas geográficas de los lugares. Al ser curva la superficie terrestre, el cálculo de la distancia no es inmediato pero hay “calculadoras geodésicas” que nos dan la solución para dos puntos cualesquiera situados sobre un elipsoide que se usa como modelo de la superficie terrestre. Con esta calculadora el cálculo de las distancias y su estandarización en el rango 0-1 es cuestión de media hora. La matriz inferior muestra los valores para las mismas localidades que la de arriba.

La matriz correspondiente a la hipótesis de la vicarianza es más incierta y necesita una breve explicación. Las zonas que hemos definido pueden dividirse en dos grupos: las que han estado unidas alguna vez en el supercontinente Gondwana y las que no. Gondwana se fragmentó progresivamente desde hace unos 200 millones de años y la hipótesis de la vicarianza defiende que la similaridad florística será inversamente proporcional al tiempo que hace que se separaron las diversas zonas. Lógicamente, es necesario establecer ese tiempo, cosa nada fácil para nosotros que, además, no nos lo creíamos. Para evitar problemas, usamos los datos de Isabel Sanmartín y Fredrik Ronquist de la Universidad de Uppsala y cuya representación gráfica (cladograma geológico, lo llaman) les pongo a continuación. Sanmartín y Ronquist son partidarios de la explicación vicariancista por lo que sus estimaciones son las más adecuadas para no introducir prejuicios por nuestra parte (eso queda bonito y científicamente correcto, en realidad es no tenemos mucha idea de este tipo de cálculos).

De estas distancias temporales se derivan de forma inmediata la matriz de distancias que usaremos en las pruebas estadísticas. Observarán, sin embargo, que no disponemos de datos para los 27 lugares, lo cual es lógico porque hay algunos que no existían hace ese tiempo. Por poner un ejemplo, Bouvet es una isla volcánica relativamente reciente por lo que no podemos establecer un vínculo geológico con Gondwana. La reducción del tamaño de muestra tendrá como consecuencia un aumento de la incertidumbre estadística y tal vez invalide los resultados pero eso nos lo dirán los estadísticos.

Finalmente, deberíamos calcular las distancia sobre el viento y eso es algo más complicado.
Hasta el momento del trabajo, los datos sobre el viento se limitaban a los tomados por globos sonda, boyas meteorológicas y barcos. Los resultados eran mapas sinópticos como el siguiente:

Y con eso no podemos hacer nada porque se trata de trayectorias genéricas trazadas a partir de datos dispersos. Pero desde junio de 1999 la solución estaba volando a 800 km de altura.

Se trata de un satélite de la NASA que lleva un “Quick Scatterometer” (QuikSCAT para los amigos) del que ya les hablé anteriormente. Lo mejor del asunto es que los datos de viento son de cobertura mundial (sobre los océanos), con una resolución mínima de 25 km y tomados diariamente. Además pueden descargarse libremente en el ftp del PO.DAAC con lo que seguimos sin gastar un euro en información.
Abajo tienen un mapa grosero (la densidad de datos es mucho mayor) de los vientos medios del día 5 de enero del 2001, donde el acimut se representa por la flechitas y la velocidad por el color.

Tras descargar unos cuantos gigas de datos en bruto tuvimos que invertir un par de meses en desarrollar el flujo de trabajo que permitiera leer los ficheros originales y transformar los datos a un formato legible por nuestras aplicaciones informáticas y a una proyección geográfica adecuada para el análisis. El que quiera ver una explicación de estas fases de “trabajo sucio” pero imprescindible puede echar un vistazo a esta publicación. Como los vientos cambian, no es razonable hacer un único análisis promediando los valores sino que es necesario hacer múltiples análisis para periodos cortos de tiempo. Decidimos calcular la accesibilidad a intervalos de 10 días para lo cual calculamos los valores de acimut y velocidad medios para cada pixel del área de trabajo. El trabajo en esta etapa ocupaba 34 Gb en el disco.

En la próxima entrega del culebrón veremos como se usan los vientos para hacer el cálculo de la accesibilidad desde un sitio a otro: malos valores cuando el viento sopla en contra o no sopla y buenos valores con viento fuerte a favor. Como ir en bicicleta.

05 febrero 2007

Cómo se hizo "A los musgos se los lleva el viento" (1)

Ya saben que una parte del conocimiento científico se adquiere proponiendo hipótesis que luego deberían ser sometidas a prueba. Sin embargo, la ciencia está llena de hipótesis que nunca han sido comprobadas a pesar de lo cual a veces se asientan fuertemente y adquieren la pinta de conocimiento consolidado cuando, en realidad, su validez es poco más que especulación.
Hace cuatro años, un colega y yo nos planteamos resolver uno de esos viejos problemas que estaban pidiendo a gritos algo de apoyo experimental.
El problema es muy simple de plantear: si examinamos las floras de diversos lugares del mundo encontramos similitudes y diferencias (Perogrullo dixit). Esta realidad se ha reflejado en mapas de provincias y regiones fitogeográficas donde el mundo se divide en zonas de flora similar. Pero estos mapas son sólo la representación de la realidad. La pregunta pendiente es ¿cuál es la explicación?

Para explicar la distribución global de las especies vegetales en el mundo se han propuesto varios mecanismos. Las hipótesis más extendidas son, muy sintetizadas, las siguientes:
  • Hipótesis de la vicarianza (HV), propuesta en la década de los 70, que propone que las similitudes y diferencias actuales dependen de la historia geológica de los continentes. Si un continente se fragmenta y estos fragmentos alejan a causa de la deriva continental, las poblaciones de todas las especies que vivían en él quedan aisladas entre sí. La evolución en cada fragmento será independiente a partir de la fragmentación porque no hay intercambio genético. Si esto es cierto, la flora de dos lugares será tanto más parecida como cercana haya sido su separación.
  • Hipótesis geodésica (HG), que propone que la similaridad entre dos lugares es función inversa de la distancia geográfica entre ellos. La idea subyacente es que cada lugar dispersa semillas, esporas y propágulos en general en todas direcciones y que la probabilidad de que lleguen a otro lugar depende de la inversa de la distancia.
  • Hipótesis de dispersión a larga distancia (HD), que propone un mecanismo similar al anterior pero donde la dispersión está dirigida por el viento por lo que la "distancia" entre dos sitios debe medirse como la facilidad de acceso mediante los flujos de viento existentes. El viento interviene como medio de transporte por lo que este mecanismo, si funciona, lo haría con semillas, esporas o fragmentos ligeros. Los cocos y los bisontes quedan excluidos.
Fíjense que la HV asume que la distribución actual de las especies depende de un proceso histórico de millones de años (más de 200 si partimos de la fragmentación de Gondwana), mientras que las otras dos suponen implícitamente que son procesos actuales de dispersión los que explicarían mejor esa distribución. La HG no excluye la dispersión por el viento pero la supone igual en todas direcciones (isotrópica) mientras que la HD la supone anisotrópica.

Este fue el panorama que me planteó J en una llamada telefónica a principios del año 2002. El reto era interesante y la primera pregunta evidente ¿estamos en disposición de solucionar esto? La respuesta dependía de dos cosas: un diseño experimental que permitiera contrastar las tres hipótesis y datos y herramientas suficientes para llevarlo a cabo.
Tras unas cuantas discusiones llegamos a un diseño experimental simple, al menos en principio (acuérdense de Hannibal Lecter citando, creo recordar, a Marco Aurelio: "Alice, simplicidad y primeros principios").
  1. Elegir unos cuantos grupos de plantas que conozcamos bien y un conjunto de lugares para comparar, elaborar una lista de las especies que hay en cada lugar y calcular un índice de similaridad entre todos ellos. Por ejemplo, entre el sitio x y el sitio y tendremos una similaridad S(x, y) que es la misma que la S(y, x).
  2. Calcular las "distancias" entre cada lugar x e y de acuerdo con cada una de las tres hipótesis. En el caso anterior tendríamos DHV(x, y), DHG(x, y) y DHD(x, y).
  3. Comparar la similitud entre las diferentes D**(x, y) y las S(x, y)
  4. Ganador: la hipótesis D** que tenga una mayor similitud con la S
Resuelto (¡ja!) el boceto de diseño experimental, pasamos a los datos. Empezamos por los biológicos: uno o mejor varios grupos vegetales o animales de lugares a diferentes distancias entre sí. Cuantos más mejor porque de esa forma será más fácil separar la señal del ruido. Pero ¿dónde? ¿en Europa? ¿en América de Sur?
Hoy veo que la decisión sobre el escenario que hizo J fue crítica: una buena parte del hemisferio Sur terrestre pero eligiendo, además de algunas zonas continentales periféricas, sitios realmente aislados entre sí: islas. El punto clave es la reducción del ruido en el modelo: el mar es un enorme sumidero que impide el transporte por tierra o en saltos sucesivos con lo que el escenario se "limpia" de transportes contaminantes (recordemos que dos hipótesis son de dispersión y la otra geológica).

Pueden suponer ustedes la tarea siguiente ¿qué grupos incluimos? Por motivos diversos elegimos cuatro: musgos, líquenes, hepáticas y helechos, que podrían tratarse independientemente para aumentar la fiabilidad del análisis.

A partir de ese momento, los componentes del grupo se pusieron a buscar datos en la bibliografía (yo me libré de esta etapa, ufff). J los musgos, P los helechos, A e I los líquenes. Semanas de búsquedas, peticiones y consultas, cientos de artículos, unas docenas de libros... que acabaron con la construcción de cuatro grandes checklists, una para cada grupo. La lista de lugares incluye desde Tierra del Fuego hasta Bouvet pasando por la Península Antártica: 27 lugares muy diferentes y distribuidos por todo el hemisferio austral.

Lugares incluidos en el estudio

Una checklist no es otra cosa que una tabla donde en las columnas están las especies, en las filas los lugares y en las intersecciones un 1 o un 0 en función de que la especie esté presente o no. Fácil.
Al final trabajamos con un total de 1851 especies incluyendo los cuatro grupos.

Las checklists permiten abordar la siguiente tarea con facilidad: el cálculo de un índice de similaridad. Utilizamos el índice de Ochiai que tiene en cuenta las especies compartidas o no entre cada par de lugares y que varía entre 0 y 1. El resultado de esta etapa es ya una referencia para el resto de los análisis: tenemos 4 matrices de similaridad de 27x27, una para cada grupo taxonómico. Obviamente, las matrices son simétricas y la diagonal es la unidad.
Es importante destacar que las matrices han sido construidas a partir de datos bibliográficos gratuitos y disponibles para todo el mundo. Algunos conjuntos de datos se pidieron a los especialistas y debemos reconocer que la respuesta fue rápida y positiva, aquí no hubo la cerrazón que dicen es tan característica en los científicos.

El siguiente paso es construir las matrices de "distancias" entre los 27 lugares correspondientes a cada una de las hipótesis a comprobar. Eso será en la próxima entrega.

03 febrero 2007

Después del tsunami

El post anterior levantó ampollas. La verdad es que era mi intención, el post era una provocación y lo escribí como tal, pasándome un poco de la raya. Consecuentemente, asumo el rapapolvo. Ahora que el tsunami empieza bajar (aún llegan olas secundarias) y las orejas dejan de pitarme a ratos, debería hacer una reflexión sobre el asunto.
No he hecho estadística de los comentarios pero he apartado los que discuten con argumentos. Algunos están de acuerdo en líneas generales con lo escrito, otros en absoluto, pero da lugar a que a mí me llegue información valiosa y pueda, o no, reconsiderar postulados.
Lo más preocupante, en mi opinión, son dos cosas que siempre pasan. No en este post, sino en cualquier blog donde se toque un tema polémico.
La primera es que poca gente lee los comentarios anteriores por lo que cuestiones ya respondidas se reiteran. La segunda es algo más preocupante y muy de moda en la política pero que debería estar más lejos en este ámbito nuestro: el recurso a la descalificación personal como contra-argumento. Aún así, de todos los comentarios me he hecho una buena idea de mí mismo: soy Mr. Hyde redivivo con un toque del conde Drácula y turbante talibán. Las encuestas de calidad no refrendan eso pero supongo que mis alumnos están aterrorizados.
Cerrando el apartado anterior, me voy a sincerar, esta vez sin ánimo de provocar, respondiendo a algunos comentarios.

La universidad española tiene varios problemas, a cada cual más serio, en todos los ámbitos de decisión, desde el Ministerio del ramo hasta el despacho del último profesor mileurista (que hay muchos). Algunos de esos problemas son solucionables a medio plazo pero no soy optimista. Otros no veo que vayan a mejorar en décadas. En cualquier caso, los alumnos no son responsables de ellos salvo en un aspecto: su ausencia generalizada de los órganos de gobierno donde, aunque no lo sepan o no se lo crean, tienen un peso significativo que podría aprovecharse mejor.

Empezando por arriba: desde el Ministerio, en los últimos años y afectando a ambos partidos políticos gobernantes, no se ha planificado con claridad la transición al EEES. Eso ha supuesto mucha pérdida de tiempo, muchas iniciativas segadas y bastante desaliento entre los profesores que se preocupan (créanme, alguno hay). Aún así, el movimiento alrededor del EEES es posible que genere efectos beneficiosos para algunos de los problemas básicos que mencionan algunos de ustedes, especialmente el mirar más hacia lo que se hace en otros países y, tal vez, adoptar técnicas de enseñanza diferentes cuando sea necesario. Las técnicas de enseñanza y los objetivos que se buscan son esenciales pero están sin definir. Mientras tanto cada profesor hará lo que pueda o quiera, habrá que esperar a ver si el tema se aclara.

La posición de funcionario tiene un efecto perverso, es verdad: nadie puede echarte salvo que entres en la delincuencia más descarada y aún así es difícil. La ventaja es que los que trabajan pueden hacerlo sin la tensión que tienen en sistemas extremadamente competitivos, el otro extremo del péndulo. ¿Qué es lo que pasa aquí? Pues que el profesor bueno lo hace bien y el malo lo hace mal. El profesor que quiere investigar, investiga y el que no, no. El que se molesta está en su despacho o al menos disponible (yo, por ejemplo, estoy a caballo entre dos ciudades y doy el móvil y correo a los alumnos para que las tutorías puedan ser en cualquier momento) y el que no, desaparece días o semanas enteras. El que tiene entrañas renueva su discurso, sus prácticas y sus formas buscando mejorar y el que no sigue trayendo sus transparencias de hace diez años sin mayores reparos.

La calidad del profesorado debe medirse teniendo en cuenta varias claves. La primera es que la mayoría de los profesores actuales sacamos la plaza con la antigua LRU. Eso significaba que dos de los miembros del tribunal los ponía tu departamento (frecuentemente tú mismo) y tres salían a sorteo entre los del área de conocimiento. Lógicamente, el de casa (también llamado "el bicho") jugaba con ventaja siempre y una mayoría de las veces ganaba la oposición. A veces injustamente pero otras no. Mi caso no es de los más descarados: yo no era estrictamente "de la casa" porque, aunque llevaba dos años en el departamento, venía de otra universidad, no era mi área aunque tenía experiencia en ella, también tenía publicaciones y docencia en media docena de maestrías y cursos de doctorado nacionales y extranjeros. El caso es que apenas tuve que pelear porque nadie más vino a competir. Aunque la saqué no tengo la sensación de que fuera un regalo: un año de preparación y un curriculum bastante más largo. De todas formas, el viejo sistema facilitó lo que hoy llamamos "endogamia", donde estabas de meritorio durante años y luego, al cabo del tiempo, como en el ejército, se te premiaba con un ascenso.
La actual LOU creo que tenía buenas intenciones y eliminó lo de los dos miembros del tribunal "a dedo" pero generó un sistema imposible que sólo va a durar unos años porque la actual reforma lo cambia de nuevo. Eso ha generado más frustración entre los aspirantes a profesores que ven que les cambian las reglas del juego constantemente.

¿Más problemas? Pues sí, muchos. Pero los comentaré otro día por mera cuestión de extensión. Hoy, para terminar en positivo y porque aún siento las agujas de vudú clavadas en los riñones, me atrevo, sin prepotencia (creo), a recomendar unas pocas reglas de supervivencia. Porque en la universidad deben ustedes flotar como un corcho para terminar la carrera. No se crean que fuera, en la sociedad real, no hace frío. Lo hace y mucho. Las reglas son pocas pero no veo que casi nadie las siga:
  • ante una nueva asignatura, evalúen al profesor. Los hay de varios tipos pero sólo dos les van a causar problemas: los que exigen sus apuntes al dedillo (y no se te ocurra mirar otros libros) y los que creen que suspendiendo a todos la tienen más larga. En el primer caso, mala suerte (yo tuve dos de esos): sólo hay dos opciones. La primera es agachar la cabeza y pasar por el aro. La segunda es reclamar (veremos eso más adelante). Pregunten a los de otros cursos, recojan información y actúen en consecuencia: el profesor no es necesariamente un enemigo pero tampoco lo contrario.
  • en casi todas las asignaturas basta con elegir un par de buenos libros para saber lo necesario, no sólo para aprobar, sino para saber. Si su profesor no se los menciona (aunque debería) busquen información en otras universidades, con profesionales, en foros... pillen los libros y úsenlos. Muy importante: todo está escrito, el profesor es una figura prácticamente prescindible salvo que sea realmente bueno.
  • no usen excesivamente internet para los trabajos y el estudio. No es que sea una mala fuente en general (la wikipedia es normalmente buena) pero es que se nota mucho cuando se usa el corta/pega y los temas o trabajos quedan mal estructurados.
  • hagan trabajo colectivo, el trabajo individual es necesario pero al 100% no es lo más eficaz. Si tienen, pongamos, 20 temas en una asignatura, pónganse de acuerdo y que cada persona o en grupos de dos preparen a fondo un tema, uno solo, con los libros adecuados. Sería bueno que luego hicieran una puesta en común pero aunque no lo hagan los temas serán mejores y el esfuerzo individual se habrá aprovechado también mejor.
  • háganse un horario y respétenlo; la planifícación es imprescindible para aprovechar el tiempo. Incluyan horas de estudio y biblioteca (documentación) porque sino todo se juntará al final con los resultados previsibles.
  • si hay problemas serios con un profesor únanse, vayan al sindicato de estudiantes y pongan una queja formal al vicerrector de turno. Normalmente esto no se hace porque creen que no va a ser útil. Les aseguro lo contrario. Usen el poder que tienen si alguien pretende abusar del suyo.
  • finalmente, si no hay forma de aprobar, pidan un tribunal. Es un procedimiento reglamentado y que debe usarse. les recomiendo que lo hagan en grupo y que, en ese examen, estudien a fondo.
Y sí, he prometido que haré un post sobre lo que quisiera que los profesores supieran, que tampoco me caso conmigo mismo.

02 febrero 2007

Cosas que me gustaría que mis alumnos universitarios tuvieran claras

El sermón del viernes

Por fin, mis dudas aclaradas. Un par de posts han conseguido despejar una niebla que hacía que no entendiera nada de lo que pasaba en las clases de la universidad (es injusto generalizar, quédense con el bulto y salven a una minoría).
Pueden ustedes leerlos: el primero es 13 cosas que me habrían gustado aprender en la Universidad (sic). Y digo "sic" porque "habría gustado" es lo correcto, no "habrían gustado". En fin, pecata minuta. Y el segundo es Cosas que se deben saber antes de entrar en la Universidad.

Como la contestación pormenorizada a ambos se hacía cansina he preferido cambiar de estrategia: voy a contarles las pocas cosas que me gustaría que los alumnos tuvieran claras al entrar en la universidad.
Todo encaja en la frase de E. W. Dijkstra que ya cité en otro post:
La tarea de la universidad no es ofrecer lo que la sociedad demanda, sino lo que la sociedad necesita. Las cosas que la sociedad demanda son, en general, bien conocidas, y para ello no necesitas una universidad, la universidad tiene que ofrecer lo que nadie más puede proveer.
A la sombra de esa síntesis me gustaría comentarte unas pocas cosas:
  • Que la Universidad no tiene como objetivo colocarte lo más rápidamente posible en una empresa, para eso están las agencias de empleo. Es posible que lo haga pero no es su principal objetivo.
  • Que la Universidad no tiene porqué enseñarte lo que las empresas quieren: los deseos de las empresas no son las obligaciones de las universidades. Es seguro que coincidirán en un porcentaje alto pero la empresa no dirige la formación ni la investigación
  • Que la Universidad no es la prolongación del Instituto: tus técnicas y tus hábitos de trabajo, si los tienes, deben cambiar. Si no, fracasarás.
  • Que la Universidad no puede enseñar solamente habilidades sino preferentemente las bases del conocimiento. Algunas te parecerán inútiles pero aquí no decides tú.
  • Que yo, como profesor, doy por sentado que eres adulto y que vienes voluntariamente: no tengo que vigilarte ni llevarte de la mano como haría con un niño de primaria.
  • Que yo, como profesor, no tengo porqué darte apuntes de las asignaturas sino guiarte, explicar e sugerir sobre lo que debes aprender, leer y estudiar.
  • Que aunque te de esos apuntes, se trata de que los uses como guía, no como texto: puedo exigirte más y, de hecho, lo haré.
  • Que tú, como alumno, debes trabajar, leer y estudiar dentro y fuera de las clases a jornada completa: la universidad es tu trabajo.
  • Que yo, como profesor, no voy a entender fácilmente que tu única curiosidad sea si tal cosa “entra en el examen”.
  • Que yo, como profesor, no voy a entender fácilmente que las tutorías estén vacías hasta una semana antes del examen.
  • Que yo, como profesor, no voy a entender fácilmente que me pidas una prórroga para las prácticas cuando veo que en tu ordenador del aula el Messenger ocupa el 80% del tiempo de actividad.
  • Que la universidad tiene problemas, en efecto, pero que las leyes del mínimo esfuerzo y del botellón la noche de los jueves no van a solucionar los que tú tienes.
En suma, y poniéndome en plan House:
  • Que yo ya tengo trabajo, eres tú el que se está jugando el futuro: ponte las pilas.
Por eso me sorprende ver que yo, funcionario del Estado y por tanto con empleo garantizado de por vida, trabajo todos los “puentes”, la mayoría de las fiestas y bastantes fines de semana mientras observo perplejo las mesas de los becarios vacías, las aulas de informática vacías, las bibliotecas vacías…
Y no me contestes que los profesores somos un desastre o que la universidad padece una corrupción generalizada. Yo lo sé mejor que tú, ya hablé de eso en otros posts y no disculpo a los parásitos que la universidad, como gran organismo que es, soporta y soportará. Pero hoy no toca eso, hoy hablamos de ti.

Postdata: David Santo ha decidido corregir y aumentar esta historia. Lo ha hecho, creo, con más sabiduría y menos agresividad que yo. Échenle un vistazo. Los improperios, en su caso, me gustaría quedármelos yo ¿de acuerdo?

01 febrero 2007

Estado de indefensión

La Generalitat catalana ha publicado el Decreto 31/2007 “por el que se regulan las condiciones para el ejercicio de determinadas terapias naturales” (en catalán en el original).
El proyecto de decreto fue objeto de una intensa discusión hace unos meses. En este blog hablamos de él en algunas ocasiones que les recomiendo relean para ponerse al día:
Además de otras iniciativas paralelas igualmente majaderas
La vía legal para oponerse a la barbaridad es, en la legislación española, la de presentar alegaciones ante la propuesta de decreto.
Así se hizo desde ARP- Sociedad para el Pensamiento Crítico a través de un documento firmado por unos cuantos, entre ellos yo.
Nuestra legislación prevé que las alegaciones deben ser contestadas individualmente, dando razón de su aceptación o rechazo.
Este mecanismo legal, de salvaguarda de los derechos del ciudadano, no se ha respetado. Nadie ha contestado a las alegaciones y el decreto sale tal como estaba.

Para cerrar.
En este país estan pasando cosas muy raras últimamente. Sin mezclar churras con merinas acabo observando que todas ellas tienen un factor común: se ha renunciado a la inteligencia y con ello a muchas otras cosas como efecto colateral.
Esto permite que algunos personajes demasiado estúpidos para triunfar en una profesión exigente medren en las aguas turbias de la política donde, ese es el problema, tienen poder.
Ese poder, con la estupidez adosada como un parásito, se propaga poco a poco invadiendo ámbitos donde ya no podemos reírnos o acudir a la ironía distante: la educación, la cultura y la salud.
El defensor del pueblo, instancia a la cual acudí en su momento para pedir su intervención ante el reconocimiento de los "medicamentos" homeopáticos echa balones fuera y dice que no puede entrar a valorar la verdad o mentira de la homeopatía.
Los derechos fundamentales quedan al arbitrio de un parlamento de indocumentados.
La Generalitat no contesta a las alegaciones.

Esto tiene un nombre: estado de indefensión.

Nota: querida L. Este año no pudiste empezar a estudiar medicina, tu vocación desde siempre. La nota de corte era alta y no pudo ser, un año en secano. O no. No te preocupes y, sobre todo, no seas idiota. Hay un sitio donde podrás ejercer cualquier mancia con unos cursitos impartidos por gente tan de fiar como este sujeto y su maravilloso curriculum. Podrás ganar un montón de guita administrando agua y flores a la gente. De paso quedarás bien y harás amigos porque podrás criticar la anquilosada medicina tradicional mientras das unos pases por el canal energético “mu” para liberar a la paciente de su molesto cáncer de pecho, producto de un desequilibrio energético en sus canales "fu". En caso de deceso puedes decirle a los familiares que hablen con la consejera Marina Geli.

Más información en el blog de Alfonso López y en el de Javier Armentia.
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