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18 diciembre 2006

Que no, que los SMS ni son lenguaje ni son una novedad

222 entradas, el número de entradas del segundo hermano pequeño de la bestia

Contexto: si, soy un borde. No tanto como House pero a veces me acerco. Desde hace tiempo me llegan correos electrónicos pidiendo información o ayuda sobre cuestiones académicas. Salvo error, contesto a todos intentando echar una mano. Pero eso se acabó. El reciclador de bits va a tener trabajo añadido.
Intenten entenderme: me llega un correo de un remitente genérico (tkpelot@yahahoo.com) que ni siquiera firma. El texto consta de una o dos líneas y no entiendo nada de lo que dice. No tiene acentos, no tiene signos de puntuación, no diferencia mayúsculas y minúsculas (o a veces me llega sólo en mayúsculas ¿me grita tal vez?). Eso sí, este viene con un saludo y una despedida, menos da una piedra:
k tal? kro un sig gtis pero kmo no se ingls qro mnual en espñl
Luego ya caigo: el tipo ha escrito como no tuviera un artilugio rectagular de más de 100 teclas delante del morro. Tal vez tenía que ir al baño urgentemente. El caso es que no le voy a contestar. La razón es que, de entender la pregunta, mi respuesta intentaría ser meditada, informativa, tal vez con un par de referencias o enlaces… lo que me llevará un cuarto de hora como mínimo. Y resulta que el tipo se ha despachado en 15 segundos sin molestarse en escribir con un mínimo de corrección y suponiendo que soy criptopolíglota. Pues no, dedicaré a la respuesta más o menos el mismo tiempo e interés que él a la pregunta pero redondeando: cero.

Pero además de aguantar el correo, con este tipo de escritura ocurre como con los grafitis o pintadas, que han pasado a llamarse “arte urbano” aunque decoren el acueducto de Segovia. Algunos se han empeñado en definir esta cutrez como nuevo lenguaje. Vean la introducción de diccionarioSMS.com (las cursivas son mías):

Los jóvenes están desarrollando nuevas formas de comunicarse a través de los móviles e Internet, su lenguaje es transgresor, sintético, rebelde y práctico. Una forma de comunicarse que es utilizada diariamente por millones de jóvenes, una realidad que va a influir en la evolución de la lengua y de la gramática.

Fíjense en los cuatro adjetivos calificativos (¿aún se llaman así?) de la primera frase y digan lo primero que se les venga a la cabeza. A mí me sale algo así:

Transgresor: chachi, guai, connotación positiva del atributo, la juventud es transgresora, rompe el idioma, un idioma que lleva siglos haciéndose por la gente, por todos nosotros, no por legisladores (por si alguien se siente tentado, la RAE, con trescientos años de historia, no legisla sobre las palabras sino que las recoge). Y si yo, que ya no tengo 20 años, escribo así ¿será transgresión chachi también?

Sintético: hay prisa, mucha prisa, no tienes tiempo para escribir un mensaje completo porque vas corriendo, aunque no sepas si de algo o hacia algo. Mucha síntesis: prescinde de los adverbios, luego de las vocales, finalmente de todo, total para lo que hay que decir.

Rebelde: ¿contra quién? ¿es lo mismo que la transgresión? ¿cómo se dice transgresión en SMS? ¿y literatura? ¿y biblioteca? Huy, perdón, que ya no se escribe de eso, además son palabras largas, no tengo tiempo, corred, corred. En realidad, les confieso que sí, que creo que alguno se siente rebelde con esta costumbre e incluso que supone que los poderes tiemblan ante un SMS suficientemente comprimido.

Práctico: mentira, todo lo contrario, ver más abajo.

Luego viene lo de “una realidad que va a influir en la evolución de la lengua y de la gramática”. Aquí ya dejo de correr y me paro a pensar un momento. Tres hipótesis ligeras al respecto:
Hipótesis 1: esto no es un lenguaje. Su sintaxis es un residuo de la castellana, no hay aportaciones propias ni desarrollo de ningún tipo, sólo pérdida. No tiene gramática, no tiene tiempos verbales compuestos (¿para qué?), no tiene tildes ni signos de puntuación.
Hipótesis 2: esto no es nuevo (ni de coña). Los radioaficionados llevan décadas utilizando síntesis cuando se comunican en morse (sí, en onda larga, que da la vuelta al mundo, aún se hace) donde la brevedad es virtud. Se ha llamado código Q (hay también un código Z) que conforma un conjunto ternas de letras con significados predefinidos. Con la ventaja de que es un código (fíjense que no lo llaman lenguaje) universal.
  • Hipótesis 3: los SMS tienen los días contados. El tecleo en el teclado del móvil es una operación técnicamente primitiva e ineficiente. Es un canal de comunicación prácticamente unidireccional, sin posibilidad de respuestas ágiles y sin capacidad para trasmitir información mínimamente elaborada. Actualmente se utiliza por cuestiones de precios y moda, por lo que eso de práctico queda en evidencia. Es mucho más práctico, rico y funcional llamar y hablar.

¿Si no es un lenguaje, qué es entonces esta forma de escribir? Pues aunque a muchos les parezca una novedad tecnológica, tampoco lo es. Su nombre es taquigrafía, que puede definirse como una forma de escribir basada en signos y abreviaturas con el objetivo de transcribir un dictado. Los SMS han perdido incluso este último sentido, son tributarios de la prisa y de la neurona huérfana. Y las taquigrafías (ha habido muchas) no han influido en la “evolución de la lengua y la gramática”. Ninguna. Nunca.

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