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06 enero 2015

¿Es importante bloquear el espejo para conseguir una fotografía más nítida?

Como saben algunos de ustedes, hace un tiempo que me dedico a fotografiar monumentos, construcciones históricas y objetos arqueológicos. Una de las cuestiones más importantes en este tipo de fotografía es conseguir la máxima nitidez en cada toma. Lógicamente, la calidad de los objetivos es muy importante pero, una vez fijado un modelo concreto ¿qué puedo hacer para aprovechar sus posibilidades al máximo?
Los consejos básicos son conocidos: trípode y buen enfoque, facilitado este por la elección de un diafragma medio, 8 u 11 en la mayoría de los casos que, además, contribuye a aprovechar la calidad óptica de la lente, que se degrada con valores excesivamente abiertos o cerrados.
Otro consejo que se suele mencionar, aunque no siempre, es aprovechar la función de bloqueo del espejo (cuando nuestra cámara es una reflex, claro). La idea es que cuando pulsamos el botón de disparo, ocurren varias cosas en la cámara. Una de ellas es que el espejo interior sube para quitarse del medio y sólo cuando eso pasa, se abre el obturador para la exposición. El movimiento del espejo, aunque es anterior a la exposición, puede generar vibración o trepidación que, tal vez, se transmita a la toma final haciendo que salga ligeramente movida. ¿Esa posible influencia es una exageración o tiene un efecto detectable?
En el video siguiente se ve progresivamente más lento el proceso de subida del espejo, movimiento de la cortinilla (obturador) y caída del espejo.


Lo mejor, como siempre, es hacer una prueba y el objeto de este post es dársela a conocer.
Para hacerla, puse la cámara en un trípode y fijé el modo en prioridad de diafragma con un valor 8 lo que, con la iluminación disponible, supuso un tiempo de exposición de 1/15 de segundo. La distancia focal del objetivo fue de 200 mm lo que, aplicado el factor correspondiente a una APS-C, supone unos 300 mm equivalentes en una cámara de formato 35 mm. La cámara, una Nikon D7000, se manejó con un mando externo conectado por cable y el objeto, una página de un comic, estaba a 90 cm del plano focal.
Tienen los resultados a continuación. Arriba está la toma realizada usando el doble disparo: el primero para levantar y bloquear el espejo y el segundo para exponer esperando, más o menos, dos segundos entre ambos. La siguiente es la tomada de la forma habitual, sin bloquear previamente el espejo.

Los resultados son tan claros que repetí las fotografías por si algo había salido mal pero no, el efecto de trepidación es perfectamente visible con esta distancia focal.
Las conclusiones, por tanto, son simples: si se quiere conseguir la máxima nitidez, es muy recomendable realizar las tomas en el modo de bloqueo del espejo. Lógicamente, la trepidación se reducirá con las focales cortas y tal vez el efecto deje de ser detectable.

05 septiembre 2014

Frescos góticos en Daroca

Abundando en la entrada anterior, les muestro un ejemplo de proceso que parte, como siempre, de un archivo RAW y acaba en una imagen procesada y corregida geométricamente (dentro de un orden). La iglesia de San Miguel en Daroca (Zaragoza) conserva un gran panel en un ábside, pintado al temple y datado en el siglo XIV. Su conservación es casual ya que durante la Edad Media, las iglesias hacían las veces de hospitales durante las epidemias que periódicamente azotaban las ciudades. Durante esos episodios, los muros eran encalados con lo que la ornamentación se perdía irremisiblemente. En esta iglesia me contaron que la zona del ábside estaba oculta por un retablo, lo que permitió que estos frescos se salvaran a lo largo de los siglos. Hace no mucho tiempo, dicho retablo fue retirado y las pinturas reaparecieron en un buen estado de conservación.
Las dificultades a la hora de fotografiar son las de siempre: poca luz, distancia excesiva, disparo a pulso, ángulos oblicuos y poco tiempo para hacer las tomas (durante la exposición de la guía, excelente, por cierto). La primera imagen muestra la foto en bruto del motivo central, que representa la coronación de la Virgen. Los datos EXIF nos dan una idea de las condiciones: f:4, 1/13" de exposición e ISO 1600 nada menos. Por suerte, el sensor de esta cámara es muy poco proclive a generar ruido como se puede apreciar en la imagen grande (ver al final).

Motivo central del mural en formato RAW, sin procesar.
¿Qué se puede hacer a partir de aquí? El proceso es el habitual: ajuste de blancos y control del contraste para intentar que la imagen se vea como se veía en directo, con colores más vivos. En este caso concreto añadí al proceso la corrección de la distorsión debida tanto a la perspectiva como a la curvatura de la pared. El resultado debería ser similar al que veríamos a 8 m de altura, situados perpendicularmente frente al panel:
Imagen procesada.

Una gran diferencia ¿verdad? El mayor problema de este proceso es que no he podido medir las proporciones del rectángulo que inscribe la escena para darle las dimensiones exactas pero creo que el resultado es bastante razonable.
La imagen a tamaño completo (3264x3910 px) puede verse en Flickr en este enlace (pulsa encima para ampliar).

17 agosto 2013

Aumentando la profundidad de campo en macrofotografía

Se suele definir como objetivo "macro" aquél que es capaz de representar el objeto fotografiado sobre el sensor en una relación de, al menos, 1:1. Son objetivos que pueden enfocar correctamente a pocos cm consiguiendo así la relación de tamaño mencionada (o más).
El principal problema de estos objetivos es la escasa profundidad de campo que consiguen en estas tomas: puede ocurrir que enfoques a 10 cm y sólo consigas un par de mm de nitidez y el resto quede desenfocado. Lo mismo ocurre cuando se usan anillos de extensión o fuelles.
Por este motivo es habitual que en la fotografía de insectos, por ejemplo, aparezcan como la de abajo, donde solo el extremo de la alas está correctamente enfocado.
Foto 1. Se ha enfocado sobre el extremo de las alas más cercano a la cámara.
La solución a este problema es la técnica llamada en inglés "focus stacking". Se trata de realizar varias fotografías consecutivas del mismo objeto variando ligeramente el enfoque, desde lo más cercano a lo más lejano. Este conjunto de fotografías debe combinarse posteriormente para conservar solamente la zona bien enfocad de cada una de ellas.
Hay, por tanto, dos etapas: la toma fotográfica múltiple y el postproceso mediante el software apropiado. En el caso de la libélula, tomé 8 fotos consecutivas desde la mostrada arriba hasta la de abajo, enfocada en el extremo más lejano de las alas.
Foto 2. Se ha enfocado sobre el extremo de las alas más lejano a la cámara.
Los requerimientos para esta serie de fotos son pocos pero estrictos. El más importante es que el objeto debe estar inmóvil ya que cualquier cambio entre foto y foto impedirá el correcto "apilamiento" de la serie. La cámara, lógicamente, debe estar bien sujeta en un trípode, olvídense de tomas "a pulso". El enfoque debe ser manual y es deseable que el modo sea de prioridad de diafragma. Se comienza enfocando en el punto más cercano a la cámara y se va girando el anillo de enfoque e intervalos pequeños hasta finalizar con el punto más lejano.
No hay un número de fotos mínimo mientras logremos cubrir adecuadamente el objeto. El "revelado" de los RAW se hará en conjunto para hacer un buen ajuste de blancos y, si es necesario, recortando las fotos con un mismo marco.
La parte del procesado en el ordenador es más simple ya que hay aplicaciones diseñadas expresamente para el "focus stacking". En este caso, he utilizado CombineZP porque funciona bien y es gratuita pero en el enlace a la Wikipedia puede encontrarse un listado con una docena de opciones.
El resultado de apilar 8 fotografías lo tienen abajo (pinchar encima para ver la imagen a su tamaño completo).

Libélula del género Sympetrum esperando amablemente a que terminara la serie de 8 fotografías.
Como pueden suponer, esta técnica no está limitada a la macrofotografía y pueden encontrarse ejemplos interesantes como este profundo paisaje con hojas en primerísimo plano.

19 febrero 2012

El dolmen de Lácara

Hace unos pocos miles de años, allá por el calcolítico, los habitantes de lo que luego se llamaría Extremadura construyeron un gran monumento funerario. Tras las habituales y nunca amables vicisitudes históricas, hoy tenemos a la vista parte de una cámara mortuoria a la que se accede por un corredor, todo ello construido con grandes piedras. En su momento, cuando servía de monumento funerario, todo el conjunto estaba cubierto de tierra lo que suponía un túmulo elíptico de 35 m de eje mayor y 5 m de altura, ya que debía cubrir las grandes piedras que cerraban la cámara final, hoy perdidas.
Ayer me acerqué a última hora de la tarde aprovechando que el frío ha aflojado un poco estos días y buscando un Sol ya muy bajo para evitar la dureza de la sombras. Les dejo unas fotos para que lo disfruten. En mi cuenta de Flickr tienen las versiones de tamaño grande con licencia Creative Commons.
Vista general con la cámara funeraria en primer plano. Todas las piedras (8) que forman la cámara, de unos 5 de diámetro, tendrían la altura de la que hoy queda intacta, a la derecha del corredor, de 5,2 m. El conjunto, algo inclinado hacia el interior y que, por tanto, que se cierra en altura, estaría cubierto por una gran losa horizontal de la que no quedan restos.
Entrada al corredor. Fotografía hecha desde el "vestíbulo", de unos 6 m de largo y antes también cubierto. Las jambas y la piedra superior forman una entrada de apenas 1x1 m a las llamadas "antecámaras", hoy aún cubiertas. Las dos antecámaras se diferencian por una segunda puerta definida por dos piedras más estrechas que se ven a continuación en la foto. Al fondo está la cámara funeraria a la que se accede a través de una tercera puerta.
El corredor desde la cámara. la octava losa que formaba la cámara estaba apoyada sobre el dintel de esta entrada, donde se observa una acanaladura tallada que serviría de asiento.
El dolmen de Lácara fue mencionado, que se sepa, por primera vez en 1875 por el escritor Vicente Barrantes y visitado por el arqueólogo Juan Ramón Mélida a primeros del siglo XX. Este fue quien consiguió incluirlo en el catálogo de Monumentos Nacionales en 1931, aunque sin realizar excavaciones ni estudios.
Las primeras campañas se realizaron por Martín Almagro Basch entre 1957 y 1958. Las excavaciones mostraron que el túmulo había sido saqueado desde muy antiguo y que los restos, tanto óseos (algunos humanos, de los antiguos enterramientos) como de puntas de flecha o cerámica, estaban desordenados y revueltos. También se dedujo de los restos, que la estructura había sido utilizada como vivienda durante siglos, dados los niveles con hogares encontrados.
En el momento de la excavación de Almagro, éste menciona que el túmulo está bien conservado y delimitado por 24 piedras de contención, de las cuales la mayor cierra el "vestíbulo", primera parte del corredor. El corredor está orientado aproximadamente de Este (entrada) a Oeste (cámara) y mide 20 m de largo por algo más de 2 m de ancho en su interior.
Respecto a los útiles encontrados en las excavaciones, Almagro menciona muchos aunque muy mezclados: dos puntas de flecha de bronce y un centenar de sílex, una plaza de pizarra de unos 20 cm grabada a buril con motivos geométricos triangulares, piezas de adornos, como cuentas de pizarra, fragmentos de hojas de lanza o cuchillos de sílex, fragmentos de cerámica, etc.

Con bastantes dificultades podemos encontrar en internet la referencia científica de mayor interés sobre este monumento, escrita por el mencionado Martín Almagro Basch y de donde he sacado la mayoría de los datos mencionados en el post:


El dolmen es fácil de encontrar aunque no se suele incluir en los circuitos turísticos habituales. Si circulan por la autovía A-66 en sentido Cáceres-Mérida, abandonen ésta unos 15 km antes de llegar a Mérida, en la salida Aljucén-Nava de Santiago. Tomen la EX-214 hacia la Nava de Santiago y a unos 8,5 km verán una señal indicativa no muy grande. Crucen la carretera a la izquierda y dejen el coche ya que a unos 100 m comienza el camino. Este debe hacerse a pie, está bien marcado y nos llevará al monumento sin dificultades en unos diez o quince minutos atravesando un paisaje de dehesa. 

30 enero 2012

[Foto] Panorámicas con deformación

Abajo tienen una foto que subí a mi cuenta de Flickr. Forma parte de una serie que vengo haciendo desde hace unos meses sobre monumentos declarados Bien de Interés Cultural. Una de las dificultades de este tipo de fotografía es la escasez de espacio delante de los edificios. El de abajo es el llamado Palacio de Valdecarzana-Heredia y su gran fachada genera este tipo de problema. Lo normal es tener que acercarse bastante al edificio y usar focales cortas, lo que provoca una distorsión notable. Por añadidura, si la fachada no llega a entrar en una única toma, es necesario hacer más de una foto y luego unirlas en una panorámica, algo que se complica cuando la distorsión es grande. Hoy les voy a contar un pequeño truco para conseguir hacer estas panorámicas con facilidad.

Palacio de Valdecarzana-Heredia, en Oviedo.
Abajo tienen el aspecto de las fotografías tomadas con una Nikon D7000, una focal de 22 mm y en formato RAW (NEF). El día era nublado y las tomas se hicieron a mano, sin trípode.


Fotos tomadas desde un punto ante la puerta central.
Aparte del escaso contraste -eso tiene solución- verán que la perspectiva es diferente con los puntos de fuga en sentido contrario. Es posible hacer el mosaico directamente pero habrá que aceptar distorsiones como esta:

Fusión directa de las dos imágenes, las líneas horizontales se curvan.
La solución al problema del tejado curvado es corregir geométricamente las fotos originales antes de fundirlas. Para hacerlo he usado Perspective Rectifier, un programa que nos deforma la foto de acuerdo con unas líneas guía que le marcamos. El procedimiento es señalar varias líneas horizontales -o, más exactamente, lo que debería ser horizontal- y varias verticales. Abajo tenemos un ejemplo donde he marcado dos líneas horizontales y otras dos verticales:
Líneas guía en Perspective Rectifier.
A aquí está el resultado:
Imagen izquierda rectificada geométricamente.
Con las dos imágenes rectificadas ya es posible realizar la fusión o mosaico de forma que las líneas queden rectas y ortogonales.
Tal vez se pregunten, aparte del tratamiento geométrico, qué pasa con el radiométrico ya que los colores y los contrastes de la imagen final tienen poco que ver con los de las tomas originales. Aunque eso es ya cuestión de gustos, últimamente me gusta pasar los ficheros RAW por un programa HDR para aprovechar los 14 bits originales. El tratamiento es discreto y además se hace sobre una sola fotografía, no tres como suele ser en los HDR auténticos. El flujo de trabajo es, en síntesis:

  1. Fotos originales RAW > HDR.
  2. Rectificación con Perspective Rectifier.
  3. Recorte para eliminar las zonas negras de la zona de solape.
  4. Fusión con un programa de panoramas y recorte.
  5. Retoque de curvas para ajustar contraste y saturación. 
  6. Imagen final en TIF: 8356 x 3261 píxeles (en Flickr está con 5125 x 2000). 

17 octubre 2011

¿Veré mis fotos dentro de 30 años?

Pues probablemente no, las habrás perdido porque un día se te cayó el disco al suelo o, peor aún, porque las tenías todas en el portátil y lo formateaste para cambiar de sistema operativo. Lamentablemente no hay una solución clara hoy en día para lo que se llama "preservación digital" aplicada a la fotografía pero como el tiempo pasa y algo hay que hacer, en esta entrada les propondré una solución razonable para los que, como yo, no son profesionales pero valoran esas fotografías que guardan el recuerdo de nuestra vida.
La preservación digital es un tema complejo que abarca varios aspectos. Uno de ellos es el formato idóneo, otro el medio material de almacenamiento, otro la organización interna de nuestra colección (una foto que no se encuentra es como si se hubiera perdido).
Hoy tocaré solamente los relativo al soporte físico y al backup. En una rápida encuesta a mi alrededor (no profesionales) me he encontrado con varias opciones y no todas buenas: lo guardo todo en la tarjeta de la cámara y la descargo sólo de vez en cuando en el PC, o bien uso servicios como Flickr para lo que más me gusta o, en el mejor de los casos, las copio en un disco externo más o menos organizadas por fechas.
Como supongo que los profesionales se lo toman más en serio, la solución que les propongo es solo para aficionados que valoran sus fotos y busca un equilibrio entre un coste razonable y una seguridad alta porque no queremos perder nada ¿verdad?

Unidad RAID con 4 discos extraíbles.
Premisas:
  1. Es necesario conservar las fotografías en un soporte específico e independiente de la cámara y del PC.
  2. Es imprescindible mantener una o más copias de seguridad de todo nuestro fondo digital.
  3. Es conveniente tener las fotos controladas en una base de datos o aplicación equivalente.
Para conseguir esto hay que trabajar sobre tres puntos:
  1. Soporte físico.
  2. Copias de seguridad.
  3. Gestión de la base de datos de imágenes.
Propuesta 1: soporte físico sobre discos RAID.
Discos externos como, por ejemplo, estos (los primeros, de sobremesa). La diferencia entre estas unidades y los discos externos normales (como estos) está en la palabra RAID, que significa Redundant Array of Independent Disks o "conjunto redundante de discos independientes". Las unidades RAID contienen dos o más discos duros internos físicamente diferentes y los datos están distribuidos en ellos de forma coordinada y redundante. Estrictamente no puede considerarse como una copia de seguridad pero si nos falla un disco, la totalidad de la información se recupera desde los demás.
La idea es tener una unidad RAID como soporte de almacenamiento principal donde iremos volcando las fotografías organizadas como nos guste más, por sesiones, por trabajos, por fechas... para luego organizarlas con el software de gestión de imágenes. Según copiemos las fotos, la "copia" RAID se hará automáticamente y sin que tengamos que hacer nada. A la hora de elegir la configuración lógica para este asunto deberíamos evaluar RAID 1 para dos discos y RAID 5 si disponemos de más.
Una cuestión complementaria es la interfaz de conexión. Casi siempre usamos la USB 2 pero existen otras dos opciones más rápidas: Firewire 800 y, sobre todo, eSATA. Sólo hace falta asegurarse que tanto el disco como el ordenador que vamos a usar tienen la posibilidad de conectarse por alguna de estas vías.
Anécdota: yo uso varios discos externos de 2 y 4 TB para almacenar datos en mi trabajo, conectados mediante Firewire 800 a ordenadores Dell pero hubo que comprar las tarjetas de éstos independientemente porque no venían de fábrica.

Propuesta 2: copias de seguridad programadas. 
El sistema RAID protege de fallos en el disco pero no nos protege de nuestros errores (borrar ficheros), incompetencia (virus) o accidentes (café con leche). Para protegernos de esos otros problemas es necesario hacer una copia de seguridad en un disco diferente. Las opciones de software para gestionar las copias de seguridad son abundantes pero me permito recomendarles Cobian Backup, gratuita y de código abierto que nos permite realizar las copias incrementales (donde sólo se actualiza lo que ha cambiado entre una copia y la anterior) y definir detalladamente qué y cuándo queremos copiar. Como es lógico, el disco de seguridad debería estar físicamente separado del disco básico para prevenir problemas como robos, incendios, etc. Una persona bien organizada hará copias incrementales al menos una vez a la semana, por ejemplo, la noche de los lunes a partir de las 0:15 h. La copia estará programada y se realizará automáticamente siempre que el ordenador esté encendido.

Propuesta 3: copias en la "nube" complementarias.
Francamente, creo que los servicios que actualmente existen no ofrecen garantías suficientes como para usarlos como única copia de de seguridad pero sí son una opción complementaria muy valiosa y cómoda. Desde Dropbox (carpetas virtuales con 2 GB gratuitos) hasta Backify (ya más específico para backups con 512 GB gratuitos) hay media docena de opciones interesantes, gratuitas o de pago: Syncplicity (2 GB), Wuala (2 GB), Minus (10 GB) La estrategia es dirigir una copia de seguridad a una de estas unidades virtuales y asegurarnos así una copia más, completamente independiente, con el único requisito de estar conectados a internet.

Lo que yo haría: las fotos están en un disco externo RAID, desde los ficheros RAW hasta los productos más elaborados. Esta primera etapa ya supone un plus de seguridad sobre el almacenamiento en un disco normal, interno o externo. Existen dos planes de copias de seguridad. El primero se realiza sobre un disco externo complementario que no tiene que ser RAID necesariamente (aunque si lo es también, mejor que mejor). El segundo sobre un servicio como Backify donde la única precaución sería no subir fotos comprometedoras o, en su caso, subirlas en ficheros comprimidos con clave de seguridad.

08 mayo 2011

[Foto] Fotografía con luz polarizada

Hace un tiempo, para facilitar mi supervivencia al terminar la carrera, acepté un par de encargos en la universidad. Se trataba de dos tesis doctorales que tenían materiales que era necesario fotografiar, sobre todo geles de electroforesis y tejidos dentro de tubos de ensayo. Foto en blanco y negro (analógica, claro), revelado a altas horas de la noche en la cocina de mi casa, película Panatomic-X comprada en latas de 30 m... nada que ver con lo de ahora. Con los geles todo fue bien pero con los tubos de ensayo se presentaba un irritante problema que había que solucionar: los brillos del vidrio ante la luz. En aquel momento solucioné el asunto iluminando desde arriba, por la boca del tubo, y rodeando el conjunto con un cono de papel blanco para que la luz difusa reflejada redujera los fuertes contrastes. Una solución que me sacó del apuro (todo era material perecedero) pero solo provisional.
En estas semanas, las fotografías de cerámica han resucitado el problema. Hay piezas rugosas, cuya reflectancia es difusa y que no presentan dificultades, pero hay otras con un acabado de barniz o vitrificado de las que es imposible sacar una imagen que no esté con zonas brillantes muy molestas.
He hecho unos ensayos para solucionar este problema definitivamente porque vamos a comenzar un pequeño proyecto de documentación arqueológica en breve donde no deben fallar las cosas. La puesta en escena de la prueba es poco sofisticada: un foco con una bombilla de bajo consumo (4600 K) iluminando directamente una pieza con acabado liso a apenas 60 cm de distancia; podría ser peor pero no mucho.
Ensayo para la reducción de brillos: luz única directamente sobre la pieza.
Con este esquema, los resultados son previsibles: grandes brillos que es necesario reducir.

Con el foco iluminando directamente la pieza aparecen brillos que invalidan la fotografía.
La primera prueba ha sido usar un filtro polarizador en la cámara. La idea es eliminar una parte de la luz reflejada por la pieza de cerámica, tal vez en cantidad suficiente para aceptar la foto. He usado un filtro de polarización circular Kenko. El resultado (ver abajo) es malo y apenas hay diferencia con la foto anterior.

El uso de un filtro polarizador único en la cámara no resuelve el problema.
El siguiente paso es polarizar también la luz en origen, en la bombilla que ilumina el objeto, manteniendo el filtro polarizador en la cámara. Lógicamente, el filtro sería en este caso enorme por lo que debemos usar alternativas como las hojas de plástico de polarización lineal que se venden en Aflash Photonics a 15 dólares el pie (unidades imperiales, claro). Yo he usado las hojas PF006 cuya descripción en la web es la siguiente:
This Polyvinyl Alcohol-Iodine filter has no color distortion (neutral) and very good polarization efficiency (0.002% crossed transmission at 570 nm). The losses are low (38% transmission for unpolarized incident light).
Supongo que estas hojas no son apropiadas según qué fuentes de luz pero al usar fluorescentes compactos no hay problema de que se calienten o deformen. Una vez polarizada la luz de la bombilla solo queda girar el filtro de la cámara hasta conseguir la mayor reducción posible. Abajo tienen el resultado, donde observarán la eliminación completa de los brillos en el cuerpo y asa de la pieza.

El uso de luz polarizada para iluminar junto con un filtro en el objetivo consigue eliminar complemente los brillos.
Una fotografía hecha en buenas condiciones tendrá que usar dos fuentes de luz para una iluminación adecuada con lo que deberá cuidarse que las orientaciones de las láminas polarizadoras sean compatibles y eficaces. En nuestro trabajo final, que realizaremos en unos días, la iluminación será mucho mejor que la usada en esta prueba ya que disponemos de un par de focos planos de luz difusa que pueden cubrirse con las láminas de plástico sin problemas.

29 abril 2011

Memoria de dos días en cuatro fotos

He estado fuera estos días en una reunión técnica con la gente que hace modelos regionales de cambio climático. Aparte de lo discutido (por cierto, es un placer hablar con los que realmente saben de este tema), tomé algunas fotos como ilustración del viaje. Si hiciéramos esto todos los días, una o dos fotos sobre lo más destacado o característico que vemos o que nos pasa, nuestra memoria no tendría caducidad.

Con el km 0 en Roma, el Imperio construyó una densa telaraña de calzadas de varias decenas de miles de km. Hace unos dos mil años esta vía comunicaba las dos vertientes de la Sierra de Gredos a través del hoy llamado Puerto del Pico.  
Mojón, tal vez medieval, en el Puerto del Pico. Al otro lado hay uno gemelo que señala la distancia a Ávila: 10 leguas. La legua, en este caso, equivaldría a unos 5,6 km.
Ya saben donde ir si buscan y no encuentran. Los hijos divinos son hoy 73 (llegaron a 500 en 1950) y están a apenas 30 km de Ávila.
Tormenta sobre la Sierra de Montánchez.

17 abril 2011

Fotografía periférica o "rollout"

Se conoce con este nombre a la técnica fotográfica que persigue "desenrollar" un objeto para verlo en conjunto en algo semejante a una proyección cilíndrica. La rollout photography (RP) se ha utilizado sobre todo en documentación arqueológica para apreciar en su conjunto la decoración de vasijas o jarras.
Curiosamente no hay información técnica sobre RP en internet y muy pocos ejemplos. La mayoría son de proyectos realizados sobre cerámica mesoamericana y se deben a la Fundación para la Investigación Antropológica de América Latina (FLAAR). En esta organización se utilizan cámaras de medio o gran formato aunque no dan demasiados detalles sobre las técnicas ni materiales. En Maya-Archaeology hay noticias breves sobre proyectos y alguna fotografía que aporta algo de información, por ejemplo:
Rollout de la cenefa interior de un plato maya.
Montaje de FLAAR para RP donde parece que el objeto (¿cacao?) está sobre una plataforma giratoria motorizada. No he podido identificar la cámara.
Por motivos que les contaré en unas semanas me he puesto a ensayar esta técnica ayer por la mañana. Como puede suponer, ni plataforma motorizada ni cámara de medio formato pero sí mucha curiosidad. Les cuento lo esencial de la cuestión y si alguien es capaz de completar o corregir algún detalle se lo agradeceré.
El objeto es una pieza que compré hace unos años en Grecia y que pueden ver abajo.

Cerámica de Corinto con decoración figurativa.
La técnica es simple pero tiene un par de trucos. El primero es que tenemos que usar algún sistema que nos permita girar la pieza a intervalos más o menos fijos y sin cambiar la distancia a la cámara. Tras algunas pruebas hice la siguiente chapucilla con pegamento, una tarrina de CD y un cilindro de cartón:

Base rotatoria de "baja tecnología" (por decirlo de alguna manera).
La cosa consiste en una base de una tarrina de CD. Encima se le pone un CD que girará sobre el pivote central y que se marca con un rotulador a intervalos de 10º. Sobre este CD se pega un cilindro de cartón cuidando que esté bien centrado. Finalmente, otro CD pintado de negro y pegado en la parte superior del cilindro hará de plataforma.
El soporte se pone sobre un fondo sin pliegues (yo uso goma EVA blanca, gris o negra), se ilumina y se comienzan a hacer las fotos cuidando que tanto la cámara como la jarra estén niveladas. Comenzando en la posición 1 el conjunto cilindro/CDs/pìeza se hace girar a mano tras cada toma hasta completar una vuelta completa y repitiendo la primera (19 fotos a intervalos de 20º).
El segundo truco, por llamarlo de alguna forma, es que las fotos solo serán útiles en su parte central, la que tiene menos distorsión. Por eso el primer proceso que hay que hacer es recortar esas fotos con el mismo marco. El resultado son 19 fotos como la siguiente:

Zona central de la foto 1.
Al final de este proceso disponemos de 19 fotos de 1629x4928 píxeles todas ellas algo solapadas. Finalmente queda el proceso de fusión que, a falta de software específico (no encontré ninguna referencia al respecto), hice con PTGui. El resultado es un TIFF de 12507x3737 píxeles que les pongo abajo muy reducido y en formato JPG para que no ocupe demasiado. Pulsen encima para ampliar hasta el 50% del tamaño original, que se ve muchísimo mejor.

"Rollout" de la pieza de cerámica griega, pulsar encima para ampliar.
¿Cosas pendientes? Usar una iluminación decente y hacer una calibración de color, cosa que en esta prueba no he hecho. Me he limitado a usar un filtro polarizador para reducir unos brillos bastante molestos y poco más. La cámara, lógicamente, estaba montada en un trípode y se manejó desde un PC conectado con un cable USB.

Actualización: me informan de que en FAMSI se ha utilizado con frecuencia este tipo de técnica. Hay una página donde Justin Kerr nos cuenta su experiencia, a veces no muy positiva, en los tiempos de la foto analógica. Finalmente podemos buscar en la Maya Vase Database para ver los cientos de fotos rollout hechas por Kerr. Por ejemplo, el famoso "vaso de Princeton":

Vaso K511 ("Kerr number") de 22 cm de altura y 47 cm de circunferencia. Hay un artículo sobre este vaso (no sobre la foto) que puede descargarse en PDF aquí.

18 marzo 2011

[Foto] Cómo superar el problema de la profundidad de campo

De vez en cuando se encuentra uno con artistas de la programación que hacen cosas sorprendentes. Alan Hadley es uno de esos y su producto es CombineZP. CZP intenta solucionar el problema, habitual en macrofotografía, de tomas cuya mínima profundidad de campo impide sacar la totalidad del sujeto enfocado. Si tenemos poca luz, ese problema no tiene solución directa por lo que usaremos una estrategia distinta. La idea es tomar una serie de fotografías enfocando zonas sucesivamente más alejadas. CZP combinará esas fotos tomando la zona enfocada de cada una para generar una imagen final correcta.
Como acabo de enterarme del asunto no he tenido tiempo de hacer una prueba seria pero recordé que hace unos mese había tomado dos fotos de una mosca con cara de pocos amigos y que no había logrado enfocarla bien. Abajo tienen esas dos imágenes (pulsen encima para ampliar).

Toma 1, están enfocados el abdomen, las patas, la parte distal del ala izquierda y la roca. Tórax, cabeza y ala derecha están desenfocadas.  
Toma 2, la cabeza. el tórax y el ala derecha están bastante bien enfocadas, el resto (patas, roca...) está fuera de foco.
Esas fotos se hicieron a mano con el objetivo Hexanon de 50 mm tuneado como les comenté aquí. Como no había automatismos el enfoque se hizo acercando la cámara hasta que todo parecía en foco y la exposición por puro ensayo y error. Menos mal que el sujeto se quedó inmóvil un par de minutos.
Ambas tomas se introducen en CombineZP ("New stack"), se selecciona "All methods" en la lista siguiente y "Go" a continuación.
CZP hace un ajuste de las fotos para una correcta superposición y las combina. Un dato sorprendente es que no parece importarle que el sujeto sea de tamaño algo diferente. Tienen el resultado abajo:

Imagen combinada.
CZP ajusta también con bastante acierto la luminosidad y los contrastes.
Según su autor, el programa está preparado para combinar bastantes más tomas, con el único problema de la disponibilidad de memoria. En las pocas pruebas que he hecho, el programa se ha mostrado algo inestable sobre Windows 7 x64, tal vez por ser una aplicación de 32 bits con algún fleco suelto. Mañana espero probar algo más complejo, ya les contaré.

21 febrero 2011

Gerda Taro inventa a Robert Capa. Vive rápido, muere joven...

Francisco Javier Aguilar González, general combatiente en la revolución mexicana en el bando de Francisco Villa, fue embajador de México en Francia de 1942 a 1945. Volvió a su país con recuerdos de su estancia en Europa y entre ellos había un pequeño maletín. Nadie sabe con certeza cómo llegó a su poder pero el caso es que muchos años después era propiedad del historiador Benjamín Tarver al que, parece ser, se lo regaló una pariente del general, amiga de su madre.
En ese maletín, cuya existencia se hizo pública hace muy pocos años, hay unos tres mil negativos fotográficos, unos 120 rollos tomados hace más de 70 años en la Guerra Civil española. Las fotografías fueron tomadas por Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour. En diciembre de 2007, tras las pertinentes negociaciones, fueron enviadas al ICP (International Center of Photography)  y allí comenzó el proceso de digitalización y catálogo. Aunque algunas de ellas se han hecho ya públicas, queda aún una gran cantidad inédita.
Una de las cajas con los rollos fotográficos (de Metapedia); más fotos de las cajas aquí.
Hay fotógrafos que son leyendas y si hay uno que destaca sobre los demás es, sin duda, Robert Capa. Lo que es menos conocido es que Robert Capa no fue un personaje real sino una estrategia de marketing de su mucho menos conocida compañera Gerta Pohorylle que, a su vez, se renombró como Gerda Taro. Su historia es apasionante y triste, con un tinte épico realzado por el hecho de que todos acabaron muriendo como fotógrafos de guerra, Gerda en España, Capa en Vietnam y Seymour en Egipto.
En este punto del relato, les recomiendo la novela "Esperando a Robert Capa" de Susana Fortes. Se trata de una historia posible sobre Gerta Pohorylle y André Friedmann, basada en lo que se sabe de ellos y novelada en lo que pudo ser. Reconozco que me enganchó desde el principio a pesar de saber el final. Gerta, alemana de origen judío, huye a París al iniciarse las persecuciones nazis en 1933. Allí conoce a André Friedman, otro judío huido, con el que intentará vivir haciendo reportajes fotográficos. Al ver las grandes dificultades que tienen a la hora de conseguir trabajos se le ocurre una idea brillante: a partir de ese momento, las fotos las tomará un fotógrafo estadounidense llamado Robert Capa y ellos serán sus representantes. Capa no existe pero su firma estará en la obra de André y de Gerta que, ya de paso, se rebautiza como Gerda Taro.

Gerda Taro en uno de los rollos mexicanos
Capa se hace tan real que cuando ambos van a cubrir la guerra española Gerda llama a su pareja por el nuevo nombre y André pasa al olvido para siempre.
Juntos o separados cubren las batallas de los frentes del Ebro, Madrid y Córdoba, avances, retiradas y éxodos. Sus fotos ilustran las revistas francesas pero no consiguen lo que Gerda quería: una reacción internacional apoyando al bando republicano. En julio de 1937, apenas dos años después de conocerse, Gerda muere en la retirada de la batalla de Brunete al ser aplastada por un carro de combate. Capa lo hará mucho más tarde, en 1954, al pisar una mina en Indochina. Gerda apenas tenía 27 años y ostenta el dudoso honor de ser la primera mujer muerta como corresponsal del guerra.

André Friedmann con una cámara de cine Eyemo que usó el último año en la guerra española.
Capa fundará con Henri Cartier-Bresson y George Rodger la agencia cooperativa Magnum Photos en 1947. Allá podrán encontrar álbumes con sus fotos. Algunas de Gerda, pertenecientes a los rollos de México están en esta galería.
Les confieso que la historia de Gerda Taro me ha conmovido, parece tan reciente que el dato de que nació hace 101 años resulta extraño viendo su foto.
Por no perder el ambiente acabo de comprar Out of the shadows. A life of Gerda Taro y estoy repasando Territorio comanche, de Pérez Reverte, puntos de vista diferentes sobre la oscura épica de los corresponsales de guerra que llevan consigo el arma más poderosa ya que tiene la capacidad de transmitir la realidad y congelar el tiempo.

Gerda Taro en una foto de Capa en 1936
 Ver más en: The Mexican Suitcase, Magnum Photos. Y mucho mejor contado aquí.

30 enero 2011

Foto filatélica: entre el arte del sello y la fotografía forense

Construir un archivo digital de colecciones de sellos es entrar en un mundo algo diferente al de la fotografía convencional ya que los objetivos son distintos. No se trata aquí de deslumbrar con una roja luz de atardecer o con una composición imaginativa sino todo lo contrario. Como en la fotografía forense se trata de ser fiel al original tanto en sus formas como en sus colores, es decir, crear algo lo más parecido posible a una réplica digital.
El caso de la filatelia es especial para mí ya que heredé una amplia colección de sellos, en su inmensa mayoría nuevos, y que creo que cubre completamente el panorama filatélico español durante las últimas tres o cuatro décadas del siglo pasado. En parte por ser un recuerdo familiar, en parte porque la cabra tira al monte, me apetecía hacer algún ensayo de digitalización fotográfica con vistas a un potencial archivo. Además se dio la circunstancia de que no encontré nada significativo de este tema en internet, algo raro a estas alturas de la historia.
Hoy les voy a contar algo de la técnica que he ensayado para hacer fotos de este tipo. Les adelanto que todo está hecho con material casero y que hay algunos problemas pendientes, aunque creo que sé como solucionarlos. Comencemos poniendo un ejemplo:

Hispano Suiza de 1915 en un sello de 1977, año en el que se publicó una pequeña colección de automóviles de época españoles con 4 sellos diferentes (pulsar encima para ampliar).
Y ahora veamos el montaje para hacer las fotos:
Equipamiento casero para hacer fotos de sellos.
En el medio tienen el trípode y la cámara con un objetivo macro (Tamron 18-200). La verticalidad de la toma está ajustada a ojo, un punto que habría que mejorar si la cosa va en serio. La "pantalla" de cajas de papel Epson que hay detrás tiene como función tapar la luz de la ventana que entra por la cortina. No era mucha a esas horas pero añadía un tono rojizo indeseable.
La luz viene de dos flashes: el pequeño de la cámara y el que ven a la izquierda sobre la mesa, que tiene acoplado un difusor hecho con una botella de champú recortada, algo no muy profesional pero sí muy barato. El flash de la cámara ha sufrido un "tuneo" similar, en este caso con un frasquito de plástico más pequeño.
Les he dicho que hay que cuidar el color y eso se consigue poniendo los sellos sobre una base gris (RGB=127,127,127). Esta base servirá más tarde par hacer el ajuste de blancos en el ordenador y de paso no molesta a la hora de medir la luz ya que es el gris para el cual parece ser que se calibran los fotómetros.
Aunque la medida de la luz se hace supuestamente en automático tenemos el problema de que la intensidad de los flashes se reduce debido al invento del champú que hemos puesto como difusor. Consecuentemente haremos unas cuantas fotos al fondo gris hasta dar con la corrección adecuada, +2 EV en este caso. El flash que está sobre la mesa se dispara con una célula fotoeléctrica cuando lo hace el de la cámara. No hay automatismos ya que es un viejo Minolta que no se entiende con la Nikon, luz de relleno que hay que ajustarse a pedal. Cuando sea mayor y me toque la lotería igual uso flashes Nikon de verdad pero por ahora eso tendrá que esperar.
Verán a la derecha un ordenador portátil que está conectado mediante un cable USB a la cámara. Resulta que rebuscando por la red encontré un par de programas que sirven para manejar la cámara desde el ordenador. Aunque no es estrictamente necesario, la enorme ventaja es ver las fotos en grande de forma inmediata y manejar bastantes de los parámetros de la cámara desde el teclado. Ver las fotos nos permite evaluar la luz y el enfoque con mucha más precisión que por el visor (y con mucha más comodidad). El programa que estoy usando es NKRemote de Breeze Systems en su versión de evaluación (15 días). Hay algún otro incluso gratuito pero no funciona con tomas en RAW.
Finalmente sólo queda enfocar y disparar cuidando que el sello esté bien alineado con los bordes de la toma para no tener que rotarlo luego. NKRemote nos permite hacer tomas de prueba y tomas definitivas de manera que solo estas últimas se transfieren al ordenador aunque todas quedan grabadas en la tarjeta de la cámara.
Tras la foto viene la segunda parte: el "revelado" digital. En este caso la única operación es intentar que los blancos sean realmente blancos. Si el fondo del sello se ha conservado blanco podremos usarlo como referencia. En caso contrario (sellos con fondo coloreado o deteriorados) usaremos el gris base para el mismo objetivo asegurándonos así de que los colores son fieles.

Cosas a solucionar o mejorar: 1) fondo gris de verdad, no lo que salga de la primera impresora que tengas a mano (en mi caso el "gris" salió azuloso); 2) eliminar el flash de la cámara por su tendencia a generar brillos en los sellos (no tenía otro, qué le vamos a hacer), lo mejor sería un flash a cada lado con difusor; 3) usar un objetivo de buena calidad y 4) conseguir botes de champú realmente blancos :-)
¿Se les ocurre algo más para un montaje casero?
Para terminar les pongo abajo los tres sellos restantes de la colección "automóviles españoles de época" de 1977. Es bueno saber que los sellos no son necesariamente impresiones de alta calidad y cuando no se consigue una nitidez presentable hay que examinarlos para ver si cosa de un mal enfoque, de un mal objetivo o tal vez de una impresión deficiente.

La Cuadra de 1900 en un sello de 1977.
Abadal de 1914 en un sello de 1977.
Elizalde de 1915 en un sello de 1977.

16 enero 2011

[Foto] En el Río Piedra

El lugar se conoce como el Monasterio de Piedra, un nombre que viene de un antiguo monasterio cisterciense llamado de Santa María de Piedra, fundado en 1195 por una docena de monjes dirigidos por un tal Gaufrido de Rocaberti. Estos monjes, tras alguna vicisitud, acabaron asentándose en el paraje llamado Piedra Nueva, junto al río que le da nombre: el río Piedra. El Cister elegía los lugares con cuidado, buscando un aislamiento que favoreciera la meditación y la ascesis. Nada mejor que este, desde luego, porque se trataba de un oasis en un entorno árido, tierra virgen donde el nuevo cenobio podía instalarse sin perturbación externa, lejos de ciudades y pueblos como mandaban los "Instituta" de la orden:
Acerca del sitio en que debe ser construido el monasterio: Ninguno de nuestros monasterios nunca será construido en ciudades, ni en fortalezas, ni en lugares parecidos, sino que se edificará en sitios alejados del trato con hombres.
Está documentado que durante las primeras dos décadas de su estancia, hasta el año 1218, los monjes residieron en un pequeño convento mientras se terminaban las obras de construcción del monasterio definitivo, situado al otro lado del río. El abad Gaufrido murió en 1214 sin ver la obra terminada pero tampoco hoy podemos ver gran cosa ya que, aunque las fuentes que he encontrado dan datos contradictorios o ambiguos, ese edificio fue sometido a grandes reformas en los siglos XVI y XVII.
Lo que sí ha quedado como gran atractivo del lugar, son las múltiples cascadas y cuevas esculpidas por al agua en esta zona kárstica sobre calizas cretácicas. Algunas zonas han sido modificadas para conducir el agua con lo que algunas terrazas, manantiales y lagunas que pueden verse hoy son de origen artificial.
En fin, el caso es que volvía este sábado de una neblinosa Zaragoza cuando me apeteció desviarme del aburrimiento de la autovía para conocer este sitio, del cual mis padres guardaban algunas fotos tomadas hace unos cuarenta años. Hice unas cuantas aunque sin trípode y con un día de luz dura por lo que no creo que se salven muchas. Les pongo solamente unas pocas abajo (lo que me ha dado tiempo a revisar) para que se hagan una idea del lugar donde el agua es el protagonista.






Fuentes de la historia:
González Zymla, H. (2003). Sobre los posibles orígenes del Real Monasterio cisterciense de Santa María de Piedra: precisiones acerca de su primera ubicación y sentido iconográfico de su advocación mariana.  Anales de Historia del Arte,13: 27-82.

27 diciembre 2010

22 noviembre 2010

[Foto] Flores del frío (2)

Según el sobre donde estaban las semillas, se trata de Podranea ricasoliana. Quién sabe. El caso es que la planté hace seis años en una esquina de la casa y hasta hoy florece cada noviembre con unas grandes inflorescencias de color rosado. ¿EL bicho? Una casualidad afortunada.

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