15 febrero 2006

Cómo lavarle la cara a las psicofonías

Donde propongo a los cazadores de suspiros de ultratumba una herramienta para que esos escépticos recalcitrantes que pueblan el mundo real les tomen en serio.
Pasó una vez que un sonido me puso la piel de gallina. Tenía yo algo más de 20 años, serían sobre las 11 de la noche y estaba escuchando música como me gusta, casi a oscuras y con auriculares. Y en esto sonó un aullido de los de dejarte tieso. Era el "Piltdown Man" de la versión primigenia de Tubular Bells de Mike Oldfield. Traigo esto a colación porque es un claro ejemplo de psicofonía como mandan los cánones: si tienes algo que decir, dilo a gritos.
Pero no, he revisado estos días unas docenas de psicofonías de las que hay por internet y mi conclusión es que los espíritus son grabados con una desesperante falta de calidad, con una
relación señal/ruido minúscula y en permanente estado de gripe. Posiblemente se deba a la falta de subvenciones públicas para comprar magnetófonos decentes pero esa voz que parece que se oye lo mismo puede interpretarse como "ayúdameeee" (poner voz de cuervo casi afónico) que "tráeme el caféeee", pero claro, lo primero mola más. Una muestra im-presionante está en psicofonías, si se pasan por allá verán que la imaginación es lo último que se pierde.
¿Y a qué viene este cuento? Pues que les he resuelto el problema, no esperarían menos de este blog... A ver, el problema de todas las psicofonías es que el fantasma no tiene fuerza para decir las cosas claras y en alto; lógico por otra parte dada la débil naturaleza ectoplasmática del sujeto. Necesitamos una herramienta que nos ayude, a ver si logramos oir por fin y claramente algo realmente interesante sobre el sentido de la vida.
Y aquí entramos en lo incómodo porque ya hay que estudiar algo y leer algo más. De todas formas lo intentaré y se lo voy a poner fácil, a ver si alguno acepta el reto: la herramienta se llama ICA (independent component analysis) y es un método estadístico diseñado expresamente para separar señales y ruido de una mezcla aparentemente caótica.
Un ejemplo: ponemos 2 o 3 micrófonos en una sala donde varias personas están hablando simultáneamente. Grabamos digitalmente la señal (no me sean chapuzas, porfa, no utilicen grabadoras de saldo) y la analizamos mediante ICA. Bueno, pues el método estadístico nos va a separar razonablemente bien las voces, cada una por su lado, y casi exentas de ruido. Una palabra clave en el ICA es "blind separation", es decir, que no hace falta darle informacion complementaria para realizar su labor, ni muestras de sonido ni la posición de los micros.
Lo mejor es que vean y oigan un ejemplo práctico e interactivo en la página Cocktail party problem. Y para enterarse de los fundamentos puede visitarse la página de Aapo Hyvärinen donde hay abundantes referencias para seguir adelante.
El uso del ICA en las psicofonías es aún más simple porque se trata solamente de separar una presunta voz de un fondo de ruido y eso es facilísimo. Por tanto, a partir de este método que parece no ser conocido por los psigrabadores, permítanme que les cambie el protocolo de grabación: usen grabadoras digitales decentes, utilicen dos o tres micrófonos de calidad y, una vez psigrabado el ectoplasma, sométanlo al ICA.
Y no me salgan con disculpas, que el programa es gratis. Pueden descargarlo para la aplicación estadística R (también gratuita y de código abierto) en la web del R-Project.
Eso sí, queridos grabadores del más allá, no me vuelvan a poner un grabación en internet sin haberla pasado por la prueba del algodón, a ver si queda algo de seriedad en ustedes.
Por si les sirve de estímulo, imagínense lo estupendo que va a ser el aparecer como los primeros que han grabado una psicofonía que parece el último disco de Bruce Springsteen, una pasada de sonido.

08 febrero 2006

No se quede atrás, produzca ciencia sin esfuerzo

Donde les ahorro un montón de trabajo a la hora de redactar artículos científicos aún sabiendo que no me lo agradecerán bastante.
Ya les comenté unos posts más abajo que recibo puntual e involuntariamente prolijos correos informativos de la Santa Sede (no confundir con una conocida discoteca de Oviedo). A veces encuentro auténticas joyas que me alegran la vida con párrafos como los siguientes. Introito: el obispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, al dictar una conferencia sobre el apasionante tema «La laicidad según J. Ratzinger-Benedicto XVI» dice cosas como estas:
  • Si la razón no se abre a la fe, se absolutiza a sí misma y la absoluta laicidad, o laicismo, se convierte en fe. Por tanto, no es verdadera laicidad sino arrogancia de la razón, que se transforma en arrogancia de la indiferencia. [...] Rechazando el cristianismo, el Estado occidental rechazó también la razón que el cristianismo llevaba consigo y rechazando a Dios, se entrega a los dioses porque cuando el hombre se sustrae a Dios, se le desploman encima los dioses.
Bien, recuperemos la respiración... No crean que voy a comentar el texto, más bien porque a) no entiendo nada, b) lo único que "absolutizo" en este mundo son los huevos fritos con patatas, y c) no soy consciente de que se me haya desplomado encima ningún componente de la grey celestial. Les confesaré, sin embargo, mi envidia. Cochina envidia porque a mí me cuesta un montón escribir, armar frases con una estructura razonable, argumentar de forma comprensible... Y claro, cuando leo a don Giampaolo clamo al cielo (metafóricamente) porque me negó la capacidad de unir aleatoriamente palabras que luego ofrezcan apariencia superficial de normalidad.
Es más, cuando doy clases suelo ser molestamente sucinto: "dos más dos, cuatro (como se puede ver en esta diapositiva) ¿alguna pregunta?", mientras que otros son capaces de extenderse durante horas hablando de la forma de un botijo.
La verborrea de don Giampaolo sólo tiene parangón con las psichorradas que tanto nos gustan. Les copio una estupenda sobre naturopatía:
  • Con el consentimiento del individuo, las esencias ayudan a proporcionar cargas positivas. Trabajan en el sistema de energía sutil de los cuerpos etérico, mental, emocional y espiritual. La sanación y la transformacióntienen lugar a medida que el sistema energético empieza a liberar cualquier diseño negativo presente en esos niveles [...] También pueden usarse para conectarse con espíritus vegetales individuales y explorarlos. Las Esencias BrynaHerb ayudan a liberar las energías bloqueadas que existen en crakras, meridianos y nadis. Pueden usarse junto con cualquier otra terapia. Cada botella se fabrica a mano y se preserva en vodka orgánico. Para problemas de sanación relacionados con el arquetipo materno. Para comprender y conectarse con los ciclos naturales de energía de la diosa.
Bien, relax... No sé si se sienten como yo, en un estado de clara inferioridad. ¿Porqué no podemos la gente normal escribir así? Pues les tranquilizo y les anuncio que ya podemos. Los del MIT han creado el SCIgen - An Automatic CS Paper Generator. Con este producto milagroso ya podremos acercarnos a los niveles verborreicos de nuestros antagonistas.
SCIgen es un programa que genera artículos de investigación (o algo así) con unos pocos datos. Inteligencia artificial de la buena porque sólo necesita el apellido e inicial de los autores. El resultado es magnífico: un paper de última generación formateado, con figuras, tablas y referencias. Hombre, no pidan que la bibliografía exista, que los datos sean reales, ni que el propio artículo tenga sentido. Pero eso tampoco hace falta, como demuestran los textos de más arriba. Yo acabo de generar un artículo en coautoría con Hwang Woo-Suk sobre nosequé ontologías de los cachés de estado sólido. No sé lo que es pero suena convincente y además en inglés, que siempre mejora...
Y para terminar les comentaré que la basura escrita aparece en nuestros congresos y en nuestras revistas con mayor frecuencia de la que debería. Pero eso será objeto de otra entrada, dedicada a ilustrar el lado sombrío de la ciencia, que también lo tiene.
Lamentablemente, SCIgen sólo genera trabajos de computer science. Cagüen... no todo podía ser perfecto.

07 febrero 2006

El Journal of Parapsychology, revista científica

Donde busco revistas científicas de parapsicología y encuentro una en el lugar equivocado.
Una de las obsesiones de los científicos es publicar su trabajo. Algún listillo dirá que es por el prestigio y por el sueldo. Pues bueno, vale, tiene razón. Pero la publicación es, además, un mecanismo básico de la ciencia ya que pone a disposición del resto de la comunidad experimentos, métodos, resultados...
Esto se hace en revistas específicas y hay muchas. Por dar cifras concretas, el ISI Web of Knowledge incluye en sus listados 5969 revistas de ciencia y 1712 de ciencias sociales. Y no son todas. El prestigio de una revista se estima mediante el factor de impacto (FI), un índice que está relacionado con la cantidad de veces que los artículos de esa revista son citados en otros trabajos. En la web citada sólo figuran revistas con cierto impacto, a veces pequeño. Por dar una idea general, los de mi área consideramos que un FI de 2.0 ya es muy respetable. Y por citar las dos más conocidas sobre ciencia general, Nature tiene un FI de 32,2 y Science de 31,9. Lógicamente, publicar en estas dos revistas es una especie de sueño para cualquier investigador, dada su enorme repercusión.
Lo que no había hecho nunca lo hice hoy: buscar revistas de parapsicología en la ISI Web of Knowledge. Y resulta que sí, que hay una, el Journal of Parapsychology, con un factor de impacto de 0.42 y editado por el Rhine Research Center.
La pregunta es obvia ¿qué pìnta aquí una revista de parapsicología?. Y la respuesta, a la gallega: está pero no está (muy adecuado para una revista "psi", claro). Resulta que no está en los índices. Busco revistas cuyo título contenga parapsycol* y no sale nada (ver nota abajo). Pero luego buscando trabajos psi aparecen algunas referencias y a través del nombre de la revista accedemos a los datos, entre ellos el factor de impacto. Tras confesarles mi sorpresa aprovecho para comentar algunas circunstancias sobre el asunto:
  • el factor de impacto (0,41) es bajo ya que el FI conjunto de las 68 revistas incluidas en la misma categoría (psicología, experimental) es de 1,85. Esto significa que el JP no es la revista de cabecera de demasiada gente (ver el párrafo siguiente).
¿Y quién cita esta revista? Aquí pasan dos cosas interesantes:
  • el índice de autocitas supera el 60% (se llaman así las citas bibliográficas de una revista hechas desde ella misma). Mirarse el ombligo no es un buen síntoma de salud porque es indicador de aislamiento. Y el JP no va a mejor: todas las citas a la revista de los últimos tres años catalogados (2002-2004) han sido hechas desde la propia revista. Por dar valores de referencia de otras revistas, he mirado en las que he conseguido publicar últimamente; los porcentajes de autocitas son: IEEE Transactions on Geoscience & Remote Sensing (20.0%), Photogrammetric Engineering & Remote Sensing (18.5), Science (1.0%), Journal of Vegetation Science (13.7%), obviamente muy inferiores a la susodicha.
  • el resto de citas se hace desde revistas variadas aunque domina abrumadoramente el Journal of Alternative and Complementary Medicine, que está excluida de los listados del ISI (incidentalmente, no se pierdan por favor el breve editorial titulado The Homeopathic Mechanism from the Viewpoint of a Quantum Mechanical Paradoxon, elaborado para un especial sobre homeopatía. Si entienden algo me lo cuentan, y si no recuérdenlo para una próxima entrada de este blog, que va a ir de delirios). En el resto de revistas, las citas bajan a media docena o menos en la última década.
De todas formas, habría que ver qué ha pasado. Parece a primera vista que el Journal of Parapsychology estuvo en los listados del ISI y luego fue borrado, pero han quedado por ahí enlaces sueltos y recientes. Pero esa es la explicación racional. Tal vez los colaboradores del JP han empleado sus poderes para incluir la revista en el listado. Aunque en ese caso deberían haberle puesto un FI de al menos 20, por aquello de la promoción. El problema básico es su mera aparición porque el ISI Web of Knowledge es una referencia clave de todos los investigadores para buscar información fiable. Y si no aparecen las Cartas Apostólicas del finado Wojtila, por ejemplo, no sé porqué ha de estar el Journal of Parapsychology.
Acabo de enviarles un correo a los del ISI solicitando la baja definitiva y contundente del JP, ya les contaré...

Nota posterior: me hacen notar que he buscado en el ISI omitiendo la h de parapsychology. En efecto, la revista aparece en la sección de Social Sciences buscándola con el título completo y sin faltas de ortografía. Eso invalida el comentario sarcástico que he dejado en gris arriba. El resto del post es correcto. Gracias por el aviso.

05 febrero 2006

Los nuevos matemáticos

Las reformas universitarias en las que llevamos metidos el último lustro ( y "pa" seguir) tendrán como repercusión matemáticos más dicharacheros y comunicativos con el resto del mundo. El País Universidad publica una nota esclarecedora sobre las expectativas en lo que respecta a los futuros matemáticos. El Ministerio, tras profundo estudio (lo supongo en función del tiempo que les ha llevado), llega a la conclusión de "una de las principales preocupaciones con vistas a la reforma de esta carrera" es que los titulados de matemáticas deben ser capaces de "comunicar, tanto por escrito como de forma oral, conocimientos, procedimientos, resultados e ideas matemáticas. Una vez que adquieran esta destreza, además de muchas otras, recibirán el título de licenciado en Matemáticas."
Curiosa esta nota. ¿Realmente existe actualmente incapacidad para comunicar en la licenciatura en matemática? ¿Es ese realmente el problema más relevante y hacia el que hay que dirigir el mayor esfuerzo? ¿No habrá algún otro problemilla o algún otro objetivo levemente más relevante?
Yo tengo ideas más rancias, simples como el mecanismo de un botijo. Creo que un matemático debe ser capaz esencialmente de trabajar en matemática, avanzar en la investigación y proponer nuevas ideas en su disciplina. Cabe que estos objetivos estén incluidos en la expresión "y muchas otras", no sé.
Y respecto a los esfuerzos en la modificación de la carrera, creería que es más importante dar medios, facilitar el acceso a las revistas, a los congresos, a las estancias, crear nuevas plazas que no se deban estrictamente a la existencia de alumnos, tratados como mercadería. Pero no, de dinero no me hables, que siempre estás igual, me dirán...
Medios y plazas deben ser problemas secundarios para la reforma. Basta ya de matemáticos encerrados en sus despachos resolviendo el último teorema de Fermat o la conjetura de Kepler. ¿De qué vale eso si no salen a demostrar que el dinero público se invierte bien? Miren ustedes a Arsuaga, qué bien lo hace, o a Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo. Usted no recibirá el título hasta que no demuestre (¿ante quién?) su capacidad verbal y escrita a la hora de comunicar.
Yo juraría que los exámenes consisten en eso en buena medida pero...
Por cierto que me gustaría que se exigiera esta nueva "destreza" a los que elaboran estas normas porque la verdad es que se entienden más bien poco.

¿Qué habría sido
de John Forbes Nash Jr. en este nuevo paradigma educativo? El matemático representado en "Una mente maravillosa" no hubiera pasado nunca esta prueba. Cierto que su tesis sobre juegos no cooperativos no llegaba a las 30 páginas, qué vergüenza. Y encima le dan un Nobel. Si fuera español tendría más futuro de caddy de golf en los nuevos campos de Murcia que en la universidad.
Al final todo encaja con tal de banalizar el conocimiento. Hemos caido en manos de los pedagogos postmodernos, herederos de aquellos que unas décadas atrás, sustituyeron el álgebra por la teoría de conjuntos, eliminaron el estudio implantando el "discútelo con tus compañeros" o el "subraya los conceptos importantes". A estos se les llena la boca con destrezas, capacidades y competencias, con autoevaluaciones y encuestas sobre niveles de satisfacción. Podeis iros a hacer puñetas, queridos, porque lo que necesitamos es otra cosa: un poco de sentido común y algo de seriedad. Sí, ya sé, esa mezcla es indistinguible de un cóctel Molotov.


Disculpadme, Ventura y Nieto, por este asalto. La viñeta viene de "Grouñidos en el desierto"

02 febrero 2006

¿Aceptamos pulpo como animal de compañía?

En la entrada anterior mencioné un trabajo disponible en internet llamado proyecto SILA. Está firmado por Francisco Máñez y tiene la virtud, no muy frecuente en este tipo de trabajos, de molestarse en poner las tablas de resultados de experimentos "psi". Ya quedó claro que no estoy de acuerdo con el enfoque del asunto que se trasluce tras el texto que acompaña al artículo pero me dije: vamos a valorar los resultados, a ver qué sale. Y es que el tratamiento estadístico que hace don Francisco es más bien escasito.
Lo que sale es lo siguiente, expuesto más o menos ordenadamente:
  • la frecuencia esperada de coincidencias de cartas en las pruebas A, B, C y D es p= 0.2
  • dado un número de ensayos determinado, se observarán discrepancias entre las concidencias observadas (f_obs) y esperadas (f_esp); llamemos a ese número k: k = f_obs - f_esp
  • la hipótesis nula es H0: k = 0; esto no significa que k sea exactamente 0, es decir que las coincidencias observadas sean exactamente las mismas que las esperadas, sino que la magnitud de k es tal que no podemos descartar que sea debida al azar. Esto parece vago pero no lo es porque es fácil estimar la probabilidad P de que un valor k determinado se deba al azar.
  • la hipótesis alternativa es H1: k>0; o sea que las coincidencias observadas son significativamente mayores que las esperadas. En este caso, el valor de P será pequeño; por ejemplo, con P menor que 0.001, k podría atribuirse al azar con una probabilidad menor que uno entre mil.
  • tenemos 4 grupos de ensayos con cartas y 1 con dados. En el primer caso hay 21 series y en el segundo 5. Para cada serie se dispone del número de coincidencias (remito al texto original) y he calculado el valor de P de acuerdo con una distribución normal (estrictamente sería una binomial pero con este número de casos son indistinguibles).
  • los resultados son, en síntesis, los siguientes:
    • de las 21 series de cartas, 17 tienen valores de P mayor que 0.05, 5 tienen P menor que 0.05, y ninguna llega a P menor que 0.01.
    • de las 5 series de dados, 4 tienen valores de P mayor que 0.05 y la otra tiene P=0.02
    • de las 21 series de cartas, 2 tienen valores de P<0.05>para no coincidencias.
  • los valores de P concretos son, por orden de series, los siguientes:
    0.029, 0.021, 0.085, 0.548, 0.201, 0.236, 0.990, 0.059, 0.017, 0.614, 0.965, 0.063, 0.844, 0.586, 0.638, 0.044, 0.087, 0.641, 0.051, 0.012, 0.816, 0.268, 0.021, 0.262, 0.450, 0.785
    (los últimos 5 corresponden a los dados)
¿Qué significa lo anterior? Pues lo siguiente: si realizáramos ensayos al azar, mediante cartas perfectamente barajadas, o buenos generadores aleatorios de números, podríamos encontrar resultados con las mismas o más coincidencias que las obtenidas en cada serie con una probabilidad igual al valor de P en cada caso. Por ejemplo, P=0.085 (tercera serie de cartas) significa que por puro azar encontraríamos las mismas o más coincidencias que las observadas en un 8.5% de los ensayos. Lógicamente, para suponer una desviación significativa del azar es necesario encontrar valores de P suficientemente pequeños. En este sentido, los resultados de los experimentos de don Francisco son pobres porque ningún caso tiene una P menor que 0.01. Hay 5 casos con P menor que 0.05 (una probabilidad de que se deban al azar menor que el 5%) pero también hay dos casos con P menor que 0.05 para no coincidencias.
Aparte de la ausencia de resultados (5 valores de P entre 0.01 y 0.05 no son para tirar cohetes y mucho menos para demostrar nada) me he lanzado al análisis dando por buenas algunas hipótesis de partida que están sin comprobar. Incluso si eliminamos el fraude del experimento quedan incógnitas importantes pendientes. Por poner un ejemplo: sería imprescindible disponer de las secuencias de cartas en cada serie, ya que es la única forma de comprobar que se barajaron bien (analizando estadísticamente la existencia de correlación entre las secuencias de series consecutivas).
Una circunstancia que me llama poderosamente la atención es que en 4 de los 6 resultados más significativos (P menor que 0.05) interviene el autor, como él mismo reconoce. Esto parecería significar que tiene influencia sobre los resultados (psi o no psi, que eso es otra cosa). Pero resulta que el propio autor hizo pruebas masivas él solito sin obtener nada significativo (cosa que usa como prueba de no sé bien qué):
  • "completamente aparte, yo mismo efectué 3100 pruebas clásicas de PES general usando siempre el mismo mazo, permitiéndome toda clase de manipulación física de las cartas, sin que, pese a mi deseo, pudiera alcanzar unos resultados no atribuibles al azar."
  • "realicé 37800 tiradas comparativas empleando los mismos dados, entrando los resultados en la esperado por el azar."
¿Por qué no considera don Francisco que estos resultados negativos refutan su influencia en las series "oficiales" o, al menos, son tan válidos como ellas? Pues no, a pesar de lo expuesto, sus conclusiones son como las de los partidos políticos después de las elecciones, todos ganan:
  • "como fundamento para continuar las investigaciones, los tres puntos principales que se pretendían explorar en la experiencia piloto dieron frutos positivos."
Finalmente, para no aburrir más: incluso si hubieran salido valores de P abrumadores, habría que buscar la causa. Asignar esos resultados a poderes "psi", sin más, es una arbitrariedad insultante. Algunas causas alternativas podrían ser factibles, como dados defectuosos o mezcla deficiente en el caso de las cartas. Aunque yo prefiero atribuirlos a la influencia del ángel de la guarda (una hipótesis tan chula como la otra). Pero sólo cuando salgan, no ahora.

Nota: he tenido problemas con los signos "mayor que" y "menor que" debido a los códigos html, por eso los he sustituído por texto

01 febrero 2006

Ciencia y no-ciencia (III y ahora sí que acabo)

Para finalizar con este rollo que me he marcado, me gustaría destacar una diferencia más de funcionamiento entre ciencia y no-ciencia y que atañe a la experimentación.
La experimentación es el primer carro de combate de la ciencia normal. En algunas disciplinas no existe, caso de la matemática, pero hay que pagar por ello un alto precio: la desvinculación absoluta con la realidad. En el resto de ciencias se asume un principio básico: todo experimento es repetible e independiente del experimentador. Por eso, es esencial que los experimentadores tengan un control absoluto sobre las condiciones del proceso; por ejemplo, algunas reacciones químicas sólo se producen en un rango concreto de temperatura, por lo que ésta deberá estar claramente controlada por el experimentador y lo que deberá reflejarse en su cuaderno de laboratorio. Cualquier otro equipo en el mundo debería ser capaz de obtener los mismos resultados si replica el experimento. Y si no ocurre, la duda aparece y debe ser resuelta: ningún investigador toma en cuenta experimentos no repetibles.
Este marco es antagónico con la no-ciencia. Por ejemplo, los poderes "psi" sólo se manifestarán en condiciones favorables, entendiendo éstas como la ausencia de controles y controladores que perturban el experimento con su agresiva incredulidad. Este marco es el que permite que, ante controles estrictos, los fenómenos paranormales no se produzcan. Según los paranormalistas esto no se debe a que el control evita el fraude sino que inhibe la potencialidad del sujeto. El principio de repetibilidad salta hecho pedazos y, con él, se instala la necesidad de que yo crea en experimentos que a mí no me funcionan y en resultados que no puedo repetir. Eso no es ciencia, sino fe.
Las reglas que los paranormalistas usan para justificar la ausencia de resultados son muy curiosas. Entre ellas figura un extrañísimo concepto de la causalidad, como se refleja en este texto que he extraido de la página del llamado proyecto SILA:
Pero en tres experimentos efectuados por Sarah Featcher y el filósofo Bob Brier, se observó que las personas encargadas del control de los resultados, pese a no estar presentes en las sesiones ni conocer a los participantes, afectaban de modo notable el número de aciertos.
En ciencia normal este párrafo es inaceptable porque propone relaciones causales inexplicables. Lo que entiende el autor como influencia del observador se explica con absoluta claridad un poco más adelante:
Un grupo de investigadores que no crea en la existencia del fenómeno, empeñado en demostrar que las facultades paranormales son sólo una falacia, encontrará sus resultados dentro de la esperado por el azar. De igual forma, otro grupo que admita su existencia, pero que trabaje sin una auténtica convicción de obtener resultados positivos, encontrará la evidencia de psi muy esquiva para él. Ha este hecho lo denomino "efecto observador".
Aparte de lo pintoresco de la observación y de la falta de ortografía, de nuevo se justifica la ausencia de evidencia mediante mecanismos no explicables. Debemos darnos cuenta de ponerle nombre a algo ("efecto observador") no supone ninguna explicación sobre ese algo. Y finalmente, es enternecedor el método de control para prevención del fraude:
El fraude, consciente o inconsciente, no parece ser probable en estas pruebas, al encontrarse el dado testigo completamente oculto.
Según esto, todos los trucos de cartas de Juan Tamariz o del Magomigue son auténticas revelaciones "psi" porque es obvio que las cartas están ocultas para ellos. La posibilidad de que exista fraude se considera inverosímil simplemente porque el experimentador desconoce absolutamente todo sobre los trucos más nimios (aunque le bastaría comprar un libro del mismo Tamariz para conocerlos).
Finalmente, imaginemos que una serie de pruebas "psi" seguidas manifiestan tanto resultados positivos como negativos. Según el experimentador, eso no supone un problema para la existencia de fenómenos paranormales sino que es una manifestación del "principio de conservación del orden", a saber:
El filósofo y psicólogo Koneru R. Rao indicó mediante su "principio de conservación del orden", que la PES podía actuar de manera similar a lo obtenido en las pruebas B. La naturaleza es orden, y psi lo rompe. Mientras unos sujetos obtienen resultados positivos, otros los consiguen negativos, manteniéndose la armonía preestablecida.
Según el experimentador, las fluctuaciones por encima y por debajo del resultado esperable por puro azar son, en el primer caso, manifestaciones "psi"; y en el segundo también, pero al revés para devolver el equilibrio a la naturaleza.
En ciencia, las fluctuaciones aleatorias alrededor de la media son simplemente el principio básico de la estadística. Y por supuesto, a nadie se le ocurriría defender que la existencia de gordos está motivada por la existencia paralela de flacos ya que existe una ley natural que busca equilibrar el peso global de la humanidad. Esta hipótesis sin demostrar sí debe ser tomada en serio, por lo visto, si la dice el "filósofo y psicólogo Koneru R. Rao".
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