07 noviembre 2011

Dicen que los niños que nacen por cesárea sufren más alergias ¿Seguro?

La noticia sale en Muy Interesante con un título claro y directo: Los niños que nacen por cesárea sufren más alergias. Para ilustrarlo comentan:
Un estudio de la Universidad de Copenhage (Dinamarca) revela que cuanto menor es el número de bacterias que viven en nuestros intestinos durante la infancia, mayor es el riesgo de sufrir alergias al hacernos adultos. Eso implica que "los bebés que nacen por parto natural, y que por lo tanto están expuestos a las bacterias del recto materno, tienen menor riesgo de padecer asma y alergias que los que nacen por cesárea, que se exponen a menos variedad de microorganismos al nacer”, concluye Hans Bisgaard, investigador de la Universidad de Copenhague y coautor del estudio.
Fíjense que la primera frase no habla de las cesáreas sino del número de bacterias intestinales. Fíjense también que la segunda frase, sobre la exposición a las bacterias, está entrecomillada por lo que se supone que se trata de una frase literal (aunque no se sabe de dónde porque no se citan fuentes).
La noticia me extrañó y busqué el artículo original. Su título es Reduced diversity of the intestinal microbiota during infancy is associated with increased risk of allergic disease at school age, está firmado por 9 autores y fue publicado en el Journal of Allergy and Clinical Immunology este año 2011. El enlace anterior lleva al texto completo del artículo.
¿Dice dicho artículo algo sobre las cesáreas? No. ¿Sale en dicho artículo la frase entrecomillada? Tampoco. ¿Qué dice exactamente el artículo? Lo resume en sus conclusiones:
Reduced bacterial diversity of the infant's intestinal flora was associated with increased risk of allergic sensitization, allergic rhinitis, and peripheral blood eosinophilia, but not asthma or atopic dermatitis, in the first 6 years of life.  
Una diversidad bacteriana reducida en la flora intestinal de los niños está asociada con un aumento de riesgo de sensibilización alérgica, rinitis alérgica y eosinofilia periférica, pero no con asma o dermatitis atópica, en los primeros 6 años de vida.
¿De dónde ha salido lo de las cesáreas y cuál ha sido el motivo por el que la periodista ha considerado que ese título era el mejor para ilustrar el estudio? Ni idea, pero sería bueno saberlo porque no hay ninguna mención a cesáreas ni nada similar en el artículo original. También sería bueno que Muy Interesante revisara sus fuentes porque o bien se me ha escapado algo (puede ser, claro) o han dado una noticia errónea con riesgo de repercusiones nocivas.

26 octubre 2011

Traductores y correctores para publicaciones científicas

Publiqué mi primer trabajo científico sin saber inglés (fue duro enterarse de que el francés vale muy poco en ciencia). Lo redacté en español y la suerte quiso que en aquellos años la universidad de Oviedo donde yo estaba de becario, a) tuviera una especie de servicio de traducción que, creo recordar, era un profesor del Departamento de Filología Inglesa y b) las traducciones fueran gratis para mí, que no tenía ni una peseta. Sin esas dos circunstancias creo que yo no hubiera publicado ese primer trabajo y mi carrera hubiera ido por otros derroteros ya que el futuro académico estaba entonces muy lejos.
Hoy, como antes, casi toda la ciencia se publica en inglés y es frecuente que nuestros trabajos necesiten una buena revisión para que se ajuste a un inglés correcto, sea éste británico o americano, según la revista destino.


Debemos distinguir claramente entre traducción, donde enviamos un original en español y nos devuelven uno en inglés, y edición, donde el original está en inglés y la tarea de los revisores es corregir errores y modificar la sintaxis y expresiones para que sean más correctas, elegantes o directas.
En cualquier caso, si nuestro nivel de inglés no es excelente, la revisión es muy aconsejable antes de enviar un trabajo de meses o años a una revista. Hay que ser conscientes de que lo primero que va a pasar con nuestro artículo es que el editor de la revista va a hacer una lectura rápida y que el resultado de esa lectura es esencial para dejar una buena primera impresión.
Este negocio no ha pasado desapercibido en la Red y desde unos años atrás hay varias empresas que se dedican a eso. Este post es para hacerles una pequeña lista de las que he encontrado o usado esperando que pueda ser de utilidad a alguno.
  • American Journal Experts: editan, traducen y revisan (peer review). Tiene una calculadora de precios en función del número de palabras y del idioma. Por dar una idea, la edición de un artículo con 3501-6000 palabras cuesta entre 160 y 320 euros según la prisa que tengas (desde 7 días hasta 24 horas). Es el servicio que estamos usando nosotros últimamente.
  • BioScience Writers: editan. Mencionan $70 por hora de trabajo con tres niveles de revisión: básico, avanzado y profesional. Estiman 3-4 páginas de 25 líneas por hora en el servicio avanzado. 
  • Clark Scientific Editing: editan. Hacen presupuesto según la complejidad del trabajo pero dan un precio aproximado de 0,05 GBP por palabra.
  • Manuscript Editor Online: editan y escriben (los únicos que ofrecen este servicio). En el caso del "substantive editing" el precio es de $0,08 por palabra.
  • MSC Scientific Editing: editan, no traducen. Se sube el artículo a la página y devuelven un presupuesto.
  • ScienceDocs: editan y traducen. No hay tabla de precios pero envían presupuestos específicos.
  • Scientific Proofreading: editan, no traducen. Dan un coste aproximado de 20 libras (GB) por hora de trabajo (3-6 páginas/hora). Aspecto cutre.
  • SPi Global: editan, no traducen. Sus tarifas van en función de la extensión del trabajo, a razón de  $0,032 por palabra. 
  • Write Science Right: editan y traducen. Entre $0,6 y 0,9 por palabra según el servicio standard o premium. La traducción la cobran a $0,15 por palabra. 
Algunos de estos servicios tienen ofertas a varios niveles, más de los que he comentado aquí, por lo que a la hora de gastarse el dinero en uno hay que analizarlos con detalle para ver cual se adapta más a nuestras necesidades. Por si quieren explorar otras posibles opciones, hay unos cuantos más en internet: busquen "scientific editing" en Google. Y si alguien tiene alguna experiencia que pueda ser valiosa a la comunidad bloguera, ahí tienen los comentarios a su disposición.
Por cierto, después de meses, por fin llueve en Extremadura.

17 octubre 2011

¿Veré mis fotos dentro de 30 años?

Pues probablemente no, las habrás perdido porque un día se te cayó el disco al suelo o, peor aún, porque las tenías todas en el portátil y lo formateaste para cambiar de sistema operativo. Lamentablemente no hay una solución clara hoy en día para lo que se llama "preservación digital" aplicada a la fotografía pero como el tiempo pasa y algo hay que hacer, en esta entrada les propondré una solución razonable para los que, como yo, no son profesionales pero valoran esas fotografías que guardan el recuerdo de nuestra vida.
La preservación digital es un tema complejo que abarca varios aspectos. Uno de ellos es el formato idóneo, otro el medio material de almacenamiento, otro la organización interna de nuestra colección (una foto que no se encuentra es como si se hubiera perdido).
Hoy tocaré solamente los relativo al soporte físico y al backup. En una rápida encuesta a mi alrededor (no profesionales) me he encontrado con varias opciones y no todas buenas: lo guardo todo en la tarjeta de la cámara y la descargo sólo de vez en cuando en el PC, o bien uso servicios como Flickr para lo que más me gusta o, en el mejor de los casos, las copio en un disco externo más o menos organizadas por fechas.
Como supongo que los profesionales se lo toman más en serio, la solución que les propongo es solo para aficionados que valoran sus fotos y busca un equilibrio entre un coste razonable y una seguridad alta porque no queremos perder nada ¿verdad?

Unidad RAID con 4 discos extraíbles.
Premisas:
  1. Es necesario conservar las fotografías en un soporte específico e independiente de la cámara y del PC.
  2. Es imprescindible mantener una o más copias de seguridad de todo nuestro fondo digital.
  3. Es conveniente tener las fotos controladas en una base de datos o aplicación equivalente.
Para conseguir esto hay que trabajar sobre tres puntos:
  1. Soporte físico.
  2. Copias de seguridad.
  3. Gestión de la base de datos de imágenes.
Propuesta 1: soporte físico sobre discos RAID.
Discos externos como, por ejemplo, estos (los primeros, de sobremesa). La diferencia entre estas unidades y los discos externos normales (como estos) está en la palabra RAID, que significa Redundant Array of Independent Disks o "conjunto redundante de discos independientes". Las unidades RAID contienen dos o más discos duros internos físicamente diferentes y los datos están distribuidos en ellos de forma coordinada y redundante. Estrictamente no puede considerarse como una copia de seguridad pero si nos falla un disco, la totalidad de la información se recupera desde los demás.
La idea es tener una unidad RAID como soporte de almacenamiento principal donde iremos volcando las fotografías organizadas como nos guste más, por sesiones, por trabajos, por fechas... para luego organizarlas con el software de gestión de imágenes. Según copiemos las fotos, la "copia" RAID se hará automáticamente y sin que tengamos que hacer nada. A la hora de elegir la configuración lógica para este asunto deberíamos evaluar RAID 1 para dos discos y RAID 5 si disponemos de más.
Una cuestión complementaria es la interfaz de conexión. Casi siempre usamos la USB 2 pero existen otras dos opciones más rápidas: Firewire 800 y, sobre todo, eSATA. Sólo hace falta asegurarse que tanto el disco como el ordenador que vamos a usar tienen la posibilidad de conectarse por alguna de estas vías.
Anécdota: yo uso varios discos externos de 2 y 4 TB para almacenar datos en mi trabajo, conectados mediante Firewire 800 a ordenadores Dell pero hubo que comprar las tarjetas de éstos independientemente porque no venían de fábrica.

Propuesta 2: copias de seguridad programadas. 
El sistema RAID protege de fallos en el disco pero no nos protege de nuestros errores (borrar ficheros), incompetencia (virus) o accidentes (café con leche). Para protegernos de esos otros problemas es necesario hacer una copia de seguridad en un disco diferente. Las opciones de software para gestionar las copias de seguridad son abundantes pero me permito recomendarles Cobian Backup, gratuita y de código abierto que nos permite realizar las copias incrementales (donde sólo se actualiza lo que ha cambiado entre una copia y la anterior) y definir detalladamente qué y cuándo queremos copiar. Como es lógico, el disco de seguridad debería estar físicamente separado del disco básico para prevenir problemas como robos, incendios, etc. Una persona bien organizada hará copias incrementales al menos una vez a la semana, por ejemplo, la noche de los lunes a partir de las 0:15 h. La copia estará programada y se realizará automáticamente siempre que el ordenador esté encendido.

Propuesta 3: copias en la "nube" complementarias.
Francamente, creo que los servicios que actualmente existen no ofrecen garantías suficientes como para usarlos como única copia de de seguridad pero sí son una opción complementaria muy valiosa y cómoda. Desde Dropbox (carpetas virtuales con 2 GB gratuitos) hasta Backify (ya más específico para backups con 512 GB gratuitos) hay media docena de opciones interesantes, gratuitas o de pago: Syncplicity (2 GB), Wuala (2 GB), Minus (10 GB) La estrategia es dirigir una copia de seguridad a una de estas unidades virtuales y asegurarnos así una copia más, completamente independiente, con el único requisito de estar conectados a internet.

Lo que yo haría: las fotos están en un disco externo RAID, desde los ficheros RAW hasta los productos más elaborados. Esta primera etapa ya supone un plus de seguridad sobre el almacenamiento en un disco normal, interno o externo. Existen dos planes de copias de seguridad. El primero se realiza sobre un disco externo complementario que no tiene que ser RAID necesariamente (aunque si lo es también, mejor que mejor). El segundo sobre un servicio como Backify donde la única precaución sería no subir fotos comprometedoras o, en su caso, subirlas en ficheros comprimidos con clave de seguridad.

15 octubre 2011

[Breves] Mapas y gráficos de tu actividad científica

La figura de abajo muestra la localización geográfica de los autores que han citado alguna de mis publicaciones en revistas científicas (sólo las incluidas en el JCR). Este mapa y otros gráficos pueden elaborarse en la web  ResearcherID Labs. No hay una forma evidente de hacerlo pero para eso estamos: copia el texto siguiente en el navegador:
http://labs.researcherid.com/mashlets/rid/index.jsp?rid=xxxx
y sustituye "xxxx" por tu ResearcherID.

Mapa de citas según ResearcherID Labs.

06 octubre 2011

El gran error de Steve Jobs

El tumor de Jobs fue descubierto en octubre de 2003 durante una exploración rutinaria. Le dijeron que tenía muchísima suerte porque su tumor era una variante rara (<2%) y operable del cáncer de páncreas mientras que la inmensa mayoría no lo es. Con la cirugía, el pronóstico sería bueno a largo plazo porque en ese momento no había metástasis.
Aunque Jobs tenía el sentido común de no hacerse los chequeos médicos por imposición de manos, en este caso rechazó a la cirugía y acudió a una dieta "alternativa" para curarse. Las consecuencias fueron demoledoras: a los seis meses su situación era crítica y decidió operarse, lo que se hizo en julio de 2004. Esos meses fueron decisivos ya que, aunque la cirugía se realizó con éxito, el cáncer se había extendido al hígado, que le fue trasplantado un tiempo después.
El final llegó esta madrugada. Jobs ignoró que no hay evidencia de que una dieta pueda curar ni retrasar un cáncer de páncreas. No la había en el año 2003 ni la hay hoy. Sumergirse en un tratamiento "alternativo" es la forma más segura de que la enfermedad siga su curso y te mate con eficacia. Steve Jobs era un visionario tecnológico pero en esto cometió el gran error de su vida.

Otros fueron algo más espabilados.

P.S. Escribí lo anterior con prisa y no puse alguna fuente alternativa, ya que me las piden en los comentarios aquí van algunas: 1, 2 y 3.

01 septiembre 2011

¿A qué dedicamos el tiempo en la universidad?

A raíz del post ¿Cuánto cobra un profesor de universidad? recibí un correo personal recordándome que apenas dábamos unas pocas horas de clase a la semana. Lo cual es cierto, ya que la docencia se considera cubierta con 240 horas de clase en cada curso que, a bote pronto, supone unas 8 horas de clase semanales.


Lo que ocurre es que en la universidad no nos dedicamos sólo a eso por lo que, aprovechando el correo, me puse a hacer un listado de tareas que cualquier profesor que se tome en serio su trabajo hace de forma regular. Enumero a continuación ese listado para que a la hora de criticar (cosa muy sana, ya lo sé) lo hagamos con un mayor conocimiento de causa.
  • docencia: como he dicho, la docencia típica exigible es de 240 horas por curso. En mi caso, la docencia implica asignaturas "normales" de un Grado, un Máster de Investigación y docencia virtual en el Grupo 9 de universidades. Este año estimo que tendré unos 100 alumnos entre unas y otras, ni mucho ni poco, en mi opinión.
  • tutorías: las tutorías establecidas en nuestros horarios son de 6 horas semanales que en nuestra universidad deben distribuirse en tres días. A esto hay que añadir las famosas "tutorías ECTS" en las que no tengo experiencia por el momento ya que he estado dando clase en titulaciones "antiguas".
  • diseño, corrección y revisión de exámenes: pues eso, los exámenes hay que hacerlos, corregirlos, valorarlos, publicarlos y abrir un periodo de revisión para reclamaciones.
  • dirección de Proyectos Fin de Carrera: los PFC son una especie de "tesina" de las de antes donde el alumno hace un trabajo original que, en mi caso, es de investigación. Para cada alumno hay que diseñar un proyecto específico (son todos diferentes), organizarlo, buscar y aportar la bibliografía básica, dirigirlo y revisar el informe final y la exposición pública ante un tribunal. 
  • dirección de Proyectos Fin de Máster: lo mismo que los anteriores pero se supone que de mayor nivel (el del Diploma de Estudios Avanzados, que era lo que había hasta ahora). 
  • dirección de Tesis Doctorales. Lógicamente, la dirección de tesis supone una cantidad no despreciable de horas de lectura, debate, resolución de problemas cuando el doctorando se atasca e, incluso, actuar de psicólogo aficionado ante los inevitables etapas de desánimo. Al final, cuando todo está ya terminado, toca localizar y engañar a gente para que venga al tribunal de la tesis, lo cual menciono porque empieza a ser difícil.
  • participación en tribunales de Tesis Doctorales, lo que supone una lectura atenta y crítica de las tesis y la valoración en un tribunal público con las preguntas pertinentes. Esto supone echar unas cuantas horas de lectura y documentación con cada tesis, a veces de cientos de páginas, donde debes comprender y valorar una investigación original, sus bondades y sus posibles fallos.
  • participación como revisor de publicaciones nacionales e internacionales. Echando cuentas, cada artículo que tengo que revisar, valorar, aconsejar cambios, etc., me lleva dos o tres días de tiempo completo ya que estás decidiendo parte del futuro científico de personas, lo cual obliga a hacerlo con responsabilidad. 
  • redacción y publicación de artículos en revistas internacionales. Lógicamente, antes de publicar es necesario haber hecho la investigación pertinente lo cual ha supuesto hasta ahora un par de años por artículo. Hay que contar que algunos intentos son fracasos y se quedan sin publicar.
  • redacción y petición de proyectos. Entramos en la faceta mendicante: si quieres tener ordenadores, material para la investigación, etc. es necesario pedir y que te concedan proyectos ya que la financiación viene de ahí. Esto suele ocupar un par de meses al año (típicamente enero y febrero) de forma bastante intensiva y es necesario hacerlo bien porque estás compitiendo por recursos escasos y miles de peticiones. Los proyectos se piden mediante un protocolo donde, aparte de la sección administrativa, hay un parte técnica con desglose de actuaciones, calendario, intervención de los participantes, resultados previstos en cada etapa/subetapa... 
  • participación como revisor de proyectos: de la misma forma que los pedimos, algunos actuamos como evaluadores de proyectos de los demás en algunos años. Al respecto, lo de siempre: lectura atenta, valoración, informe... 
  • petición de becas: lo mismo que la de proyectos, teniendo en cuenta que las becas llevan un proyecto de actuación futura (normalmente la tesis del solicitante) con un desglose detallado de objetivo, métodos... 
  • elaboración de proyectos: si te conceden un proyecto tienes que hacerlo (algunos se olvidan de eso) y presentar anualmente un informe de resultados tangibles, publicaciones sobre todo. Esta parte es lo que más se ajusta a la investigación en el sentido convencional y supone un porcentaje del tiempo tan importante o más que la docencia. 
  • papeleo: la burocracia es grande, les pongo unos pocos ejemplos solo respecto a la investigación. Para cada proyecto hay que presentar un informe anual tanto científico como económico. Lógicamente, cada gasto debe ser justificado rellenando papeles, adjuntando facturas y llevando las cuentas en una hoja de cálculo. La compra de material la hacemos y gestionamos los investigadores lo cual supone hacer los contactos con los suministradores, evaluar las diferentes opciones, realizar los pedidos y recibir los materiales (y luego montarlos y ponerlos a funcionar en muchos casos). No les cuento los problemas que hay con compras internacionales, especialmente si están sujetas a tarifas aduaneras. Por cierto, los que creen que el dinero de los proyectos no se controla no tienen ni idea de lo que hablan.
  • escribir y contestar correos relacionados con la docencia e investigación. Recibo entre 50 y 80 correos diarios, de los cuales deben ser contestados una docena y, de esos, cuatro o cinco exigen respuestas meditadas que pueden llevar un buen rato. Las relaciones y consultas con otros investigadores son esenciales en el trabajo y ocupan una parte significativa del tiempo. Entre los correos están también los de personas que piden asesoría o recomendaciones y a los que es necesario responder siempre, incluyendo alumnos que no van al despacho en horas de tutorías y te escriben para dudas o consultas. 
  • participación en reuniones y comisiones. Lamentablemente, la llegada de Bolonia se ha retratado con una inflación de comisiones de casi todo que tienen que estar formadas por alguien. A las clásicas reuniones de Departamento, Centro/Facultad y Claustro podemos añadir, en diferentes niveles, comisiones de calidad en cada titulación, de Doctorado, de Investigación, de Cooperación... Reconozco que yo huyo de esto como de la peste por lo que no sé darles una relación completa pero tecleen "comisión" en el buscador de cualquier universidad... 
  • cargos complementarios: no somos mayoría pero si te toca tienes que hacerlo: directores/decanos, subdirectores/vicedecanos y secretarios de Centros y Facultades, directores/secretarios de Departamentos, directores de Servicios, coordinadores de titulaciones...
  • leer y estudiar. Si quieres estar al día en tu trabajo hay que leer lo que se publica y estudiar para seguir aprendiendo y ser más competente en tu trabajo. Leer y estudiar debería suponer mucho tiempo para un universitario y, por si acaso, incido en que los artículos no llegan solos a tu ordenador: hay que buscarlos, descargarlos, leerlos, anotarlos e incluirlos en una base de datos bibliográfica para tenerlos localizables y organizados. 
  • ensayar cosas nuevas: una parte no despreciable del tiempo se va en experimentos y ensayos no relacionados con ningún proyecto concreto y que están destinados a explorar la potencialidad de posibles trabajos o proyectos futuros que, lógicamente, no se piden a lo loco sino sobre una seguridad razonable de que son factibles.
  • pensar: vale, a lo mejor pensamos poco, no sé, pero las ideas nuevas no vienen solas, hay veces (menos que las que querría) que desconectas el teléfono, cierras el correo y te pones a pensar en nuevos caminos, en temas para becas, tesis o proyectos, en cómo solucionar problemas que surgen... 
En fin, que nadie se equivoque, este post no está para plantear que trabajamos más o menos sino para mostrar que la docencia es sólo una parte de nuestro trabajo y que, para ser justo, la tarea de un profesor de universidad debe valorarse en su conjunto, no sólo por lo más visible. Y lo mismo pasa con los maestros y profesores en las etapas anteriores.

P.S. Me recuerda Jordi algunas otras actividades como conferencias o ponencias y comunicaciones en congresos. Las conferencias no las puse porque normalmente cobramos por ellas por lo que pueden considerarse una actividad complementaria con remuneración independiente. En cambio, las aportaciones a congresos sí deben figurar como actividad normal, así como la preparación de las mismas. Igualmente, de vez en cuando, toca ser organizador de este tipo de eventos (por cuestiones de salud se recomienda hacerlo solo de lustro en lustro :-)
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