31 diciembre 2006

Nature se tira a la piscina ¿sin agua?

Segunda parte del post Nature se tira a la piscina

Recordarán que hace unos meses en Nature iniciaron un ensayo de "revisión abierta" de trabajos científicos para explorar la posible sustitución del clásico método de "revisión por pares", donde dos o tres revisores anónimos analizan, critican y valoran el trabajo. Aquí se abría un blog donde cualquier usuario, previo registro, podía comentar el trabajo. La primera etapa del ensayo (tal vez la única) ha finalizado y con no muy buenas espectativas. Tal como comenta Alfonso Jiménez, ha habido poca participación por ambas partes: ni los autores están por la labor de exponer públicamente sus trabajos ni los potenciales revisores están dispuestos a ponerse a currar sobre los trabajos expuestos. En los comentarios al post Nature se tira a la piscina, Pedro Terán daba un buen número de razones por las que creía que la cosa no era ni siquiera una buena idea. Ahora el tiempo parece que le da la razón.
Nature publica un informe sobre el ensayo de donde extraigo sólo unos dos detalles, el primero de contexto y el segundo de resultados:
  • Nature recibe unos 10000 trabajos al año, de los cuales los editores rechazan directamente (sin otra revisión) un 60%. El 40% restante pasa a dos o tres árbitros externos que evalúan los trabajos y, finalmente, el editor decide. El resultado es que se publica aproximadamente el 7% de lo inicialmente enviado.
  • Durante el periodo de prueba se recibieron 1369 trabajos; sólo accedieron a la prueba los autores de 71 (el 5%). De estos, 33 no recibieron comentarios, y los 38 restantes recibieron 92 comentarios de los cuales 49 se refieren a 8 artículos. Apenas 4 comentarios fueron clasificados como técnicamente relevantes.
La conclusión, aunque un poco escondida, es la siguiente:
"Nature and its publishers will continue to explore participative uses of the web. But for now at least, we will not implement open peer review."
O sea: se acabó. Sobre toda esta efímera historia me gustaría hacer algunas consideraciones. Por ejemplo:
  • es aparentemente contradictorio el teórico apoyo a la idea y que, a la hora de la verdad, casi nadie se prestara a someter sus trabajos a la crítica pública y se prefiriera muy mayoritariamente el método tradicional. Tal vez, digo yo, se preguntó al colectivo equivocado (lectores) en vez de preguntar a los autores de los últimos 5 años, por ejemplo.
  • es chocante (y algo patético) que haya habido tan pocos comentarios y que sólo 4 de ellos hayan sido clasificados como realmente relevantes. Parecería que el colectivo de comentaristas no tenía demasiado nivel mientras que los otros, los que tal vez podrían haber aportado algo interesante, han decidido dedicar el tiempo, recurso escaso y valioso, a sus propios trabajos. Y es que ejercer revisor es ingrato, duro, no haces amigos y encima no te pagan (podrían, al menos, enviarte un ejemplar de la revista al final, pero ni eso).
  • es obvio que la crítica a los colegas sólo se hace cómodamente desde el anonimato y encuentro muy probable que mucha gente se abstuviera por ese motivo (no piensen mal, el anonimato en el método tradicional es sólo relativo ya que el editor sabe quien eres y te juegas tu dudoso prestigio si haces una crítica absurda).
  • los autores, si son mínimamente conscientes, han revisado cien veces su trabajo y lo han enviado a tres o cuatro colegas de confianza para que lo hagan a su vez. Es difícil convencer a nadie que otra revisión asamblearia vaya a aportar nada importante al texto. Tal vez por eso los comentarios han sido mayoritariamente superfluos.
Al final, por suerte o por desgracia, la popularización (que no democratización) de las revisiones en Nature se ha ido al traste. Era un ensayo conveniente, aunque sólo sea para acotar las espectativas de la llamada Ciencia 2.0. Ahora cada cual que saque sus conclusiones.

29 diciembre 2006

Una voz discordante

Leído en Ricardo Galli:
La tarea de la universidad no es ofrecer lo que la sociedad demanda, sino lo que la sociedad necesita. Las cosas que la sociedad demanda son, en general, bien conocidas, y para ello no necesitas una universidad, la universidad tiene que ofrecer lo que nadie más puede proveer. — E.W. Dijkstra

Edsger Wybe Dijkstra, foto tomada de EWD Archive, (c) 2002 Hamilton Richards

28 diciembre 2006

Libros, grutas y arqueólogos

Donde un arqueólogo consigue la biblioteca perdida

A la famosa biblia de Gutenberg le corresponde el honor de ser el primer libro impreso con el sistema de tipos móviles, mientras que anteriormente era necesario esculpir, generalmente en madera, las planchas que se usarían para imprimir en serie cada página. Pero eso fue en Europa. Como en todas estas cosas, en el continente asiático todo se había hecho antes. Parece que los tipos móviles habían sido inventados por un tal 畢昇 (pronúnciese ) allá a mediados del siglo XI y que eran de arcilla endurecida al fuego.
Pero hoy quería hablarles del libro impreso más antiguo que se conoce y de su peculiar aventura. Se trata, cómo no, de un libro chino y ha podido datarse con exactitud: año 868, hace 1138 años.
La historia comienza en un lugar perdido en medio del desierto del Gobi, a cuatro días de camello de Dunhuang, una población del Norte de China donde confluían los caminos norte y sur de la Ruta de la Seda (8000 km de nada para conectar todo el Sur del continente asiático). Ese lugar se ha llamado de varias formas; entre ellas las Grutas de los Diez Mil Budas o, con algo menos de espectáculo, las grutas de Mogao. Se trata de un gran complejo de santuarios excavados en un cortado rocoso de algo más de 1.5 km de longitud. Fue un lugar estratégico donde los viajeros invocaban protección ante el incierto futuro que suponía internarse en el desierto de Taklamakan o, para los que hacían la ruta de Oeste a Este, para agradecer el regalo de haber sobrevivido.
El origen de los santuarios se remonta a mediados del siglo IV, cuando al monje Lo-tsun se le aparecieron mil Budas simultáneamente convenciéndole, supongo que por abrumadora mayoría, de la oportunidad de decorar las grutas con imágenes y textos sagrados. Poco a poco las grutas existentes fueron decoradas hasta alcanzar más de mil, de las cuales quedan actualmente algo menos de la mitad.
Este lugar atesoró pinturas y esculturas durante más de un milenio, circunstancia desconocida para los europeos hasta primeros del siglo XX. Antes había estado allí algún aventurero y explorador como el ruso Nikolai Mikhaylovich Przhevalsky, o el húngaro Lajos Loczy, ambos pioneros en la exploración de las remotas regiones del Tibet e Himalayas (remotas para nosotros, claro).

Una pequeña parte de las grutas en una foto antigua
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El caso es que un 12 de marzo de 1907 apareció en Dunhuang un notable personaje llamado Marc Aurel Stein. Stein fue un explorador sobresaliente que acabó siendo nombrado Sir por el gobierno británico (aunque era húngaro de nacimiento) y doctor honoris causa por Oxford y Cambridge, además de obtener la medalla de oro de la Royal Geographic Society. Nada raro porque Stein abasteció durante décadas al Museo Británico con tesoros traidos de sus expediciones al Taklamakan, en viajes imposibles donde lo mismo atravesaba el Karakorum que excavaba en invierno con temperaturas glaciales.

Stein con su perro y su peculiar equipo arqueológico
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Stein quería ver las grutas poco menos que en plan turista porque acababa de descubrir en las profundidades del desierto de Lob lo que parecían ser restos del extremo occidental de la Gran Muralla (y que, por cierto, lo eran, con 2000 años de antigüedad y 500 km de longitud).
Allá le cotillearon que había un monje llamado Wang Yuanlu que ejercía de guardián de las grutas y que había encontrado una biblioteca en una cueva antes desconocida. Al oir la historia, a Stein se le pusieron las orejas como a un perro perdiguero y se acercó a las cuevas para encontrar que el monje estaba ausente y que la gruta en cuestión estaba cerrada a cal y canto con una sólida puerta.
Mientras esperaba al monje taoísta, le contaron que había miles de manuscritos y que la puerta había sido puesta por orden del gobernador de la provincia, al que había llegado la noticia.
Stein se dedicó en las semanas siguientes a engañar al monje. Primero le ofreció dinero (donaciones para restaurar el lugar), intentó halagarle fingiendo lo interesado que estaba en las restauraciones (parece que horribles) y finalmente logró interesarle hablandole de un santo que reverenciaba, Con esta última estrategia consiguió ganar su confianza hablándole de los lugares que había visitado en pos del santo (muy viajero al parecer). Wang acabó enseñándole algunas pinturas donde el santo salvaba libros sagrados sacándolos de India y llevándolos a China lo que sirvió para convencerle de que Stein había llegado en el momento justo de examinar los antiguos textos y sacarlos del olvido. El momento en el que Wang abre la cueva a Stein queda reflejado en su relato: “una apretada masa de manuscritos enrollados y apilados en estratos sin orden surgió bajo la luz de la pequeña lámpara del monje. Alcanzaban los tres metros de altura y llenaban ciento cincuenta metros cúbicos como pude medir posteriormente” (luego se supo que contenía unos 40000 documentos).
Wang no le dejó sacar los manuscritos aunque sí examinarlos uno a uno en una pequeña cueva vecina. A eso se dedicó Stein durante meses, encontrando que los rollos estaban en un perfecto estado de conservación. Seleccionaron cientos de ellos convenciendo a Wang de que los llevarían a un “templo del saber” en Inglaterra a cambio de una donación al santuario. Al cabo de un año y medio, una pequeña caravana con 24 cajas llenas de manuscritos y 5 más con pinturas sobre seda llegaron a la British Museum Library (luego British Library).
Entre estas riquezas estaba el Sutra del Diamante, el libro impreso más antiguo que se conoce. La datación se debe a que la fecha está escrita en el rollo de casi cuatro metros de largo: “décimotercer día del cuarto mes del noveno año de Xiantong” que, con la misma velocidad que yo, habrán identificado sin dificultad como el 11 de mayo del 868.
El rollo está impreso a partir de 7 bloques de madera. La técnica era, al parecer, pintar los caracteres sobre papel. Este se superponía a un bloque de madera con lo que se transfería la imagen especular de lo escrito. Sólo quedaba rebajar a mano la tabla para poder imprimir cientos o miles de copias. Actualmente, el Sutra del Diamante se expone en el Museo Británico muy cerca de la biblia de Gutenberg. Lógicamente, mientras Stein fue un arqueólogo heroico para Occidente, en China se le considera un vulgar saqueador.
Pero no se retiren aún. Rebuscando por internet encuentro un par de maravillas. La primera es el Digital Archive of Toyo Bunko Rare Books, donde encontramos el original escaneado y pasado por OCR de The Thousand Buddhas de Stein con magníficas imágenes. La otra es el Sutra del Diamante también escaneado y que podemos desenrollar a voluntad en Turning the pages de la British Library junto con otros 14 libros excepcionales. Finalmente, la Biblia de Gutenberg no ha sido menos y ha sido digitalizada por la Universidad de Texas.

Actualmente The International Dunhuang Project está en proceso de digitalización de miles de documentos dispersos por varios países. Piérdanse un rato por sus páginas y que tengan un buen año.

24 diciembre 2006

Suplemento de fin de semana

Golem Blog está incluido en dos portales donde se hacen compañía un grupo de blogs más o menos afines por sus intenciones y contenidos. El primero es la Red por una información crítica y el segundo Hispaciencia. Esta afiliación facilita la difusión de las entradas pero también condiciona los contenidos. En el primer caso no hay problema porque cada post debe ser enviado expresamente por lo que, si alguno se sale de la temática esperada, basta con no darlo de alta. En el caso de Hispaciencia, sin embargo, todas las entradas se recogen automáticamente. Como consecuencia, los usuarios de este portal se encuentran ocasionalmente con entradas bastante inoportunas si buscan exclusivamente contenidos científicos. Hasta ahora han tenido paciencia conmigo pero como la homogeneidad no me va mucho he considerado conveniente dividir este blog en dos mediante al recurso fácil de abrir otro. Y hoy, desde Oviedo, quedan ustedes invitados a darse un paseo de vez en cuando por Totum revolutum, una especie de suplemento emocional para lo que me pida el cuerpo en cada momento.

18 diciembre 2006

Que no, que los SMS ni son lenguaje ni son una novedad

222 entradas, el número de entradas del segundo hermano pequeño de la bestia

Contexto: si, soy un borde. No tanto como House pero a veces me acerco. Desde hace tiempo me llegan correos electrónicos pidiendo información o ayuda sobre cuestiones académicas. Salvo error, contesto a todos intentando echar una mano. Pero eso se acabó. El reciclador de bits va a tener trabajo añadido.
Intenten entenderme: me llega un correo de un remitente genérico (tkpelot@yahahoo.com) que ni siquiera firma. El texto consta de una o dos líneas y no entiendo nada de lo que dice. No tiene acentos, no tiene signos de puntuación, no diferencia mayúsculas y minúsculas (o a veces me llega sólo en mayúsculas ¿me grita tal vez?). Eso sí, este viene con un saludo y una despedida, menos da una piedra:
k tal? kro un sig gtis pero kmo no se ingls qro mnual en espñl
Luego ya caigo: el tipo ha escrito como no tuviera un artilugio rectagular de más de 100 teclas delante del morro. Tal vez tenía que ir al baño urgentemente. El caso es que no le voy a contestar. La razón es que, de entender la pregunta, mi respuesta intentaría ser meditada, informativa, tal vez con un par de referencias o enlaces… lo que me llevará un cuarto de hora como mínimo. Y resulta que el tipo se ha despachado en 15 segundos sin molestarse en escribir con un mínimo de corrección y suponiendo que soy criptopolíglota. Pues no, dedicaré a la respuesta más o menos el mismo tiempo e interés que él a la pregunta pero redondeando: cero.

Pero además de aguantar el correo, con este tipo de escritura ocurre como con los grafitis o pintadas, que han pasado a llamarse “arte urbano” aunque decoren el acueducto de Segovia. Algunos se han empeñado en definir esta cutrez como nuevo lenguaje. Vean la introducción de diccionarioSMS.com (las cursivas son mías):

Los jóvenes están desarrollando nuevas formas de comunicarse a través de los móviles e Internet, su lenguaje es transgresor, sintético, rebelde y práctico. Una forma de comunicarse que es utilizada diariamente por millones de jóvenes, una realidad que va a influir en la evolución de la lengua y de la gramática.

Fíjense en los cuatro adjetivos calificativos (¿aún se llaman así?) de la primera frase y digan lo primero que se les venga a la cabeza. A mí me sale algo así:

Transgresor: chachi, guai, connotación positiva del atributo, la juventud es transgresora, rompe el idioma, un idioma que lleva siglos haciéndose por la gente, por todos nosotros, no por legisladores (por si alguien se siente tentado, la RAE, con trescientos años de historia, no legisla sobre las palabras sino que las recoge). Y si yo, que ya no tengo 20 años, escribo así ¿será transgresión chachi también?

Sintético: hay prisa, mucha prisa, no tienes tiempo para escribir un mensaje completo porque vas corriendo, aunque no sepas si de algo o hacia algo. Mucha síntesis: prescinde de los adverbios, luego de las vocales, finalmente de todo, total para lo que hay que decir.

Rebelde: ¿contra quién? ¿es lo mismo que la transgresión? ¿cómo se dice transgresión en SMS? ¿y literatura? ¿y biblioteca? Huy, perdón, que ya no se escribe de eso, además son palabras largas, no tengo tiempo, corred, corred. En realidad, les confieso que sí, que creo que alguno se siente rebelde con esta costumbre e incluso que supone que los poderes tiemblan ante un SMS suficientemente comprimido.

Práctico: mentira, todo lo contrario, ver más abajo.

Luego viene lo de “una realidad que va a influir en la evolución de la lengua y de la gramática”. Aquí ya dejo de correr y me paro a pensar un momento. Tres hipótesis ligeras al respecto:
Hipótesis 1: esto no es un lenguaje. Su sintaxis es un residuo de la castellana, no hay aportaciones propias ni desarrollo de ningún tipo, sólo pérdida. No tiene gramática, no tiene tiempos verbales compuestos (¿para qué?), no tiene tildes ni signos de puntuación.
Hipótesis 2: esto no es nuevo (ni de coña). Los radioaficionados llevan décadas utilizando síntesis cuando se comunican en morse (sí, en onda larga, que da la vuelta al mundo, aún se hace) donde la brevedad es virtud. Se ha llamado código Q (hay también un código Z) que conforma un conjunto ternas de letras con significados predefinidos. Con la ventaja de que es un código (fíjense que no lo llaman lenguaje) universal.
  • Hipótesis 3: los SMS tienen los días contados. El tecleo en el teclado del móvil es una operación técnicamente primitiva e ineficiente. Es un canal de comunicación prácticamente unidireccional, sin posibilidad de respuestas ágiles y sin capacidad para trasmitir información mínimamente elaborada. Actualmente se utiliza por cuestiones de precios y moda, por lo que eso de práctico queda en evidencia. Es mucho más práctico, rico y funcional llamar y hablar.

¿Si no es un lenguaje, qué es entonces esta forma de escribir? Pues aunque a muchos les parezca una novedad tecnológica, tampoco lo es. Su nombre es taquigrafía, que puede definirse como una forma de escribir basada en signos y abreviaturas con el objetivo de transcribir un dictado. Los SMS han perdido incluso este último sentido, son tributarios de la prisa y de la neurona huérfana. Y las taquigrafías (ha habido muchas) no han influido en la “evolución de la lengua y la gramática”. Ninguna. Nunca.

17 diciembre 2006

Vientos del Oeste (2)

¿Recuerdan esta figura? La puse en un post anterior donde hablaba de Vito Dumas y su inverosímil vuelta al mundo. Y también comentaba que la imagen provenía de un satélite llamado Quikscat que, con apenas 110 W, escaneaba continuamente los océanos para darnos datos de velocidad y rumbo del viento (diarios y gratuitos).


La figura representa la velocidad del viento en el hemisferio Sur, con la Antártida en el centro. La banquisa y las zonas terrestres aparecen en negro: pueden reconocer Sudamérica abajo a la izquierda, Australia arriba a la derecha y África y Madagascar asomando arriba a la izquierda.
La zona oscura central es la suma del hielo continental y oceánico con lo se puede seguir la extensión de la banquisa día a día desde que el satélite fue lanzado a mediados de 1999 (¿alguien se anima?).
Las velocidades están representadas en una gama de grises desde el negro (calmas) hasta el blanco (30 m/s o más).
En aquel post comenté la zona blanca en el Cabo de Hornos, de cuyas dificultades dan fe los testimonios literarios y los pecios en el fondo del mar. También estaba claro el cinturón de vientos llamados los 40 rugientes, por cuyo borde hizo el viaje Vito Dumas. Pero quedaban por explicar los fortísimos vientos justo al borde de la banquisa, rodeados por zonas más calmas. Hace unos días, de casualidad, encontré la razón.
El fenómeno ocurre en realidad en muchos lugares montañosos: durante el día, el Sol calienta las laderas y estas, por proximidad, el aire en contacto con ellas. Al calentarse el aire se hace más ligero y acaba por remontar ladera arriba en forma de brisa cálida. Por la noche, las laderas se enfrían por radiación y la capa de aire adyacente baja de temperatura. El aire frío, pesado, desciende ladera abajo acumulándose al final en los valles inferiores y facilitando las heladas de inversión que se acompañan frecuentemente de nieblas. Una vez sufrí un episodio que ilustra bien el fenómeno. Acampamos en el fondo de una dolina, donde se abría una cueva que queríamos explorar al día siguiente. Por la noche hizo un frío sorprendentemente intenso que apenas nos dejó dormir. Al amanecer fue suficiente con subir una centena de metros por las paredes de la dolina para que la temperatura subiera espectacularmente y, de paso, descubrir nuestra estupidez.
Se trata de los llamados vientos catabáticos, vientos de gravedad por los cuales el aire frío fluye sobre el terreno como un río hasta “desembocar” en las llanuras o en el mar.
En la Antártida, el símil debería ser más bien como un torrente o un tsunami porque se han medido vientos catabáticos de más de 300 km/h. En BBC Weather podemos leer un resumen:
But one of the strongest katabatic winds we experience on this planet blows in the Antarctic. Here the lowest layers of the air, sitting on some of the high plateaux, come into contact with the cold dense ice sheet. The air cools to very low temperatures and spills over the mountain ridges as a katabatic wind. These Antarctic winds have been measured at over 200 miles and hour and are some of the strongest winds measured on our planet at ground level, outside those in some tornadoes.
Los vientos catabáticos en esta zona son enormemente violentos no sólo por las bajísimas temperaturas sino por los grandes desniveles ya que la Antártida tiene 2500 m de altura media, una pista de aceleración magnífica porque, además, no hay árboles ni ningun otro obstáculo que retarde el flujo. El resultado es que en algunas bases científicas la velocidad media anual del viento supera los 70 km/h. Mal sitio para vivir, especialmente si la situación se adereza con episodios como el descrito en la estación Dumont d'Urville donde en 1993 se registró un periodo de vientos catabáticos de diez días durante los cuales la velocidad no bajó de 150 km/h. Como dicen en esa página, los tornados pueden ser más violentos pero desde luego no tan persistentes.
Para terminar, un recuerdo a Douglas Mawson, que trabajó en la medida sistemática del clima antártico. Fue él que que dio los primeros datos sobre estos huracanes de gravedad, tal vez porque plantó su “laboratorio” en el peor sitio posible: la Commonwealth Bay, el mejor observatorio de vientos catabáticos del mundo. Su libro The Home of the Blizzard, está disponible en Proyecto Gutemberg.

Sobre la Antártida sólo una frase: Antarctica is the coldest, highest, windiest, driest, and iciest continent on earth"(de aquí)
  • Temperatura mínima absoluta: -89.4 ºC (-129 ºF) en Vostok, 21 de julio de 1983 (temperatura mínima absoluta mundial).
  • Elevación media: 2500 m
  • Viento: lo dicho, registro de vientos de 360 km/h (200 mph) en la Commonwealth Bay.
  • Precipitación: la precipitación media no llega a los 5 l/(m2.año)
  • Hielo: en la Tierra de Wilkes se ha medido una capa de hielo de 4776 m de espesor.

13 diciembre 2006

Test de Turing: la objeción de ET

Hay temas que regresan una y otra vez, como las mareas o el cartero. El test de Turing es uno de ellos y recientemente me ha llamado la atención el post titulado ¿Superará pronto Google el test de Turing? Otro post al respecto se atreve nada menos que a decir esto:
En enero os contábamos los rumores de que Google podría estar desarrollando un sistema artificial entrenado para poder superar con éxito el test de Turing, y crear así la primera máquina realmente inteligente.
Y como he logrado recuperarme del ataque les invito a repasar brevemente la cuestión y ya me contarán sus opiniones.

Alan Mathison Turing propuso su test en un trabajo titulado Computing machinery and intelligence, publicado en la revista Mind en 1950.
El artículo comienza fuerte: I propose to consider the question, ‘Can machines think?’ Y ya en la primera página propone su “juego de imitación” como herramienta para responder a la pregunta. Posteriormente se han propuesto variantes del juego pero la explicada en la Wikipedia se entiende perfectamente:
La prueba consiste en un desafío. La máquina debe hacerse pasar por humana en una conversación con un hombre a través de una comunicación de texto estilo chat. Al sujeto no se le avisa si está hablando con una máquina o una persona. Si el sujeto es incapaz de determinar si la otra parte de la comunicación es humana o máquina, entonces se considera que la máquina ha alcanzado un determinado nivel de madurez: es inteligente.
Llegados aquí es importante distinguir entre dos cuestiones muy diferentes porque si no lo hacemos llenaremos de ruido la discusión. Y es que Turing hace algo de trampa: plantea la pregunta ¿pueden pensar las máquinas? pero no la responde sino que propone el test como vía de solución llevando las cosas a escenarios más controlables. Esta actitud genera la segunda pregunta ¿permite el test de Turing responder a la cuestión inicial? Y Turing y sus estusiastas intentan convencernos de que la segunda es equivalente a la primera.
Debo confesarles que siempre he pensado que el TT es una tontería y representa una rama del conductismo desprovista de verosimilitud. Pero también debo suponer que si tanta gente se ha pasado años discutiendo del asunto algo habrá que se me escapa. En cualquier caso, un conductista de esta secta diría que al ser indiferenciables los comportamientos, la base subyacente es la misma. Por ejemplo, entre los escritos entusiastas que he encontrado hay uno que lo expresa con claridad señalando
“si algo hace X es porque tiene la facultad, o la capacidad, o la posibilidad, o la aptitud de hacer X”
Lo cual me parece una frase interesante pero que no se ajusta a lo que en realidad ocurre en el TT por dos razones simples:
  • Cuando observamos las respuestas sólo estamos observando un efecto de su comportamiento, no el comportamiento en sí.
  • Nuestras herramientas de observación son incompletas, sesgadas y parciales lo que sólo permite en la prueba hacer una interpretación igualmente incompleta de lo observado (el efecto) cuya extrapolación a la causa es un ejercicio de fe, no de razón.
Para mí bastaría con estas dos razones que supongo alguien habrá dicho antes que yo (o a lo mejor soy un crank): que una máquina pase el TT sólo significa, en principio, que imita adecuadamente las respuestas que un ser humano. Y esta condición no es ni necesaria ni suficiente para otorgarle cualidad de inteligente.

Un contraejemplo que tal vez sea interesante es la simulación de organismos vivos (bacterias, por ejemplo) mediante programas de “vida artificial”. Ahora mismo es perfectamente posible ver en una pantalla la evolución de “organismos”, su crecimiento, sus interacciones y su división reproductiva sin que podamos distinguir si estamos observando organismos reales o virtuales. ¿Significa eso que hay vida detrás de esa pantalla?

Independientemente de mi incapacidad para darle trascendencia al test, el propio Turing plantea varias objeciones al mismo para luego demolerlas con estusiasmo. Las objeciones son banales y fácilmente refutables salvo la primera, que Turing llama desafortunadamente “objeción teológica”. Digo desafortunamente porque esta objeción está relacionada más bien con una concepción dualista donde los dioses pueden estar ausentes: el pensamiento es una propiedad del espíritu luego la superación del test es a) esencialmente imposible si el test es correcto o, b) irrelevante si el test se supera porque implicaría que hay un error en el proceso.

El problema de esta parte de la discusión es que en el planteamiento de las objeciones hay una constante confusión entre la pregunta original y la secundaria. A pesar de todo y desde mi inexperiencia en estas cosas, quiero aportar la mía a la que he llamado la “objeción de ET” y que, de nuevo, estoy seguro que no es original. Es breve: el test de Turing se basa en una concepción antropocéntrica que supone que, caso de desarrollarse una inteligencia, sería una réplica de la humana. El test sólo mediría, en el mejor de los casos, la propiedad de inteligencia "tipo-humano" que la máquina es capaz de trasladarnos. Y podemos proponer que si una máquina fuera inteligente y se sometiera al TT, en realidad sólo estaríamos observando los resultados de una interfaz comprensible para nosotros pero no “nativa”. Si la máquina quisiera que le diéramos por superado el TT tendría una doble carga: ser inteligente y desarrollar una interfaz que pudiéramos entender e imitara eficazmente nuestra forma de comunicarnos. Una emulación en cualquier caso que hace que el TT carezca de sentido.

Y aviso, anticipándome a posibles respuestas ya conocidas, que lo mio no es una objeción defensiva porque soy materialista y creo, hasta que alguien me demuestre lo contrario, que el pensamiento es sólo una propiedad emergente de la complejidad.

Nota final para tocar los bemoles: ¿está el test de Turing de moda en otros ámbitos? Por ejemplo, los polícias que mataron a Jean Charles de Menezes en Londres el 22 de julio del 2005 lo hicieron como consecuencia de un siniestro TT: observaron al joven, interpretaron que se comportaba como un terrorista luego era un terrorista. El resultado ya lo conocemos. Lo que sugiere que no todo el mundo es lo que parece ser.

Por terminar menos serio ¿quién se anima a hacer el TT a un Replicante Nexus-6? Acuérdense de cómo termina la prueba

  • Holden: Sólo son preguntas, Leon. En respuesta a la suya, le diré que me las dan escritas. Es un test hecho para provocar una respuesta emocional. ¿Quiere que sigamos? Descríbame con palabras sencillas sólo las cosas buenas que le vienen a la mente... acerca de su madre.
  • Leon: Le voy a hablar de mi madre... (disparos)

12 diciembre 2006

Porqué no escuchar a Amaral por el teléfono móvil

Hace no mucho tiempo, nuestra aspiración adolescente era conseguir tener un buen equipo de música. Y se asumía que ese equipo estaba formado al menos por un giradiscos (hablamos de discos de vinilo), por una pletina o reproductor de cassetes y por un amplificador. De ahí salían los cables a los bafles o juegos de altavoces. Nuestra máxima aspiración era un giradiscos Dual, una pletina Marantz y amplificador Grundig. Las combinaciones se multiplicaban a la hora de elegir la aguja del giradiscos, la composición de las cintas magnéticas, la necesidad o no de incluir un preamplificador…
En mi casa, el procedimiento era ritual: cuando se compraba un disco se grababa en una cassette nueva. A continuación el disco se devolvía a su envoltorio que a su vez se metía en un sobre de plástico y se sellaba para guardarlo al abrigo del polvo durante un año. Al cabo del año, la grabación magnética se había deteriorado algo y debía regrabarse: se borraba dos o tres veces la cinta y se repetía el ciclo.
El proceso permitía mantener en perfecto estado los discos de vinilo, cuya integridad apenas se sostenia más allá de una veintena de reproducciones, y disfrutar de una música de calidad durante muchos años.
La llegada del CD supuso una revolución en este proceso pero sigo teniendo la misma costumbre: copio el original, lo guardo cuidadosamente y reproduzco la copia.

Pero todo eso dependía del último eslabón de la cadena: los altavoces. Y aquí había un problema serio porque las cajas o “bafles” que se vendían en España o eran muy malos o eran muy caros. Y en mi casa nos pusimos fabricarlos importando planos y esquemas de los EE.UU., donde esto del bricolaje técnico estaba mucho más arraigado.
Baste decir que conservo 4 cajas de aquellas, cada una con 4 altavoces: uno para graves, dos para medios y uno para agudos. Los filtros están calculados y bobinados a mano para conseguir una buena separación de frecuencias. Cada caja pesa unos 15 kg y espero conservarlas hasta el final y más allá si puede ser.

Y ahora lo de Amaral. Saben ustedes que es un grupo español (dicen que un dúo) y que el otro día actuaron en un teatro en Madrid. Los medios acogieron el concierto con gran algarabía debido a una circunstancia nueva: la actuación podría seguirse a través del teléfono móvil. Esto fue aplaudido en algunos blogs como un avance en la difusión de la música a imitar por otros artistas. Mi idea es que, además de avanzar en la difusión, supone un retroceso en la calidad. Sólo he encontrado un periódico que haya mencionado que el sonido no era demasiado bueno y aún así tímidamente.
Mucha gente escucha música ahora mediante microaltavoces de sobremesa conectados al PC, a través de los altavoces del ordenador portátil, en el coche o, peor aún, mediante auriculares minúsculos conectados al reproductor de MP3. El efecto de todo esto en la calidad del sonido es devastador.
Quede claro que no es cierto que el sonido digital bien elaborado sea peor que el analógico. Y lo dice un nostálgico de los vinilos pero con los pies en la tierra. Pero a la hora de reproducirlo estamos con los mismos problemas que antes: las respuestas de los dispositivos pueden ser buenas, malas o malísimas.
En principio, un altavoz debería reproducir sonidos de frecuencias entre 20 y 20000 Hz con la misma eficacia. Esto es físicamente imposible, lo que llevó a diseñar cajas con varios altavoces de características y dimensiones diferentes que se dividían el trabajo. Las respuestas conjuntas pueden ser ya muy satisfactorias y los pequeños defectos para el oido caprichoso podían corregirse con el ecualizador. Los auriculares tienen problemas ya que un único y pequeño altavoz debe lidiar con todas las frecuencias.
Es interesante comprobar la absoluta imposibilidad de acceder a las curvas de respuesta de cualquier auricular o altavoz de los usados en nuestros PC o en los reproductores MP3. Los fabricantes deben considerar que el pequeño detalle de la calidad no es relevante para el consumidor actual. Y tal vez tienen razón.
Yo he hecho una pequeña prueba. Entren en esta página de la New South Wales University y comparen su respuesta a las diferentes frecuencias con diferentes auriculares y altavoces. Yo lo he hecho con tres: los altavoces del portátil (un Toshiba Portégé), unos auriculares convencionales de unos 12 euros de precio y unos venerables Sennheiser HD 535 ya descatalogados. Las curvas que he obtenido son las siguientes y creo que describen claramente lo ocurrido con la salvedad de que los 12 y 16 kHz están siempre a cero porque no me han funcionado:

A través de los altavoces del ordenador portátil

Con auriculares simples

Con auriculares de calidad

La prueba no es buena porque la circuitería del PC es inadecuada y el volumen no puede regularse bien con lo que a mis Sennheiser apenas les llegaba comida para sonar. Aún así pueden darsw una idea de lo que quiero comunicarles. Para insistir les haré una comparación visual. Les incluyo cuatro imágenes de la misma obra, la habitación de Van Gogh. La primera está más o menos ajustada al original:


La segunda muestra un pixelado grosero que impide apreciar los detalles.


La tercera tiene una severa distorsión en el color, con el verde reducido y el azul casi eliminado.


Y finalmente, la cuarta sufre ambos efectos, reducción de la resolución y distorsión en el color.


Convendrán conmigo en que ningún aficionado al arte aceptaría que le vendieran reproducciones así. Pues por ese motivo, exactamente, no me apetece escuchar a Amaral por el teléfono móvil.

05 diciembre 2006

Revistas de acceso abierto y entrada cerrada

Revistas open-access en las que es difícil publicar

The Royal Society se apunta al lanzamiento de revistas en internet bajo la fórmula del open access, acceso libre y gratuito para todo el mundo. Es decir, como las revistas de la Public Library of Science, que han alcanzado unos factores de impacto muy relevantes en pocos años. El pero viene cuando decides unirte a la iniciativa y que tus trabajos, si pasan el control de calidad, se publiquen bajo este formato:
The new open access' journal service, called EXiS Open Choice', is being tested by the Royal Society to see if it provides a viable way of sustaining the costs of peer review and other aspects of journal production. Authors who choose to pay to make their papers immediately available on the web will be charged a full cost of £300 per A4 page, although the Society will initially be offering a discounted rate of £225 per A4 page to encourage authors to use the service.
Un trabajo nuestro puede ocupar entre 4 y 8 páginas (somos minimalistas); echando cuentas, publicar aquí un artículo nos saldría por 1200 a 2400 libras (1775 a 3550 euros, sin aplicar el descuento). A mí, la verdad, no me salen las cuentas, tendré que seguir sacando las cosas en revistas normales a menos que mi financiación suba escandalosamente.

04 diciembre 2006

Los cromosomas de las palabras

Iba a pasar del asunto, se lo juro. Pero el idioma merece un respeto y con ese objetivo, sólo con ese, me meto en el fangal. La cosa salió en el blog de Javier Armentia, donde se nos informa de una iniciativa del Instituto de la Mujer promocionando a) el uso del femenino a la hora de mencionar, por ejemplo, oficios ejercidos por mujeres y b) el recurso al neutro cuando el genérico sea masculino o, alternativamente, la enumeración de ambos sexos. Ejemplos del caso a) albañila, estudianta, bedela, bachillera…(tomados del blog citado); ejemplo del caso b) donde antes se decía “a los árabes” ahora tenemos varias opciones: “al pueblo árabe”, “a la población árabe”, “a las personas árabes”, “a las y los árabes”, “a los y las árabes”.
La entrada de Armentia generó un amplio debate de más de 100 comentarios donde hubo de todo, desde argumentaciones más o menos pedestres hasta unas pocas de buen nivel por ambas partes salpimentadas con faltas de ortografía y sintaxis exóticas que llaman la atención dado el contexto del debate. Se citaron artículos de Pérez Reverte donde trata este tema con su prosa característica, tal vez incluso algo más ácida que de costumbre (¿existen los pH negativos?).
Pero yo quería abordar el asunto desde una perspectiva distinta pero igualmente apasionada.
Las palabras, los idiomas, no son artilugios donde ahora aprieto una tuerca, luego le cambio los halógenos y mira qué bien me ha quedado el tuning. Son sistemas complejos fruto de una evolución de siglos y en cuya forma intervenimos todos cuando nos toca vivirlos. Y si hablamos del nuestro, del castellano o español, que tanto me da, la sensación es de vértigo ante los centenares de millones de personas que hemos dado forma a esta herramienta que hoy permite que nos comuniquemos.
En este contexto, la iniciativa del Instituto de la Mujer incurre, en mi opinión, en dos errores.
El error básico es suponer que las lenguas pueden ser manejadas desde arriba, tirando de este hilo por aquí y del otro por allá para que se muevan en la dirección deseada. Subyacente al error parece estar algo peor: el desprecio al idioma, al que se quiere amputar, remendar y suplementar como un Frankenstein con su criatura, con la prepotencia que solo da la insensatez. Esto es sólo una suposición mía, claro, pero es que en la exposición de la iniciativa el predominio de los argumentos ideológicos sobre los lingüísticos (inexistentes) es demoledor.
El segundo error es que ese desprecio conduce a un perverso efecto colateral: el uso del idioma como arma de segregación. Porque, a partir de ahora, los que escribimos o hablamos sin seguir las directrices de la neolengua caemos bajo sospecha. Ya no podré escribir “los árabes” sin que haya gente que me acuse, como mínimo, de tibieza en la defensa de la igualdad de sexos. Y no seguiré la neolengua porque disfruto escribiendo y ni los corsés ni los cilicios han dado nunca placer.
Finalmente, habría que recordar que las palabras no surgen mágicamente de la marmita del brujo de turno. Alex Grijelmo habla en su “Defensa apasionada del idioma español” de los “cromosomas” de las palabras, queriendo decir que tienen historia y que sus formas pasadas, actuales y futuras son parte de ella y no son mudables a demanda.
Ya comenté otras veces mi defensa a ultranza de las lenguas separándolas de los intereses politicos por lo que sólo repetiré aquí lo esencial: las lenguas son inocentes, no así sus hablantes. Dejen en paz a las palabras y no carguen sobre ellas la responsabilidad de distinguir entre buenos y malos que ya tienen bastante con sobrevivir a la incultura.

01 diciembre 2006

La universidad de los mercaderes

El cierre de titulaciones en Reading, un aviso a navegantes

Hace tres o cuatro años que se ha planteado en las universidades españolas una campaña de reeducación que a mí se me antoja algo discutible. Uno de los arietes es el tema de la interacción universidad-empresa. Desde mi punto de vista, las relaciones U-E están bien y son interesantes a veces. Pero no son el objetivo principal ni deben conducir (o coaccionar) las actitudes universitarias. Tal vez mis líneas de investigación no interesen a ninguna empresa. Eso no debería ser un demérito sino simplemente la constatación de que los intereses de "Fibrocementos Acme" no son los mismos que los del "grupo Kraken". Lo cual no debería sorprender a nadie.
Las relaciones se van a establecer con más facilidad con aquellos que se dediquen a la investigación aplicada y sólo en un número limitado de campos. En términos generales, no será posible para la investigación pura, que suele dedicarse a la ampliación de conocimiento en campos de nulo interés para la empresa.
La justificación de la imperiosa necesidad de que la universidad establezca vínculos indisolubles con la empresa fue en su momento aquello de que la universidad vive en su torre de cristal, aislada de la sociedad y tal... Una idea tan falsa como estúpida porque la universidad es una parte de la sociedad y los que estamos en ella interactuamos con el resto como cualquiera o más. Pero como en los tiempos que vivimos nos alimentamos de tópicos, el mensaje inicial se ha acompañado de ideas colaterales aún más preocupantes. Por ejemplo, que la universidad debe adaptar sus contenidos docentes a “lo que la sociedad demanda”. La expresión entrecomillada es más falsa que un euro de chocolate por dos motivos: 1. Se quiere decir “lo que las empresas demandan” y las empresas no son la sociedad, sólo una parte de ella con unos intereses peculiares y particulares, y 2. La demanda lo es siempre a corto plazo y no tiene porqué ser lo deseable a medio y largo plazo para el conjunto de la sociedad.

El eslogan anterior convierte a la universidad es una academia al servicio de los intereses empresariales, muy respetables pero ajenos a lo que deberíamos contemplar. Las consecuencias son previsibles ¿para qué una licenciatura o un grado en matemática, por ejemplo, si no hay demanda social? Los matemáticos son entes molestos que tardarán años en incorporarse a una plaza laboral, probablemente en la propia universidad, jodiendo las estadísticas durante ese periodo (“España va bien”).
Lo mismo con el arte, la historia, la física... por no hablar de la filosofía. Si creen que exagero, entre los criterios de calidad de las titulaciones que se están cocinando cosas tan bonitas como el porcentaje de egresados que consigue empleo en el primer y segundo año, o el tiempo que tardan en terminar la carrera los alumnos... Lo que convierte a nuestras aulas en un centro de colocación: hay que enseñar sólo lo que integre ipso facto al alumno en el ciclo productivo y, además, no conviene exigir demasiado porque entonces el alumno terminará en 5 o 6 años en vez de en los 4 políticamente correctos y eso restará puntos a la titulación.

Hay mucha gente con vocación por conocer, investigar y vivir en el descubrimiento de las cosas, mucha. Lamentablemente, esa gente se verá condicionada por planes de estudios que deberán atender otras prioridades porque así se marca desde el Ministerio del ramo. Porque, o pasas por las horcas caudinas o te quedas con títulos no homologados y sin financiación. Así de claro. Ya comenté en este blog en otro momento que es perfectamente posible, según los planes actuales, que un universitario consiga el título de grado sin haber tenido ningún contacto con la investigación. Incluso hay modalidades de postgrado que tampoco la contemplan y donde se valora la presencia de patrocinadores empresariales que sufraguen los gastos. Y se supone que es enseñanza reglada, que ha de ser estable y captar profesores de calidad. Seguro.
Bien, hasta aquí el desahogo. Para que vean por dónde van los tiros, les traduzco una noticia de la Universidad de Reading (GB), aparecida en el Science de esta semana (vol. 314:1363).
La Universidad de Reading se ha convertido esta semana en la vigésimoprimera universidad británica que desde 1997 anuncia el cierre de su Departamento de Física. A pesar de las protestas de profesorado y estudiantes y de las peticiones de más de 2000 investigadores de todo el mundo, el Consejo de la universidad votó el pasado 20 de Noviembre no aceptar más estudiantes de física. El Departamento se cerrará en el 2010.
Las universidades de Gran Bretaña están financiadas en gran parte por la administración, con cantidades dependientes del número de alumnos y de la calidad de la investigación. El vicerrector de Reading, Gordon Marchall, comunicó en una carta abierta que el Departamento de Física está perdiendo sobre 1 millón de dólares al año debido a que no consiguen suficientes nuevos estudiantes (28 este año sobre un objetivo de 50) ni suficientes ingresos por investigación.
Estos dos párrafos apuntan alguna otra perversión. Por ejemplo, la evaluación de los departamentos atiende a su balance económico. Esta ingeniosa idea supone implícitamente:
  • considerar que la universidad es un negocio y no una inversión: el balance económico debe ser equilibrado a corto plazo, no importa que los egresados se integren posteriormente en el sistema de investigación nacional y a lo mejor desarrollen una carrera larga y fructífera.
  • cerrar titulaciones por la escasa demanda, sin tener en cuenta que hay carreras que son en sí mismas minoritarias pero cuya eliminación supone una pérdida social no evaluable económicamente y que conduce, poco a poco, a la degradación cultural de la sociedad.
  • descargar en los profesores no sólo la docencia y la investigación sino también la responsabilidad de captar alumnos en la enseñanza secundaria a menos que quieran ver como su disciplina se extingue.
  • concebir que la investigación debe incrementar las cuentas más que incrementar el conocimiento (que no se evalúa). La necesidad de ingresar dinero obliga a dirigir los proyectos hacia líneas de financiación jugosas (lo que se ha venido en llamar sexy-science). ¡Ay de aquél que se salga de las líneas marcadas!
Para finalizar les confesaré que soy pesimista y que creo que el cierre de titulaciones será una consecuencia ineludible del enfoque economicista de las reformas universitarias. En el fondo está siempre el desprecio al conocimiento, lo que lleva a ver la universidad como un negocio más: hay que compensar los sueldos de sus profesores introduciendo a los alumnos lo antes posible en el ciclo económico de los “mileuristas”. La formación científica, la cultura, el espíritu crítico son irrelevantes en este esquema, cuando no perniciosos. Y las titulaciones que no entren por el aro que se vayan muriendo ellas solas de déficit crónico.

28 noviembre 2006

[Off topic]

El que avisa no es traidor, de vez en cuando cuelo un post que no va de lo de siempre. En Hispaciencia aparecen de forma automática, no puedo evitarlo aunque no vayan de ciencia. Disculpas por tanto.
Este tiene 3 fragmentos aparentemente inconexos, pero podría haber algunos antes y otros después. Depende del estado de ánimo. Es un desahogo después de una temporada complicada, no me hagan mucho caso.

Fragmento 1. Conversando.
Escuchamos mucha música entonces ¿verdad? Pero luego me di cuenta de que la música no era lo esencial porque el volverla a oir, lejos de hacerme recuperar las buenas vibraciones, me producia tristeza.
E., hace unos pocos días.
Fragmento 2. Canned Heat.
El tipo de la armónica es Bob Hite y el que canta Alan Wilson. Bob murió de un infarto a los 36 años; Al le había precedido en el viaje gracias a una sobredosis. Lo mismo pasó con otros insignes “triunfadores” de la época algunos de los cuales consiguieron tener dos o tres momentos luminosos, no más, pero fueron suficientes. Me atraería saber que fue del resto de la banda pero ahora no recuerdo quienes eran (¿Vestine? ¿Taylor?) y, en cualquier caso, me quedo con estas imágenes de los buenos tiempos.



Fragmento 3. Epitafio.
A tí no sé qué decirte salvo que no has demostrado merecer lo que tuviste. Lo tuviste todo, o al menos todo lo que creias poder tener, que es lo mismo. Pero pudiste ver que tu éxito no iba a ser eterno y la mera perspectiva de la caída pudo contigo. Eras inteligente pero no fuerte. Eras bueno pero no generoso. Creiste que todo empezaba y terminaba en el espejo de los demás. Esos que te sostuvimos un tiempo, hasta que tú mismo, sólo tú, te tiraste por la borda.

27 noviembre 2006

Laicismo, sociedad y ciencia

Los obispos salen a la palestra demostrando su incapacidad para entender lo de no meterse donde no te llaman. Benedicto XVI encarga un estudio para analizar las consecuencias de que la Iglesia Católica pueda, tal vez, permitir el uso del condón en algunos casos. Nuestro Estado sigue siendo aconfesional en vez de laico y se empiezan a impartir clases de religión islámica en la escuela pública, además de las siempre presentes de catolicismo, todas pagadas con dinero público. La Iglesia católica tiene miedo de que la asignatura de 'educación para la ciudadanía' sea un vehículo de adoctrinamiento anticatólico y no se respete "la neutralidad del Estado" en materias como "la definición del bien y el mal moral y la educación de la conciencia de los alumnos".

Entre tanto mejunje me ha apetecido recordar las cinco tesis sobre el laicismo de Fernando Savater mencionadas también en Periodistas 21. Desde que escribió ese breve folio no se ha hecho necesario escribir mucho más sobre el tema: todo está dicho y, además, muy claro.
Respecto a la ciencia estamos en un escenario similar pero con sus peculiaridades. Por ese motivo, con el siniestro aderezo del asesinato planificado de científicos en Iraq, me atrevo a hacer una pobre imitación de don Fernando y proponer un esbozo de tesis (sólo 4) sobre laicismo y ciencia:

1. La injerencia de la religión en la ciencia es un hecho histórico, no así lo contrario, porque los propios fundamentos de la ciencia le impiden abordar temas sólo soportados por la fe, que no por la razón ni la evidencia. La religión conoció mejores tiempos para su entremetimiento, aquellos donde su poder terrenal le permitía dominar la justicia, que juzgaba, y ejercer de verdugo, que ajusticiaba. La evolución social ha permitido que ya esté al alcance de muchos comprender y acotar claramente las competencias de cada cual. Así, el ser humano tiende a querer conocerse a sí mismo y desea comprender al medio en el que nace, vive y muere. Este es el ámbito al que debe reducirse la ciencia. Limítense las religiones a explicar, a quien quiera oirlas, los estados de antes y después de la vida, donde la ciencia no tiene ni quiere decir nada.

2. Aceptando esta separación de ámbitos, ciencia y religión son compatibles para aquellos que deseen tal cosa. Los beneficios de separarlos son tantos que ambas partes deberían promocionar esta actitud recíproca pero, en su defecto, los Estados deben asegurar el reparto de sus competencias en aquellos asuntos que afectan a la sociedad civil y muy especialmente en la legislación civil y penal y en la educación. El motivo es patente allí donde las religiones pretenden introducirse en ámbitos que no les competen camuflando su doctrina de ciencia, aceptando tácitamente como válidas las herramientas que antes despreciaban o combatían.

3. La adopción de una religión es, para el científico, una opción válida pero afectando al exclusivo ámbito personal por lo que debe evitar su influencia en su quehacer de equipo como científico o investigador. El Estado tiene la obligación de salvaguardar los derechos de los no religiosos para no someterse a dictados, normas o conductas ajenas a la ciencia. Esto incluye, obviamente, la inclusión de contenidos religiosos en las universidades, sean estas públicas o privadas, con títulos homologados. Las religiones no deben tener cabida en la educación universitaria salvo como objeto de estudio.

4. La separación entre moral y ética es un requisito para definir los límites de la investigación científica que, en cualquier caso, deben ser resultado de un consenso social, no de juicios morales. Las sociedades, en cada caso y en cada circunstancia, deben decidir qué consideran o no aceptable bajo el principio de libre acuerdo y con la consciencia de la revocabilidad de las decisiones por mecanismos equivalentes. Las religiones son libres de condenar las líneas de investigación que se opongan a su doctrina, pero con la exclusiva afección de sus prosélitos, no del resto de la sociedad. El Estado tiene la obligación de velar por el libre ejercicio de la ciencia dentro de las leyes civiles y salvaguardarlo de guerras santas y actitudes similares.

Debo reconocer, finalmente, que no me apetece distinguir entre religiones, aunque debo reconocer su grado de agresividad es diverso. De las que están en nuestro país en los periódicos día sí, día también, no recuerdo que nunca hayan promocionado o alentado el conocimiento científico, habiendo en cambio abundantes ejemplos de lo contrario. Y todo este rollo se resume en una frase: "zapatero a tus zapatos" o "no te metas en tu ámbito de incompetencia".

24 noviembre 2006

Algo se derrite en Groenlandia

Datos calientes sobre deshielos y niveles del mar, saquen la canoa del sótano

¿Se acuerdan de Grace? Dos satélites gemelos que miden la gravedad de la Tierra. En el post sobre ellos les comenté un trabajo donde se hablaba de la reducción del hielo en la Antártida. Hoy se publica otro en Science cuyo resumen no puede ser más claro, les traduzco sólo una frase de los resultados (Gt son gigatoneladas):
Desde 2003 a 2005, la capa de hielo ha perdido 101±16 Gt/año, con una ganancia de 54 Gt/año por encima de los 2000 m y una pérdida de 155 Gt/año a menores alturas.
Esta tasa se ajusta bien a la estimación de -117 Gt/año hecha entre 1996 y 2005 mediante una técnica completamente diferente llamada interferometría radar de la que prometo hablarles próximamente.
Este segundo trabajo añade algunos datos sobre el movimiento de los glaciares; dicen, por ejemplo:
Hemos detectado una aceleración en los glaciares por debajo de los 66º N entre 1996 y 2000, que se ha ampliado a los 70º en 2005. La aceleración en la descarga de hielo supone un incremento en la pérdida de masa de hielo de 90 a 200 km3/año.
¿Qué efectos tiene esto sobre el nivel del mar? He buscado datos, no opiniones, y los he encontrado en la página Sea Level Change de la Universidad de Colorado. De nuevo, dos satélites son los responsables: Topex/Poseidon y Jason. Llevan altímetros que miden la distancia entre ellos y el mar con una precisión excepcional. Dada la incertidumbre en la posición orbital y el movimiento del mar, a pesar de esa precisión es necesaria una cantidad ingente de medidas para obtener una exactitud razonable. Pero ya las tenemos y los datos tomados desde 1992 señalan que el nivel medio del mar sube unos 3.0±0.6 mm/año. No parece mucho pero, al menos a mí, la gráfica me desasosiega un poco.

Para terminar y como dije al hablar de GRACE; los métodos de medida no saben de ideologías, ni de consecuencias políticas, son sólo instrumentos que toman datos, es decir, información verificable sobre la realidad. Los datos no saben si es usted neocon o antisistema, saque sus conclusiones pero no obvie la información.

Referencias
S. B. Luthcke, et al., 2006, Recent Greenland Ice Mass Loss by Drainage System from Satellite Gravity Observations, Science, 314 (5803): 1286-1289. DOI: 10.1126/science.1130776
Rignot, E.,Kanagaratnam, P., 2006, Changes in the Velocity Structure of the Greenland Ice Sheet, Science, 311 (5763): 986-990. DOI: 10.1126/science.1121381

23 noviembre 2006

De cuevas y mayas

Un largo viaje desde el Norte de España al de Guatemala

Asturias es un paraíso de la espeleología debido a la enorme potencia de las calizas de los tres macizos de los Picos de Europa (no se salten este enlace, échenle un vistazo especialmente a la foto del pozo P90 y se harán una buena idea sobre qué estamos hablando).
Las cuevas ahí son verticales, frías, con cascadas de agua que se pierden en la oscuridad. La más profunda por ahora es la Torca del Cerro, con un desnivel de 1589 m entre la boca superior y el final; la segunda es el Sistema del Trave, con -1441 m.
Yo hice espeleología durante una década hasta que la dedicación que exigía me hizo mirar otras aficiones, y es que nunca fui amigo de dedicarme a una sola tarea. Una lástima porque las cuevas son la última aventura al alcance de la mano. Los polos, los desiertos, han perdido la parte de misterio que tenían pero el mundo subterráneo permanece inexplorado, a la espera de que encuentres la entrada y sigas los pozos y galerías cuya única trampa es la oscuridad y el esfuerzo. Y no funciona el GPS, culpable de que los viajes ya no sean lo que fueron.
Tengo dos recuerdos intensos de esa etapa. El primero me marcó una parte de mi carácter y el segundo de mis aficiones.
Ese primer recuerdo es una sensación, la de entrar en un lugar, una sala, una galería, donde nadie ha estado nunca. Era una sensación real porque no era difícil descubrir cuevas y su exploración nos llevaba a salas y galerías que las lámparas de carburo iluminaban por primera vez en su historia de miles de años. Y a veces posiblemente por última.
El segundo recuerdo no viene de esos laberintos verticales que la humanidad nunca ocupó ya que incluso hoy son extremadamente hostiles. Hay que descender a las zonas bajas, menos frías y menos impresionantes pero donde las cuevas fueron refugio de nuestros antepasados en tiempos difíciles. Una vez llegamos a una pequeña sala chapoteando por el río, y bajo las luces de los cascos pudimos ver, en una terraza elevada, restos de madera quemada bajo una pared con pinturas. Pinturas muy simples, de círculos y puntos rojos, hechas por alguien que se alumbró en algún momento con aquella fogata. La pátina de limo y calcita que lo cubría todo era transparente y estaba intacta. Localizamos la entrada original, cegada por un derrumbe, y salimos siguiendo el cauce del arroyo aguas abajo. Éramos tres y no tocamos ni dijimos nada nunca porque quisimos mantener la sensación de haber tenido una visión privilegiada y única. Y ahí nació mi afición por la arqueología, en esa cueva de apenas 200 metros de desarrollo.
Esa afición me llevó después a disfrutar visitando sitios tan distantes como Tirinto o las orillas de un helado Lago Argentino donde en una roca en medio del viento vi pinturas similares.
Por eso, ya en presente, me ha ilusionado leer que un equipo de arqueólogos ha encontrado cosas interesantes en un lugar llamado San Bartolo, en Petén, Guatemala. Son restos de la cultura maya y hasta el año 2001 sólo había sido excavado por saqueadores.

Una de esas cosas es un bloque de piedra como cualquier otro, con la salvedad de tener pintada una decena de signos jeroglíficos con una edad probable de 2200 años. La escritura, ese milagro al que ya me he referido varias veces en este blog, no tiene nada de tosca lo que hace suponer que no estamos viendo una muestra de sus inicios sino algo mucho más maduro.

Y otra de las cosas es un mural policromado de apenas uno o dos siglos después: en un “lienzo” de 9 metros de largo el artista ha representado el mito de la creación del mundo, la historia de un dios y la coronación de un rey.
Poco después, cerca de la pirámide donde está el mural, se encontró una tumba real maya, la más antigua hasta el presente y casi contemporánea con el mural. Eso sólo en unos pocos años de excavación.
La información publicada sobre San Bartolo es escasa, todo es un copio/pego, en parte por el poco tiempo que el proyecto lleva en ejecución pero también posiblemente por las condiciones que la National Geographic Society impone por ser la principal entidad financiadora de la aventura.


No me ha sido fácil encontrar buenas imágenes o artículos de nivel sobre los últimos hallazgos. Pero al final, en sitios no muy evidentes, encontré un buen documento sobre mural en español, con esquemas casi completos, y un video sorprendente donde podemos entrar en la excavación y asistir casi en vivo a la liberación de las imágenes de los restos que las protegieron. Son 20 Mb pero creo que merece la pena, descárguenlo aquí.
El caso es que aunque ya sa sabía que la selva oculta secretos no deja de asombrar que en este siglo aún aparezcan vestigios de aquello que una vez fue y parecía perdido.

22 noviembre 2006

De ginkgos y celacantos

Rodeados por el tiempo

La entrada al Centro Universitario de Mérida está bordeada por fósiles vivientes. Y no, no fumo ni he tomado ninguna sustancia especial salvo para intentar olvidar la gripe de estos días. Es que para encontrar fósiles vivientes no hace falta ir a Parque Jurásico sino que tenemos algunos más cercanos. Los tiburones por ejemplo, llevan unos cuantos millones de años sin cambios aparentes. Tampoco los necesitan demasiado porque son bichos de diseño perfecto.
¿Algo más exótico? Bueno, tenemos los celacantos, descubiertos en 1938 y que se creían extintos 65 millones de años atrás. Ya tenían una larga historia como grupo porque se conocen fósiles de hace más de 400 millones de años. Aún así, los celacantos decidieron seguir vivos y sin complejos en el refugio de las profundidades marinas entre Madagascar y la costa Este de África.
Era el año 1938 y Marjorie Courtenay Latimer era conservadora de un museo local en Ciudad El Cabo. El 23 de diciembre, un barco de pesca llamado Nerine entró en el puerto con un extraño huésped en sus redes. Marjorie fue a verlo y confesó no tener la más remota idea de qué era el pez en cuestión: un metro y medio de largo, de color entre azul y malva y marcas dispersas plateadas. Mirando en los libros del museo sólo encontró algo similar en un libro de paleontología. Aunque inicialmente nadie le hizo mucho caso, un par de meses después, un profesor de una universidad local llamado Smith, identificó por fin el ejemplar como un auténtico celacanto. Por su parte, Marjorie perpetuó su apellido más allá de la familia porque el hallazgo pasó a llamarse Latimeria en el lenguaje científico
Como habían transcurrido dos meses y del pez quedaba más bien poco, Smith quiso obtener otro en un estado más presentable. Puso anuncios en los puertos del Este africano. Tuvo que esperar 14 años para que un pescador de las Islas Comores capturara otro celacanto.
Desde entonces han sido pescados y filmados más ejemplares, no muchos, pero ha sido más sorprendente descubrir que su presencia se extiende a las Islas Célebes, a casi 10000 km de las Comores.
El descubrimiento del celacanto ha sido de interés biológico pero también puede suponer el principio de su fin: un grupo de peces que reinó antes que los dinosaurios y que ha sobrevivido a las extinciones masivas desde hace 400 millones de años puede desaparecer en las próximas décadas por las razones de siempre. A pesar de la dificultad de estimar poblaciones, no se cree que haya más de unos centenares de celacantos en las aguas de las Comores lo que le pone en una difícil situación. Por suerte su interés gastronómico es nulo porque sino veríamos especialidad de sushi de celacanto. Si quieren verlo cara a cara unos breves instantes, cómo no, en Youtube. Y si no, aquí abajo tienen uno.

Celacanto capturado en Mozambique; con casi 1.80 m y 100 kg es el mayor ejemplar capturado hasta la fecha.

Pero antes del pescado este, hablaba de fósiles vivientes en Mérida. No me refería a ningún profesor en concreto sino a algo mucho más inocuo y que Linneo llamó, allá por 1771, Ginkgo biloba. Es un arbolito discreto que no llama la atención por nada y que a un jardinero que me gustaría conocer le dio por plantar ante la fachada del centro universitario.
Dentro de su aparente sosez, el ginkgo es un caso algo especial. Es la única especie de un único Género, de una única Familia, de un Orden único en la única Clase del Filum Ginkgophyta. Tiene menos parientes que mi apellido paterno, que ya es decir.
Su nombre viene del chino, donde aparece en un diccionario ilustrado de 1668 y que fue la fuente de un botánico llamado Engelbert Kaempfer para la primera descripción de la especie en Europa.
La semejanza del ginkgo con el celacanto reside en que es otro fósil viviente, relacionado con un grupo de plantas cuyo fósil más antiguo data de hace 270 millones de años.

Impresiones fósiles de hojas de ginkgo
Una hoja actual de ginkgo pasada por el escáner

Actualmente se ha extendido por los jardines de clima templado por su enorme resistencia ante las plagas y la contaminación. Eso sí, sólo los ejemplares macho (es una especie donde cada pie tiene un sexo único) porque los frutos huelen bastante mal al descomponerse en el suelo.
Aparte de la antigüedad, ya de por sí venerable, el ginkgo es una fuente permanente de sorpresas. Les cuento sólo una: se ha descubierto hace poco que dentro de sus células vegetales hay algas eucarióticas viviendo en una relación que aún no se comprende. Algas con su propia dinámica y material genético y sólo en algunos tipos de células lo que supone una rareza no observada en ningún otro vegetal.
También merece la pena citar otro trabajo donde se mantuvieron ginkgos durante tres años bajo concentraciones de CO2 similares a las que se supone había en el Mesozoico. Los resultados básicos fueron que los estomas de las hojas, unos poros por donde se intercambian los gases en la fotosíntesis y respiración, se redujeron a un tamaño similar al observado en las hojas fósiles de aquellos lejanos tiempos. En mi opinión, el experimento no demuestra nada pero desde un punto de vista menos estricto es casi un melancólico salto en el tiempo.
Si es que ya lo decía mi profesor de fisiología vegetal que siempre se refería a él como “el nunca bien ponderado Ginkgo biloba”.

Nota. “Fósil viviente” es una expresión que se aplica a organismos actuales cuyo aspecto externo es muy similar al de sus parientes lejanos. El tiempo ha pasado por ellos sin cambios morfológicos aparentes aunque es posible que la evolución haya inducido cambios en factores menos visibles.

Algunas referencias:
Tremouillaux-Guiller, J. et al., 2002, Discovery of an endophytic alga in Ginkgo biloba, American Journal of Botany 89(5): 727–733. 2002.
Beerling, D., McElwain, J, Osborne, C., 1998, Stomatal responses of the 'living fossil' Ginkgo biloba L. to changes in atmospheric CO2 concentrations. Journal of Experimental Botany 49(326), 1603-1607.

17 noviembre 2006

Eldorados y otros objetivos improbables

Donde no todos los aventureros son famosos ni terminan sus búsquedas comiendo perdices

Percy Harrison Fawcett era un ingenuo. En el mejor y en el peor sentido de la palabra. En el libro que les reseño al final relata sus viajes por la Amazonia. Viajes de los que ni ustedes ni yo quisiéramos ser protagonistas. Comenzaba el siglo pasado cuando le encargaron deslindar las fronteras de Bolivia lo que le llevó a explorar territorios que sólo eran un blanco en los mapas. Los viajes fueron cualquier cosa menos envidiables: legiones de moscas, de mosquitos, de avispas, parásitos, hombres, serpientes de todos los tamaños, hambre, agotamiento… Pero su relato es apasionante porque viene de una personalidad única, capaz de ver la muerte y las penalidades con un distanciamiento sorprendente y con una visión límpida y sin dobleces. Era de otro mundo por lo que no se encontraba bien en este.
Tal vez por eso dio crédito a todas las leyendas que llegaron a sus oidos: ciudades perdidas, gigantes prediluvianos, civilizaciones ocultas. Y eso le costó la vida cuando en 1925 salió a buscarlas y no volvió. Por el camino nos deja visiones de anacondas de veinte metros, de rumores de grandes animales desconocidos para la ciencia y toda la mitología que los lugares vírgenes generan inevitablemente en nuestra mente.
Y al leerlo me recordó a otro personaje, esta vez español, empeñado en metas igualmente innacesibles. Este se llamaba Jordi Magraner y se ilusionó con encontrar al yeti o bar-manu en las montañas de Chitral, en Pakistán. Tuvo la misma mala fortuna que Fawcett y tras unos años de vida en los valles del norte de ese país fue asesinado en el año 2002.
Fawcett y Magraner son igualmente respetables porque eran personas convencidas de la razón de su aventura y no hay que mezclarlas con los infames que hacen del engaño su profesión. Ingenuos, simplemente, pero honrados.
Fawcett dedica los últimos tres capítulos de su libro (escrito en realidad por su hijo a partir de las notas originales) a exponer una teoría delirante sobre las civilizaciones perdidas del Amazonas, con evidencia basada en relatos indígenas y leyendas. Algo muy lejos de sus rigurosos levantamientos topográficos en condiciones imposibles y de sus notas que permitieron llenar poco a poco los vacíos en los mapas. Magraner esgrimía argumentos similares (“yo sé que está ahí”) a partir de declaraciones de pastores y de cuestionarios que paseaba por los pueblos buscando testimonios que confirmaran aquello de lo que él ya estaba convencido. Su trabajo parece haber sido realizado con rigor y consecuentemente los resultados fueron claros: nada.
Apenas he encontrado textos suyos, ahora que la web de la Sociedad Española de Criptozoología parece cerrada pero recordaba haber leido hace un año una comunicación sobre las características de los sonidos que emiten los bar-manu y las consecuencias en la comprensión de la evolución del aparato fonador humano. He reencontrado el texto en otro lugar por si tienen curiosidad, se titula Oral statements concerning living unknown hominids: analysis, criticism, and implications for language origins. Es un curioso ejercicio, bien escrito, bien documentado y carente de toda evidencia.

P. H. Fawcett, A través de la selva amazónica, 395 p.
Biblioteca Grandes Viajeros, Barcelona, 2003.
ISBN 84-666-1105-3.

16 noviembre 2006

Ventanas y espejos (nada de ciencia, sólo una reflexión personal)

Antes, el objetivo era dejar hijos que continuaran la sangre familiar, una entelequia persistente. Ahora tal vez podamos ser más ambiciosos y aspirar a ser algo más que la máquina perpetuadora de nuestros genes (Dawkins dixit) ya que hemos inventado el más poderoso instrumento de inmortalidad: la escritura.
Pero no todo es tan fácil. Decía Borges que bastaba con un libro o unos pocos. Era mentira y él lo sabía y, al menos a mí, la sensación de lo inabarcable me desazona. Soporto mal que el tiempo se me acabe y los libros por descubrir no disminuyan.
Mis lecturas pueden dividirse en dos grupos. Las científicas son, paradójicamente, las que menos me descubren cosas nuevas. O al menos esa es la impresión que me dejan. A veces encuentras cuatro o cinco páginas memorables pero lo más frecuente es que en un buen montón de artículos sólo media docena de párrafos tengan vocación de permanencia. Cierto que debo leerlos porque es mi profesión hacerlo y lo hago con placer pero sin sorpresa.
A estas alturas de mi vida los mejores momentos vienen del otro grupo de lecturas. Las de los libros sacados casi al azar de un estante de la biblioteca las conocía hace tiempo. Las de esas cosas que llamamos blogs han sido una sorpresa reciente.
Frecuento blogs de varios tipos pero tengo media docena de los que siempre espero algo más, momentos de luz.
Son blogs que no estarán nunca en los primeros puestos de los rankings. Ni maldita falta que les hace. Tienen el feeling de algunas músicas, con entradas únicas, de cantautor, en un esforzada construcción verso a verso. Son a la vez una ventana y espejo, para asomarse desde dentro o para atisbar desde fuera, para reflejar al autor y, en momentos efímeros, al lector.
No creo en eso que llaman comunidades sociales en la "blogosfera", pero sí en las relaciones personales construidas en esta suerte de gota a gota que construye y alimenta los blogs. Raras relaciones, en la distancia, pero que disfruto como aquella vez, hace años, que conversaba con los guardas en Misiones mientras tomábamos mate y una tormenta inundaba las ruinas.
No dejeis de escribir.

Esto ya no es lo que era

Ya en unas cuantas entradas anteriores hablé largo y tendido sobre el estado de nuestras universidades y la sensación de desazón y desconcierto que reina en ellas por diferentes motivos. El fin de semana pasado me acerqué a Sevilla a recordar paisajes y recovecos. Allí, en una esquina roñosa, encontré lo que ven en la foto siguiente.


Les amplío el cartelito a continuación, por si alguien no reconoce las iniciales. Espero que no sea una premonición ;-)

14 noviembre 2006

Una visión moderna del servicio a la universidad

Lo primero que me llamó la atención fue la publicidad. Entras en la web y te encuentras con un “banner” animado anunciando un Opel Corsa al grito de c'mon (?). Mientras piensas qué diablos hace eso en un sitio como éste, las imágenes cambian ágilmente a un anuncio de Macbook con precios explícitos. El resto de la portada está salpicado por media docena más de vibrantes anuncios en Flash. Abajo del todo una lista de anuncios adsense de Google y todo el conjunto plagado por ad.es.doubleclicks. Una delicia.

Y preguntarán ustedes que dónde diablos me he metido. Se lo digo: en “el portal de 985 universidades” Universia.es. Y no, no pongo el enlace porque no me da la gana, cosa que comprenderán ustedes un poco más abajo.
Universia.es es una página web enlazada desde las portadas de un montón de universidades españolas e iberoamericanas. Por su nombre y su "filosofía" se deduce que es un portal universitario, sea lo que sea tal cosa. Yo lo entendería como animado por una mentalidad de servicio a la cultura, eliminando los vicios de los portales comerciales, posiblemente bajo licencia Creative Commons, etc. (bueno, eso lo supongo yo bajo mi misma y arriesgada mismidad).
Luego, buscando en la letra pequeña (muy pequeña) nos vamos enterando de la realidad.

Por ejemplo, es obligado registrarse para usar los servicios del portal (mensajería, correo, SMS, foros...), lo cual me parece razonable. Lo que ya me mosqueó fue que al entrar en el formulario de registro me encontré con que además del alias (otros lo llaman “nick”), nos piden nombre y dos apellidos, número del documento nacional de identidad, código postal de tu residencia y fecha de nacimiento.
Y yo, que ya estoy un poco harto de que me pidan descaradamente información sobre mis datos personales, me niego a identificarme hasta ese extremo. Especialmente, no creo que mi DNI o mi edad deba interesarle a Universia.es lo más mínimo.
Con la mosca detrás de la oreja, reviso tres pequeñas ventanas que aparecen debajo del formulario.
En la primera podemos leer 5 páginas de “Aviso legal”. Con un poco de dificultad porque la minúscula ventana sólo permite ver 4 líneas a la vez. Haciendo el impertinente scroll encuentro algunas perlas de las cuales sólo les transcribo unas pocas (las cursivas son mías):
...queda prohibida la reproducción, distribución, transmisión, adaptación o modificación, por cualquier medio y en cualquier forma, de los contenidos del Web del Portal Universia (textos, diseños, gráficos, informaciones, bases de datos, archivos de sonido y/o imagen, logos,…)...
"Portal universitario", uhmmm... Y yo que pensaba que iba a tener licencia Creative Commons, no se cómo puedo ser tan memo. Sigue:
El usuario, desde el momento que se registra en PORTAL UNIVERSIA, S.A., autoriza a esta empresa a ofrecer sus servicios de comunicaciones informativas y promocionales. En caso de no querer recibir este tipo de comunicaciones podrá revocar su consentimiento en todo momento a través de correo escrito a la dirección […cortado]
Traducción: autorizo a que me envíen spam y será necesario que renuncie expresamente mediante un correo para que me hagan el favor de no llenarme el buzón con publicidad no solicitada. Esto último, por cierto, es obvio porque es sólo reflejo de la legalidad.
PORTAL UNIVERSIA no garantiza ni se hace responsable, en ningún caso ni circunstancia, de los siguientes hechos y contenidos, ni de cualesquiera daños y perjuicios que pudieran, en su caso, derivarse de los mismos:
  • Falta de disponibilidad, continuidad, acceso, mantenimiento y efectivo funcionamiento de la web o/y de sus servicios y actualización, exactitud, exhaustividad, pertinencia, actualidad y fiabilidad de sus contenidos... [...]
  • La transmisión o/y existencia de virus, otros elementos o programas lesivos para el equipo de los usuarios que pudieran afectarlos, como consecuencia del acceso, uso o examen del sitio, o produjeran alteraciones en sus documentos electrónicos o ficheros.
  • Por el incumplimiento, por parte de terceros de sus obligaciones derivadas o contraídas en relación con los servicios prestados a los USUARIOS a través de PORTAL UNIVERSIA, así como por la falta de calidad, fiabilidad, adecuación a lo ofertado, licitud, utilidad y disponibilidad de los servicios prestados por terceros y puestos a disposición de los USUARIOS en este sitio.
Traducción: Universia.es usa masivamente la publicidad en su portal pero no se hace responsable de que sea real o engañosa, ni siquiera de los contenidos propios. Tampoco de que existan virus, troyanos o cualquier otra basura en su código o alguna de sus aplicaciones...
Pero no acaba aquí la historia. En la siguiente ventanita de 4 líneas bajo el título “Política de confidencialidad” encontramos que
El Usuario garantiza que los Datos Personales facilitados a UNIVERSIA son veraces y se hace responsable de comunicar a ésta cualquier modificación en los mismos. UNIVERSIA se reserva el derecho de verificar los mencionados datos a través de las universidades correspondientes.
¿Que mi universidad va a darle a Universia.es información sobre mí para que verifique mis datos personales? ¿Que Universia.es “se reserva el derecho” de qué?
UNIVERSIA queda expresamente autorizada a utilizar tales datos para finalidades comerciales y promocionales sobre sus servicios y productos. El usuario también acepta de forma expresa que sus datos puedan ser cedidos a otras entidades colaboradoras de UNIVERSIA, con las que ésta suscriba acuerdos de colaboración con fines comerciales con el fin de tener informado al usuario de los bienes o servicios que se comercialicen, aceptando el usuario la recepción de información por parte de estas sobre cualesquiera bienes o servicios que comercialicen directa o indirectamente, en el momento presente o en el futuro. Este consentimiento a la cesión de datos, tiene carácter revocable de conformidad con la legislación vigente.
La misma historia: Universia.es se considera autorizada a usar tus datos personales, previa verificación en tu universidad, para venderlos a quien quiera. Aún así, no crean, tienen un "código ético" donde encontramos alguna perla más, por ejemplo:
En cumplimiento de la normativa vigente, PORTAL UNIVERSIA ha adoptado las medidas y técnicas necesarias para mantener el nivel de seguridad requerido atendiendo a los datos personales tratados […cortado] No obstante, el USUARIO debe quedar informado y advertido a través de este aviso de que tales medios no son infalibles e inexpugnables y por tanto UNIVERSIA no puede hacerse responsable de tales prácticas.
Leyendo toda esta basura no acabo de entender como es posible que este portal lleve el nombre de Universia para hacerse pasar por un portal universitario. Tampoco entiendo como esta desfachatez se realizó y sigue realizándose con el apoyo de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
En resumen, si quieren que sus datos personales (nombre, correo electrónico, DNI…) sean cedidos a cualquiera, si quieren ser inundados de correo basura, si quieren recibir publicidad y ofertas con calidad, licitud, etc. no contrastadas, todo desde unas páginas cuyos responsables no se hacen idem de nada, no lo duden, dense de alta en Universia, el portal de 985 universidades.

13 noviembre 2006

El "crank" y su circunstancia

No se pierdan la entrada de Pedro Terán en su blog de títulos efímeros (y adaptables a las circunstancias del país). Aparte del propio tema, con el que me he reido un buen rato, da la definición de "crank", concepto para mí desconocido hasta ahora pero muy aplicable a todos aquellos iluminados que pretenden hacernos creer los secretos de la vida les han sido revelados sin haber dado un palo al agua: artífices del movimiento perpetuo, resolvedores de la cuadratura del círculo, descubridores de las incoherencias de la teoría de la relatividad en sus experimentos de cocina...

10 noviembre 2006

Publicaciones científicas gratis para países en desarrollo

Una iniciativa necesaria

Las revistas científicas suelen ser caras, a veces carísimas. Science y Nature son la excepción, probablemente con la ayuda de su gran tirada, y la cuota anual es de unos $6 por número (sólo $100 al año si nos limitamos a la edición digital de sus 54 números).
En el otro lado están revistas como el International Journal of Remote Sensing cuya suscripción supone más de 6000 € al año (¡más de 500 € el número!). Esto no lo puede pagar todo el mundo, obviamente, con lo que se crea un abismo entre los países con dinero abundante y los demás. Hacer ciencia no es necesariamente caro (no todo es “gran ciencia”) pero sí es imperativo tener acceso a la bibliografía en cada área lo que supone un gasto de fondo continuo con una productividad segura pero indirecta.
La solución ha sido, al menos para mí, una sorpresa y se llama OARE | Acceso en Línea a Investigaciones Ambientales.

OARE es un consorcio patrocinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Universidad de Yale y un conjunto de 40 editoriales cientificas entre las cuales figura Elsevier, Blackwell, Taylor & Francis…

OARE se ha creado para permitir el acceso gratuito a unas 1000 publicaciones científicas desde un conjunto de países con muy bajo PIB per capita (<$1000). El listado incluye a Bolivia, Honduras y Nicaragua de los países de América Latina. El acceso desde estos países ya es efectivo desde el pasado octubre. El próximo año está previsto abrir el acceso a otros países “algo más acomodados” (entre $1000 y $3000 de PIB per capita) donde estarán Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Cuba (esperemos que aquí no funcione el embargo). Para estos no será gratis pero se promete un bajo coste.
¿Qué hay que hacer? De acuerdo con las instrucciones de la página web:

Las instituciones que deseen acceder al texto completo de artículos y usar las herramientas de búsqueda en bases de datos para investigación de resúmenes e información deben registrarse con OARE para recibir una clave institucional de acceso. Una vez terminado el proceso de registro, todos los empleados, personal administrativo, docentes, administradores y estudiantes de la institución podrán usar la clave para acceder a los recursos de OARE. No hace falta una clave de acceso para acceder a los resúmenes de las publicaciones.
En resumen: una magnífica noticia.

Otras dos iniciativas similares:
Hinari (OMS, acceso a más de 3000 revistas en el área de la sanidad)
Agora (AFO, acceso a 900 revistas en el sector agrícola)

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